* Abigail Mejía, la primera dominicana en supervisar y reportar para la prensa un escrutinio de las votaciones de mujeres en unas elecciones presidenciales

A la doctora Dolores Altagracia Fernández y a la  ingeniera Patricia Lorenzo Paniagua,  miembros del pleno de la Junta Central Electoral (JCE).

 «Siguen por todo el país activándose las inscripciones de la mujeres que habrán de votar en las próximas luchas electorales por la reforma de la Constitución. Las oficinas de la Directora General [Abigail Mejía] son continuamente invadidas por mujeres que se llegan a inscribir, a pedir informes acerca del voto, a ofrecer sus servicios para las inscripciones, a llevar terminadas las que tenían a su cargo, etc., etc. Son innumerables los telefonemas que se reciben y se contestan diariamente, para toda la República. En casi todas las poblaciones  se ha terminado la inscripción, a juzgar por las listas de los cuales se le envían copias a la Junta Superior Directiva.

Y son millares las boletas pedidas de toda la República para las votaciones de ensayo. No se puede hacer un cómputo exacto de las mujeres que asistirán a  depositar su voto en las urnas porque hasta última hora estarán llegando. » [1]

Abigail Mejía (1895-1941) «constructora de la ciudadanía» de las mujeres de la República Dominicana.

Cuando se desarrolla en la República Dominicana —liderado por la Acción Feminista Dominicana (AFD) —  el «Voto de Ensayo» de las mujeres en 1934 que,  implicaba demostrar que las dominicanas requerían y demandaban un tratamiento de igual a igual que los hombres, las feministas sufragistas entendían que su exigencia era válida, ya que desde los preceptos de la filosofía política y la teoría de la democracia, esto implicaba el reconocimiento del principio de inclusión en  la Constitución que tenía que ser reformada para reconocerles sus derechos de ciudadanía, lo cual vino a ocurrir en diciembre de 1941 y, proclamada la nueva Carta Fundamental  el 10 de enero de 1942.

La demanda del derecho a la ciudadanía no fue una lucha que pudiéramos categorizar de simple, para que el Estado nos hiciera legal y legítimamente vinculantes con las facultades de  asumir el rol de una vida pública/política.

Para lograrlo las feministas sufragistas  accionaron desde las relaciones interpersonales, es decir, buscaron el apoyo de aquellos ciudadanos relacionados a ellas por parentescos y, con posiciones en el tren gubernamental, para que sus voces  y demandas se escucharan. Así, el  apoyo político se logró mediante negociaciones muy bien propuestas, llevadas a cabo por una elite de las sufragistas que aprovecharon el criterio categórico de su acción sumado  al criterio contingente, hasta tener para sí una palabra de compromiso que fue: garantía, garantizar.

Mesa No. 19 a cargo de Margot Guilbert (de pie, al centro, detrás de la urna) en Villa Francisca.

Desde 1934 a 1942 —vuelvo y repito— no hubo una solución rápida a esta demanda de las feministas sufragistas  de la primera ola, ya que la igualdad ante la ley se aspiraba en un régimen presidencial fuerte, en una dictadura, de falsa democracia, de seguridad impuesta por las fuerzas del terror, donde sí era posible, en el contexto de 1934, aprovechar las fisuras que traía a la gobernabilidad local, una serie  de  acontecimientos sociales, políticos y económicos que ocurrían a gran escala en el  continente y, sobre todo en Europa.

Era cierto, abrumadoramente, la milicia, el ejército era opuesto a la igualdad ante la ley (de ellos) con las mujeres. Es peor esto que, el sufragismo de vanguardia, en la República Dominicana, requirió unas dos décadas para que sus lideresas inculcaran en los líderes políticos la validez de su libertad, usando como mecanismo de interconexión la confianza subyacente en ciertos estamentos de la sociedad, su capacidad intelectual, y la familiaridad.

Esa primera experiencia, de 1934, partió  de una estrategia sumamente eficaz: unir en una oleada de sentimientos a las profesionales, maestras normales, a las institutrices y bachilleres, es decir, a las mujeres pensantes y con educación formal. Unirse entre sí, estimular iniciativas de demandas desde los distintos ámbitos de su cotidianidad, hacer circular a través de los medios de comunicación sus ideas (en específico la prensa y la radio), hacer labor editorial con la fundación de revistas, en fin, alejarse de la ortodoxia y el conformismo que trae la sumisión.

Mesa No. 18 a cargo de Encarnación Castillo de Curiel (de pie, al extremo derecho) en Villa Duarte.

El «Voto de Ensayo»  de 1934 sucedió concluyendo el primer periodo presidencial de  Trujillo (1930-1934), en medio de contingencias entre opositores al régimen y de lo que sombríamente se veía venir, desde 1926, la división del feminismo, porque también allí hubo falsas profetas y personas de falso credo en la causa de las mujeres.

El «Voto de Ensayo»  de 1934 puso en evidencia los excesivos celos entre las féminas a causa de las diferencias entre sus estatus social, político, económico o intelectual. Por lo que, no todo fue color de rosa ni un cuento maravilloso de solo Hadas buenas. Temperamentos incompatibles se encontraron de frente,  porque la ganancia de causa iba a quedar registrada —a pesar de la Historia oficial— a favor de la agrupación Acción Feminista Dominicana (AFD).

Ineludiblemente,  mujeres políticas  AFD y, aquellas que dijeron en 1926: «NOSOTRAS, las mujeres, que no somos políticas, porque no estamos afiliadas a Partidos Políticos […]. Nosotras las mujeres, no aspiramos como suelen afirmar algunos insensatos, a conquistar el Poder Público»  —expresando sus prejuicios genéricos—  debatieron sus puntos de vistas (a veces incompatibles) porque unas  querían eclipsar a otras y, se esforzaban entre sí, para «ganar la partida».

Mesa No. 3 a cargo de Celeste Woss y Gil ubicada en el Palacio Municipal.

Al parecer, en la primera ola del feminismo en la República Dominicana, hubo también feroces pasiones y, son expuestas (y se hacen e hicieron evidentes) cuando unas eran de reojo vistas como contando con privilegios y, otras no. Así se comprende que,  lo que aconteció de 1926 a 1942 fue que las mujeres sin visión del futuro se perturbaron y, expusieron  sin límites sus individualidades; se confundieron y dieron a sus impulsos gritos de combates soterrados, al regodearse con el disfrute del fracaso de la otra en lugar de una «asimilación» de las acciones positivas de las otras. Personalmente,  no me asombra esta bochornosa forma de actuar de algunas mujeres de  la República del siglo XX, porque igual sucede con las mujeres de la  República del siglo XXI, ya que gustosamente desde el ‘feminismo’ de la posverdad  se afanan en torpedear a las otras, porque viene la disputa entre quiénes  tendrán la gloria, o no, de la hazaña.

Pues, la gloria de la hazaña, del «Voto de Ensayo»  de 1934, correspondió  a la Acción Feminista Dominicana (AFD) y a su directora, Abigail Mejía (1895-1941), llevar a cabo sus deberes cívicos, de estar ahí, en el lugar de los hechos; de accionar desde el lugar de los hechos, de supervisar desde el lugar de los hechos.

Mesa 14 a cargo de Doña Luz Saldaña (en primer plano, al centro) ubicada en la Escuela Comercial Luis C. del Castillo.

Abigail en 1934 hizo lo que actualmente es, un recorrido de supervisión de cómo transcurren las votaciones en las distintas Mesas Electorales. Fue observadora, supervisora y realizó el conteo de los votos emitidos que se consignaron en actas. Aunque  otras puedan recelar del talento y la capacidad de Abigail, así ocurrieron las cosas —hasta prueba en contrario—. Es por esto que, esta acción de Abigail  (que asumo fue emulada por otras integrantes de la Acción Feminista Dominicana (AFD) a nivel nacional, en las demás provincias)  merece el reconocimiento de quedar registrada, vuelvo y repito —hasta prueba en contrario— de que le correspondió a Abigail ser la primera dominicana en supervisar y observar  y, luego reportar para la prensa el primer escrutinio de las votaciones de las mujeres de la República Dominicana en unas elecciones presidenciales el 16 de mayo, de 1934, a nivel nacional, a nivel de la Común de  Santo Domingo,  y en base a los reportes por telégrafo de las provincias desde la sede de la Acción Feminista Dominicana (AFD) en la calle Salome Ureña número 11.

De acuerdo a la crónica del periodista del Listín Diario, Álvarez Mainardi,  en la Mesa Electoral No. 4 del Baluarte del Conde, estaba «La Mesa feminista [que] la presidía la Sra. Abigail Mejía de Fernández, Directora de Acción Feminista Dominicana, que, tranquila y sonriente aguardaba el triunfo aplastante de su causa», indicando, además, que «ha dirigido todo este movimiento de la mujer dominicana hacia el triunfo de sus ideales».

Reporte de Abigail Mejía del lunes 21 de mayo de 1934, en página 3 del Listín Diario de las Votaciones de las Mujeres a nivel nacional.

Abigail recorrió, el 16 de mayo de 1934, durante diez horas toda la Común de Santo Domingo y sus 24 colegios electorales y, se hizo acompañar del periodista Álvarez Mainardi y del fotógrafo Tuto Báez, tomando fotografías de los barrios y en la mesa del Palacio Municipal donde votó la Sra. María Ricart, viuda del Presidente Woss y Gil. [2]

Es por esto, además, que su memoria se honra en el Panteón Nacional al colocarse debajo de su nombre, en la lápida que cubre el sarcófago donde reposan sus restos morales, con la palabra SUFRAGISTA.

En Abigail se conjuga la virtud cívica y la gloria cívica. Su grandeza, como mujer de la República, pudo hacerla alcanzar ser una mujer de Estado. Abigail fue la ideóloga de hacer florecer la esperanza en las dominicanas para que salieran del excesivo servilismo en el cual se encontraban. Logró que la ciudad de las letras la apoyara. El Listín Diario, de Santo Domingo, y el periódico La Información de Santiago en el país, fueron sus principales bastiones de divulgación. Ofreció a las mujeres empobrecidas, junto a la militancia de la Acción Feminista Dominicana, las enseñanzas suficientes para ejercer el voto, marcar la boleta correspondiente, en  torno al y al NO de la necesidad de modificar la Constitución para reconocerles sus derechos políticos.

Abigail tendrá, por siempre, una notoriedad perdurable en el siglo XX, y los siglos que han de venir, independientemente  de las hostilidades del pasado que rigieron las traiciones hacia ella. Abigail seguirá siendo la figura central del feminismo de la República Dominicana; la mujer enaltecida como ideóloga del sufragismo de vanguardia en nuestro país, porque estuvo carente de ambiciones, de pretender acumular vanidad o de obtener beneficios fuera del interés común de las demás. Fue contraria a las otras, que generan perturbaciones e inequidades, a aquellas en las cuales solo prevalecía ser poseedoras de egos y que asimilaban (para sí)  engorrosos engaños sobre su personalidad.  Es por esto, que hay que ser cuidadosa  al leer la Historia, la Historia oficial y circular para distinguir entre quienes asumen el rol de historiador/a para diferenciarse del de historiógrafo/a.  Es decir, hay que saber «transliterar».

Página completa donde se publicó el Reporte de Abigail Mejía de las Votaciones de las Mujeres a nivel nacional.

El Estado dominicano, siendo la «autoridad negadora de la igualdad»,  veía la demanda de ciudadanía de las mujeres como una idea subversiva, de subversión del orden, de cambio incluso de los parámetros bíblicos de su obediencia  al hombre, siendo la capacidad intelectual de la mujer un obstáculo para continuar la dominación de manera lineal, de una sola vía.  Este era el ambiente complejo de nuestro siglo XX de tantos torbellinos, donde mujeres pensantes fueron censuradas, vistas como zorras y peligrosas malas compañías.

No obstante, aun seguimos en la nebulosa de no disponer de los archivos personales  de nuestras  pioneras que fueron víctimas de la autoridad eclesial o del poder omnipresente del tirano de turno. Es por eso que,  las memorias de nuestras ancestras que subvirtieron el orden continúan siendo des-memorias, eternos  vacíos, naufragios de sus conciencias, desafiantes vidas quedadas en el olvido, dramas y cautiverios, interrogantes, narraciones de oídas, páginas a medias escritas y otras en blanco. Nuestras primeras portavoces de la subversión  tienen sus existencias aun en las penumbras, porque día tras día nos enfrentamos a este  dilema; siendo su «patria» real, haber muerto en el olvido solo con el favor de «la nada» y el desfavor de la sin-memoria.

La expansión del derecho al sufragio en la República Dominicana, a las mujeres, solo fue posible por la revolución emancipadora llevada a cabo por las sufragistas lideradas por Abigail Mejía, a través de la Acción Feminista Dominicana (AFD) donde estaban agrupadas/afiliadas miles de mujeres. Es una pena que estos registros archivísticos fidedignos, auténticos, documentales  (hasta el presente) estén prácticamente incompletos, o, que no se puedan contar con los mismos, pero sí irlos reconstruyendo con los hallazgos posibles.

Es por esto que, hoy presentamos para los lectores de Acento.com.do la conformación (por mujeres) de las distintas Mesas Electorales del Voto de Ensayo de 1934 en la Común de Santo Domingo [2]  del jueves 17 de mayo y, el escrutinio final (no parcial) remitido por Abigail Mejía al Listín Diario, publicado el 21 de mayo de 1934 en la página 4 para que conste en la Historia que fue, Abigail Mejía  la primera dominicana en supervisar y observar  y, luego reportar para la prensa el primer escrutinio de las votaciones de las mujeres de la República Dominicana en unas elecciones presidenciales el 16 de mayo, de 1934, a nivel nacional.

Fue el lunes 21 de mayo de 1934, en página 3 del Listín Diario que, Abigail dio a conocer  «El Voto de las Mujeres para la Reforma de la Constitución. Cómputo general de las votaciones según inscripción previa de toda la República» desglosado por provincias que damos a conocer, ya que anteriormente ningún libro sobre la historia del feminismo de la República Dominicana había publicado este «cómputo», reporte que por igual remitió Abigail Mejía a Doris Stevens, Presidenta de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), mediante comunicación del 24 de mayo de 1934.

«El Voto de las Mujeres para la Reforma de la Constitución. Cómputo general de las votaciones según inscripción previa de toda la República»

Provincia Sto. Dgo.             20,757

Provincia de La Vega          12,869

Provincia de Aza                 12, 047

Provincia del Seybo              8,889

Provincia de Mte.Cristi         7,215

Provincia de Barahona         7,127

Provincia de Santiago           9,220

Provincia de Duarte              5,440

Provincia de Pto. Plata         5,000

Provincia de Samaná            2,340

Provincia de Espaillat           2,214

Provincia de S.P.Macorís     3,309

                                              ______

Total:                                     96,427

 

Noventa y seis mil cuatrocientos veintisiete. Todas las provincias han hecho sus inscripciones, cuyas copias están depositadas en el archivo de la Dirección General, calle Salome Ureña 11.

Abigail Mejía

Directora A.F. D.

 

LISTÍN DIARIO.  JUEVES 17 DE MAYO DE 1934.

 

NOTAS

[1] «Las mujeres y el voto».  Las Inscripciones de las Mujeres. Damas que ocuparán las Mesas Electorales en esta Capital. Listín Diario (15 de mayo de 1934): 6.

[2] La revista «Fémina» en su publicación titulada «VOTACIONES DE MUJERES» (Año XII. Junio 1934. No. 166, s/f) lo que hizo fue reproducir (fielmente con punto y coma, y en el mismo orden lo que el  cronista del Listín Diario reprodujo en base a los datos obtenidos, a las 7.pm del día 16 de mayo en la Dirección General de Acción Feminista Dominicana (AFD), léase, suministrado por su Directora General) la publicación del jueves 17 de mayo de 1934 aparecida en el Listín Diario, un mes después — lo cual no era ya una  noticia de ¡Ultimo minuto!, ni una premisa ni una noticia fresca — del «cómputo», por mesa en Santo Domingo, a lo cual añadió el total nacional (ya publicado por Abigail Mejía el lunes 21 de mayo de 1934, en la página 3 del Listín Diario). «Fémina» no presentó en esa edición ni en otra posterior el desglose de las votaciones de las mujeres por provincias. «Fémina» omitió ese dato que, es a nuestro modo de ver, fundamental.

LISTÍN DIARIO. JUEVES 17 DE MAYO DE 1934.

«Rotundo éxito obtuvieron las votaciones de la mujer en la capital. Datos recibidos en la Dirección General de la Acción Feminista Dominicana, a las 7 p.m del día 16.»

«Mesa No. 1, Rafaela A. Luna, Felícita Martínez y Ana J. de  Bougert, 185 votos.

Mesa No. 2, Livia Veloz, Liliam Espaillat, Ofelia Veloz, Consuelo Bernardino, 193 votos.

Mesa No. 3, Celeste Wos y Ricart, Clementina Henríquez y Tatá Perdomo, 158 votos.

Mesa No. 5, Delia Weber, Luz M. Mainardi, Amalia Aybar Vda. Desangles, 465 votos.

Mesa No. 6, Carmen Elena Galván, Rosa Aurora Miranda y María Ismenia Castillo, 201 votos.

Mesa No. 7, Tatá del Monte de Gautreaux y Luisa Felix, 350 votos.

Mesa No. 8, Andrea M. de Egea y Violeta Ramírez, 356 votos.
Mesa No. 9, Patria Mella, Juanita Pichardo Pérez Cabral y Aminta de Frías, 512 votos.

Mesa No. 13, María Rodríguez, 537 votos.

Mesa No. 15, Acacia de Reyes, Ercilia O. Vda. Pastor y Rosario Rodríguez, 117 votos.

Mesa No. 17, Aida Rodríguez P., Gloria Ledesma y Cristina Calderón, 206 votos.

Mesa No. 18, Encarnación C. del Castillo, Altagracia de Draiby, Consuelo M. de Molinuevo, 264 votos.

Mesa No. 19, Margot de Guilbert, Mercedes Yuquet, Isabel Guilbert, 282 votos.

Mesa No. 20, Petronila A. Gómez, Consuelo Almodóvar, Consuelo Mieses, 653 votos.

Mesa No. 21, Celestina Pavón, Mercedes Rojas y Luisa Vda. Ríos, 377 votos.

Mesa No. 22, María V. de la Cruz, Génova M. Lara, Virginia M. Lara, Rosa A. Abad, 982 votos.

Mesa No. 4, Abigail Mejía de Fernández, Doña Isabel A. Vda. Pellerano y Blanca Mejía de Duelo, 309 votos.

Mesa No. 11, Juana Santos, Luisa Puello, Carmela Vda. Sánchez, 570 votos.

Mesa Calle Dr. Báez, No. 24, Doña Floripe Vda. Carbonell, Thelma de Hernández de Franco, 300 votos.

Total de votos: 7,260.

Faltan aun cuatro mesas por rendir informe.

(Por telégrafo). »

 

FOTOGRAFÍAS

[1] Abigail Mejía (1895-1941) «constructora de la ciudadanía» de las mujeres de la República Dominicana.  Tarjeta Postal, Barcelona, 1925. Fotografía que se divulgó oficialmente en Santo Domingo a través de la Revista La Opinión, a su llegada al país en el mes de agosto de dicho año, en el transatlántico español «Manuel Calvo».

[2] Mesa No. 19 a cargo de Margot Guilbert (de pie, al centro, detrás de la urna) en Villa Francisca, calle Barahona esquina Caracas, donde acudieron a ejercer el sufragio las mujeres residentes en las calles Margaria, Barahona, La Marina, Fuerte de Colón, Tamayo y Altagracia.

Abigail Mejía  supervisando el  «Voto de Ensayo» de las mujeres en 1934, organizado por la Acción Feminista Dominicana (AFD) acompañada de  su único hijo Abel y su esposo Senén Fernández. Santo Domingo. © Tuto Báez.

[3] Mesa No. 18 a cargo de Encarnación Castillo de Curiel (de pie, al extremo derecho) en Villa Duarte. Casa Escuela ubicada en la Calle Real, donde acudieron a ejercer el sufragio las mujeres residentes en las calles La Francia, Esfuerzo, José María Sierra, Av. Puerto Ozama, Mr. Marle, Pueblo Nuevo,  Rosario Maquitoria, María Trinidad Sánchez, J. Alejandro Acosta, Carretera Caleta, Calle Real, Ens. Mercedes.

Abigail Mejía extremo izquierdo, de pie (con libreta en la mano) llevando a cabo las anotaciones de las sufragantes en el  Voto de Ensayo de las Mujeres. 16 de mayo  de 1934. Santo Domingo © Estudio Tuto [Báez].

[4] Mesa No. 3 a cargo de Celeste Woss y Gil ubicada en el Palacio Municipal donde acudieron a ejercer el sufragio las mujeres residentes en las calles Colón, Isabel La Católica, Arzobispo Meriño, Hostos, Duarte y Universo.

De izquierda a derecha: Abigail Mejía  primera  dominicana en llevar a cabo un escrutinio manual de  votaciones en unas elecciones generales presidenciales  supervisando, además, el  «Voto de Ensayo» de las mujeres el 16 de mayo de 1934, organizado por la Acción Feminista Dominicana (AFD) —,  Celeste Woss y Gil, Opinio Álvarez (de pie), Carmen Rodríguez Gautier y doña María Ricart de Woss y Gil. Al centro una votante.  Santo Domingo. © Estudio Tuto [Báez].

[5] Mesa 14 a cargo de Doña Luz Saldaña (en primer plano, al centro) ubicada en la Escuela Comercial Luis C. del Castillo, donde acudieron a ejercer el sufragio las mujeres residentes en las calles Gloria, José Martí, Av. Duarte, Cajuilito,  Jacinto de la Concha, Pasaje, Villa Francisca y La Javilla. Santo Domingo. © Tuto Báez.

Abigail Mejía  (al extremo derecho) supervisando el  «Voto de Ensayo» organizado por la Acción Feminista Dominicana (AFD).

Serie «Voto de Ensayo» de las mujeres de la República Dominicana el 16 de mayo de 1934 en las  terceras  Elecciones Presidenciales arbitradas por la Junta  Central Electoral.

© Junta Central Electoral (JCE).  ¡Un siglo de historia! 100 Años (1923-2023).

[6] Reporte de Abigail Mejía del lunes 21 de mayo de 1934, en página 3 del Listín Diario de las Votaciones de las Mujeres a nivel nacional.

[7] Página completa donde se publicó el Reporte de Abigail Mejía de las Votaciones de las Mujeres a nivel nacional.