Lo que aconteció el 8 de abril en la discoteca Jet Set es realmente un desastre, que no es nacional solamente, es planetario. Hay duelo en todo el mundo y los duelos se gestionan de diferentes maneras.

Igual como lo estableció Elizabeth Kübler-Ross, hay cinco fases del duelo. La primera es la negación. Hay mucha gente que va a actuar negando estas cosas como lo hace de manera personal un individuo. Y después de eso vendrá la fase de la ira.

Estas diferentes fases no son una consecuencia de la otra, sino que, incluso teniendo la oportunidad de ir a la fase de resolución, que es la quinta, que es la última, puede volver otra vez a la fase de ira o a la fase de negación. O sea que no son una detrás de la otra como un acontecer numerario, sino que depende de cómo gestionemos ese duelo.

Y creo que la parte más importante de un ser humano es entender que somos seres sociales y que, aparte de eso, tenemos un alma que debe ser empática. Y la empatía es lo que nos diferencia a nosotros de cualquier otra especie. O sea, cómo sentir el dolor que tú sientes, cómo yo lo puedo experimentar sin tú ser un primo o una pareja mía. Y esto tiene que ver con un poeta fantástico.

Creo que la mejor definición la hizo este poeta, John Donne, que es un poeta metafísico del siglo XVIII, que lo expresó en muy buenas palabras sintetizando; dijo esto:

"La muerte de cada hombre me disminuye porque estoy involucrado en la humanidad. No me preguntes por quién doblan las campanas, doblan por ti".

Y por eso nos sentimos así, por eso el ánimo está triste en la República, por eso y ahora por lo del Papa también. La bandera está a media asta. Fueron seis días de duelo.

No solo perdimos esa gran población de dominicanos que estaba en ese lugar, sino que además hay que sumarle la figura de ese artista (Rubby Pérez). Es una pérdida gravitacional, enorme, enorme, porque era un exponente de nuestra dominicanidad, o sea, nos cantaba, cantaba nuestra historia, cantaba la cultura que nos atravesaba.

Técnicas para preservar la salud mental 

Evitar la retroalimentación morbosa, dejar de ver programas o lecturas que recalquen la información del desastre.

Que el doliente tenga la posibilidad de expresar sus emociones, sus sentimientos, con un familiar de la casa, un amigo.

Tener y sostener los espacios sin ruido, baja luz y tratar de alimentarse bien, tomar suficiente líquido y procurar conciliar el sueño. Si no se puede conciliar el sueño, se debe ir a un facultativo para que le indique algo para conciliarlo; en estos casos es fundamental. Si no se consigue durante la gestión de duelo una buena calidad de sueño y alimentación, entonces eso compromete todo el progreso.

EN ESTA NOTA

Antonio Ignacio Del Orbe Martínez

Médico psiquiatra

Doctor en Medicina. Universidad Eugenio María de Hostos, Santo Domingo. República Dominicana. Maestría en Salud Pública. Maestría en Sexualidad Humana. Diplomado en Nutrición. Especialización en Psiquiatría Universidad Central de Venezuela. Licenciaturas: Derecho. Ciencias Políticas. Relaciones Internacionales. Efectúa Trabajos sociales, capacitando a personas de bajos recursos con cursos técnicos de rescate y primeros auxilios, contando con el apoyo de la Defensa Civil de la República Dominicana.

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