Vivir siempre son minutos antes de lo que pueda pasar, aunque no pase nada. Es siempre morirse antes de tiempo. Vivir es estar signado por un tiempo expresado en un número, que ha de figurar en el levantamiento del acta y que luego adquirirá un carácter simbólico, es decir asociado al misterio.

Lo anterior podría abarcar tanto el nacimiento como a la muerte, el día y la hora, ésta última, sobre todo. En el cristianismo está la supuesta hora en que murió Jesucristo (15: 00), el día perdido en el tiempo lineal o circular, total ignorancia, de mi parte, sobre ello. La hora de la muerte de tan importante personaje está ligado a una liturgia, que quiere decir, misterio. Es posible que a partir de ese momento empezara a tomarse la hora de la muerte del hombre cristiano, y por qué no, también del no cristiano. La muerte de Jesucristo estaba predeterminada, pero quizás también el tiempo de la muerte, de los próximos minutos también empezó a tomarse como punto de partida con: “Si hubiese llegado minutos antes, se salva, siguiera vivo”, o lo inevitable, por supuesto respecto al percance de que fácilmente el individuo deja su espacio físico por uno de dudosa estadía en otra parte, por no haber llegado o irse a tiempo.

La numerología, al igual que la simbología que desprenden los números y este caso las 15:00, se presta a innumerables interpretaciones, sin dejar de reconocer que están haladas por los pelos, pero no niego que tiene sus encantos la especulación, aunque sea por puro juego y no pesado, para ser pesado necesitaría el autor de estas disquisiciones poseer los conocimientos que ni remotamente posee ni aspira a poseer sobre los números. Me gusta la provocación. Cuando se sabe no se provoca. Provocar es tantear, “amagar y no dar”, de ahí estas palabras sobre 15 minutos antes de…

Es simple curiosidad que siempre se asocien a Lo fatal (título de un hermoso y simbólico-filosófico poema de Rubén Darío) que arrastran los minutos antes de la desaparición de un simple mortal o a las premoniciones de que la suerte estaba echada con todo y la interpretación de estás palabras con ecos milenarios.

Lo que nos dice la hora de la muerte de Jesucristo, además de los 15 minutos antes… de la propia o el susto es lo que nos dice que somos siempre unos minutos antes del problema mayor de la vida que es estar muerto, y lindo que se oye llegar a tiempo y después salir caminando, por los propios pies, envuelto en una sola sonrisa de oreja a oreja tanto el pálido enfermo como sus acompañantes.

También nos demuestra el poder del tiempo sobre la vida anímica de cada instante, que los famosos 15: 00 de la muerte de Jesucristo de origen mágico religioso son para demostrarnos, (por lo menos a mí, simple y pobre mortal de vividor a destajo…), que sí tienen que ver con algo sagrado. Mientras, por aquí estoy, en blanco, esperando los míos y que sean consciente.

Amable Mejia

Abogado y escritor

Amable Mejía, 1959. Abogado y escritor. Oriundo de Mons. Nouel, Bonao. Autor de novelas, cuentos y poesía.

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