No está el frutero de la esquina. Adiós al aguacate antes y después del semáforo.

El Delívery no pudo traer café: no llegó. En los campos los frutos y verduras revientan, a falta de obreros agrícolas que se fajen en esas labores.

Los dueños de apartamentos y torres bajaron desesperados, porque no hubo servicios para atender a la doña, los niños, los perros, ¡para cuidar el edificio!

Hay cuarenta torres a medio hacer.

Los chinos han tenido que emplearse ellos mismos para barrer, cargar, cocinar, vender, llegar hasta el mercado y adquirir los productos.

En Obras Públicas pararon las reparaciones en el Parque Duarte, en la Plaza de la Bandera.

Los hoteles de Punta Cana, Puerto Plata y Barahona no tienen personal para arreglar camas, lavar la ropa, limpiar los pisos, trabajar en la recepción, porque no hay personal que hable inglés y francés.

Anoche pasó una camiona gigante que se fue llenando de todos nuestros problemas para largarlos por la frontera.

Miguel D. Mena

Urbanista

Editor, docente universitario y urbanista

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