Un par de bombarderos B-52 sobrevolaron las costas de Venezuela este jueves, un día después de que la Administración de Donald Trump reconociera ante el Congreso que no puede justificar legalmente, de momento, un futuro ataque de EEUU a ese país y afirmó que por ahora no planea incursiones en territorio bolivariano dentro de su campaña militar contra el narcotráfico.
Los secretarios de Estado, Marco Rubio, y de Guerra, Pete Hegseth, dieron el miércoles detalles a los legisladores sobre los planes de la campaña antidrogas de Trump, que ha ordenado casi una veintena de ataques a supuestas lanchas en el Caribe y el Pacífico, donde han muerto más de 60 personas.
En la reunión, donde también participaron miembros del Departamento de Justicia, especificaron que la "orden de ejecución" que inició en septiembre la operación antidrogas en aguas internacionales – cercanas a las costas de Venezuela en el Caribe y Colombia en el Pacífico- no se extiende a objetivos terrestres.
Altos funcionarios no descartaron la posibilidad de acciones militares contra instalaciones y líderes de carteles dentro de Venezuela en un futuro, según declararon testigos a la cadena CNN.
Trump y los objetivos terrestres
Trump ha insistido en que están evaluando ataques terrestres, al tiempo que recrudecido la retórica contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro, al que acusa de "liderar una red de narcotráfico", el Cártel de los Soles.
En octubre, ya medios estadounidenses habían reportado sobre una opinión del Departamento de Justicia para justificar posibles ataques terrestres contra carteles designados como organizaciones terroristas internacional por la Administración del republicano.
Según una fuente familiarizada con el tema, citada por CNN, el documento de la Oficina de Asesoría Legal del Departamento de Justicia incluye una lista de 24 organizaciones criminales con base en Latinoamérica que la Administración Trump estaría autorizada a atacar, aunque funcionarios gubernamentales buscan otras opiniones que justifiquen futuras incursiones.
"Lo que es cierto hoy puede que no lo sea mañana", dijo la fuente, que señaló que Trump aún no ha decidido cómo abordará la situación en Venezuela.
En lo que especialistas consideran como su mayor despliegue marítimo desde la primera guerra del golfo Pérsico (1990-1991), EE.UU. mantiene en aguas caribeñas unos ocho buques de guerra -entre ellos seis destructores-, tres buques anfibios y un submarino en la zona.
La operación, que ha provocado el rechazo de Caracas, Bogotá y aliados como Brasil, Nicaragua y Cuba, también incluye el envío del portaaviones nuclear Gerald R. Ford, el mayor y más moderno de la flota estadounidense, que este martes pasó por el Estrecho de Gibraltar, de camino al Caribe.
Bombarderos en cuarta incursión sobre Venezuela en últimos días
Un par de bombarderos B-52 sobrevolaron las costas de Venezuela este jueves, según datos de seguimiento de vuelos, en la cuarta demostración de fuerza de aviones militares estadounidenses en las últimas semanas.

Es al menos la cuarta vez que aviones militares estadounidenses vuelan cerca de Venezuela desde mediados de octubre: los B-52 lo han hecho en una ocasión anterior, y los bombarderos B-1B en otras dos.
Estados Unidos también ha ordenado al grupo de ataque de los portaaviones USS Gerald R. Ford que se dirige a América Latina, ha desplegado cazas F-35 en Puerto Rico y actualmente tiene seis barcos de la Marina en el Caribe como parte de lo que llama esfuerzos contra el narcotráfico.
Las tensiones regionales se han intensificado como resultado de la campaña y el aumento de la presencia militar.
(CON INFORMACIONES DE LAS AGENCIAS EFE Y AFP)
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