La violencia de las bandas armadas y el colapso del Estado hacen que en Haití el periodismo sea una profesión de alto riesgo, afirma Reporteros Sin Fronteras (RSF), que sitúa a este país en el puesto 111 de 180 en su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa divulgado este viernes.
Haití retrocede posiciones respecto al índice de 2024, cuando ocupó el lugar 93.
En 2024 se registraron dos muertes de profesionales de medios de comunicación, mientras que desde el pasado 1 de enero no se registran asesinatos de periodistas o colaboradores y tampoco en estos momentos hay informadores detenidos.
En este país, uno de los más peligrosos de la región para los periodistas, estos son secuestrados o asesinados (en 2022 al menos seis perdieron la vida por motivos profesionales) y, "en ausencia de un Estado de derecho", esta violencia creciente se comete con total impunidad, indica RSF.
Señala que, conforme las bandas aumentan su control en Puerto Príncipe (en la actualidad llega ya al 85 %), "los periodistas se ven confinados a unos pocos barrios donde aún pueden realizar su trabajo, y no sin riesgo. Muchos de ellos han tenido que resignarse al exilio".
Para Reporteros Sin Fronteras, en Haití el periodismo es una profesión cada vez "más estigmatizada y vulnerable" y está acorralada entre una ola de violencia generalizada y una crisis social, económica y política.
A ello se suma que en este país, el más pobre de América, los periodistas sufren una carencia importante de recursos financieros, una falta de apoyo económico por parte de las instituciones y un difícil acceso a la información.
De hecho, se trata de uno de los empleos peor remunerados y, a excepción de trabajadores de medios públicos y algunos privados, los profesionales de la información tienen dificultades para satisfacer sus necesidades alimentarias básicas, alerta.
Además, pese a que la Constitución garantiza la libertad de prensa, los periodistas se enfrentan a numerosas dificultades y quedan desprovistos de medidas legales que protejan su seguridad, aunque comuniquen a las autoridades amenazas de muerte creíbles.
Por otra parte, la organización asegura que durante las protestas en el país, con frecuencia violentas, son habituales las intimidaciones y los ataques contra los informadores por parte de fuerzas del orden y manifestantes.
Desde 2018, más de 15 periodistas y trabajadores de la prensa han sido asesinados en Haití, ya sea por bandas armadas o por agentes de la Policía Nacional, algunos en pleno ejercicio de su profesión.
En los últimos meses, medios de comunicación han sufrido en sus locales actos vandálicos seguidos de incendios, mientras que otros han tenido que abandonar sus sedes y trasladarse ante las amenazas de las bandas.
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