En 2021, escribí unas palabras sobre el gramófono de mi abuelo paterno, que vivía en la avenida del Presidente Trujillo en Puerto Príncipe. Era la época en que la «luna sobre Jaragua» alcanzaba también el cielo de la capital haitiana. La semana pasada me impuse un ejercicio complejo y delicado: ¿en qué año llegó a casa la voz de Rubby Pérez?
A mediados de la década de 1970, Johny Ventura inició para mi generación la iniciación hacia una música dominicana hecha especialmente para nosotros. Con «la protesta de los feos», nos sedujeron a todos los nuevos ritmos dominicanos. A principios de los 80 recuerdo que ya tarareaba «Compañera» de Fernando Villalona.
Muy poco después de descubrir El Mayimbe, me encuentro con una poderosa orquesta que sacude las radios y las pequeñas fiestas en Puerto Príncipe. Los sábados, esta orquesta monopoliza varias frecuencias del dial. Como a todo el mundo, me fascinan las primeras notas y toda la canción «El africano» que solíamos llamar «Mami qué será». Como todo el mundo, me encanta la fuerza de las trompetas de Wilfrido Vargas. En ese momento no sabía que Rubby Pérez, la voz más alta del merengue, acababa de empezar a sorprendernos y ayudarnos a captar la riqueza de las voces dominicanas.
A veces es difícil pedir a aquellos que no tienen ninguna especialización en un campo tan vasto como la música y sus complejos arreglos que expliquen cómo llegaron a la paciente construcción del saber escuchar. Recuerdo que un sábado por la mañana estaba caminando, bien acompañado, por la avenida Duarte de Santo Domingo. Nos detuvimos en una tienda de discos instalada en la acera. Fue a principios de los años 90. Preguntamos «¿qué es lo mejor que hay en la música en este mismo momento?». Nos propusieron el pequeño disco de 45 revoluciones «Burbujas de amor» de Juan Luis Guerra. A mi regreso a Puerto Príncipe, este pequeño disco dio la vuelta a mi barrio, porque me gustaba presentar a mis amigos el último éxito del maestro Juan Luis Guerra. Unos meses más tarde, la persona con quien descubrí el grupo «4.40» me regaló el disco de larga duración. Le encantaba «Estrellitas y duendes…»
La fantástica historia detrás de una canción como «Volveré», su interpretación e incluso la primera grabación, empecé a enterarme después de la tragedia: «Esa canción era para Jorge Gómez, pero cuando él la escuchó le dijo a Wilfrido que él no iba a grabar esa canción».
Rubby Pérez fue reconocido por su ayuda a las víctimas del terremoto de 2010 en Haití por parte del Comité de Partidos Políticos Latinoamericanos en Estados Unidos (BBC, 9 abril 2025). Rindo homenaje modestamente a esta generación de maestros dominicanos que participan cada día en nuestra construcción humana desde hace más de 40 años. Lo hacemos con nuestras pequeñas palabras, frente a sus miles de fanáticos por todo el planeta.
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