
Mucho antes de un asunto sofisticado de una firma de mercenarios que iban a ocuparse también de asuntos militares, tuvimos pequeños escándalos. Teóricamente, los mercenarios son grandes especialistas en la eliminación de gran epidemia de criminalidad. Esta firma tenía ya una reputación muy discutible entre institución de guerra privada y privatización de conflictos regionales.
Mientras tratamos de entender este delicado capítulo de nuestra crisis, nos enteramos de que un actor de dimensión presidencial se ofrece un paseo inexplicable en un vehículo con placa consular, sin documentación para cruzar la frontera. El caso olía a un párrafo del libro del general Arturo Espaillat, "Trujillo, en último de nuestros césares". Porque ninguna de las entidades involucradas en este misterioso viaje entre Puerto Príncipe y Santiago, sin autorización escrita, ha podido dar una explicación razonable.
Esta isla pertenece a la fantasía imaginaria de uno de nuestros más distinguidos escritores de cuentos. Le pedimos al profesor Juan Bosch que nos ayudara a hacer nuestra narración relativamente elegante de los hechos mencionados. En pocos segundos apareció en el aeropuerto internacional de Santo Domingo una exalcaldesa, con una maleta cargada de dólares. Observando la velocidad de nuestros dramas y el talento diabólico de nuestros actores, solo un maestro de la dimensión de Bosch puede ayudarnos a captar estas situaciones.
En plena coyuntura de "regreso a la democracia" (1994-96) y fuerte presencia militar multinacional, los residentes de algunos barrios recuerdan varios "viajes" en carros de archivadores, armarios, mesas, etc., procedentes del antiguo Cuartel General de las fuerzas armadas. Llegaron a un mercado popular. Nunca se supo de dónde vino la orden.
Una mujer que se hizo pasar por policía durante unos 27 años fue finalmente arrestada. Ha usurpado el título de policía desde 1997, cuando la actual policía nacional de Haití fue creada el 12 de junio de 1995.
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