Luego de casi 11 meses de baja por una rotura del tendón de Aquiles del pie izquierdo, la plusmarquista mundial y olímpica de salto triple Yulimar Rojas regresó a la competencia en la prueba de longitud del Trofeo Ciudad de Salamanca. La deportista venezolana no compitió en la disciplina donde ya puede ser considerada la mejor de la historia, el triple, que irá retomando gradualmente. Este es el escenario que encuentra a su regreso.
Los resultados son lo menos importante de este regreso a la acción. Yulimar Rojas terminó eliminada con cuatro saltos nulos en Salamanca, pero calificó su participación como “un primer paso importante”.
La estrella venezolana, siete veces campeona del mundo, no competía desde septiembre de 2023, cuando ganó el triple del Clásico Prefontaine en Oregon, la última válida de la Liga Diamante de ese año, con un 15,35 que se convirtió en la mejor marca del año a nivel mundial.
Luego anunció que no participaba en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, que se disputaban en octubre de ese mismo año, para concentrarse en preparar su temporada de invierno, pero finalmente tampoco compitió bajo techo.
Ni siquiera defendió en Glasgow su corona del Mundial Bajo Techo, que había ganado tres veces consecutivas en Portland 2016, Birmingham 2018 y Belgrado 2022, precisamente el escenario donde impuso su récord mundial de 15,74.
En abril de 2024 comenzaba a alistarse para la Liga Diamante y para sus objetivos olímpicos: defender en París su oro de Tokio 2020 y conseguir la marca mínima del salto largo para intentar un doblete dorado sin precedentes.
Pero entonces sufrió la rotura del tendón de Aquiles durante un entrenamiento y ahora retoma el camino en un contexto que luce mucho más competitivo que el que ella dejó la última vez que tomó la carrilera y se lanzó en busca de la inmortalidad.
Salto largo en etapa experimental
Consagrada ya en triple, Yulimar Rojas ha coqueteado con el largo en las últimas temporadas, buscando emular a su inspiración Tatiana Levedeba, que fue campeona mundial y medallista olímpica tanto de triple como de largo.
Busca también explotar su notable versatilidad para los saltos, que incluso la tiene todavía como plusmarquista nacional junior de salto alto en su natal Venezuela.
Rojas tiene un récord personal de 6,88 en salto largo, que es también la plusmarca nacional de su país, y llegó a marcar un 6,93 que fue anulado por haber sido hecho con zapatillas de triple, y no con las reglamentarias de largo. También registró un 7,27 en 2021 que no fue validado por haber sido hecho con viento a favor.
El salto largo con el que se reconectó en su regreso al atletismo podría ser una prueba completamente distinta. El 9 de febrero en la reunión bajo techo ISTAF de Dusseldorf se puso a prueba la zona de despegue, que sustituye a la tabla de batida, en un esfuerzo por reducir la cantidad de nulos que tanto ha deslucido en las últimas competencias.
En los Juegos Olímpicos de París 2024, por ejemplo, uno de cada cuatro saltos de la final masculina vio el banderín rojo que marca los intentos invalidados, porque los competidores picaron fuera de la tabilla reglamentaria, y la evidencia quedó marcada en la plastilina que señala la nulidad.
Ahora los atletas tienen una zona de despegue de 40 cm válida para picar, lo que elimina el mayor desafío mecánico de la ejecución, que era iniciar el salto picando en una tabla de 20 cm.
La innovación se va a probar en eventos seleccionados y, en caso de ser aprobada, revolucionará para siempre una prueba en la que las reglas no han cambiado en 129 años de historia, desde que debutó en los Juegos de Atenas 1896.
El ensayo ha sido cuestionado por figuras como Carl Lewis, el mayor ganador de medallas de oro en esta prueba en Juegos Olímpicos, quien dice que la medida equivale a que en el baloncesto “se agrande la canasta para los tiros libres porque muchos fallan”.
La doble medallista olímpica Malaika Mihambo, quien llegó a ser entrenada por Lewis, encuentra “emocionante” la innovación, porque “los saltos óptimos son más probables con la zona de despegue”, pero el campeón olímpico, el griego Miltiadis Tentoglou, ha amenazado con cambiar de prueba y pasar al salto triple si la modificación es aprobada.
“Tienes que correr como velocista y aterrizar perfectamente en la tabla. Esa es la parte difícil. El salto en sí es fácil. La parte difícil es correr”, explica Tentoglou.
Si el cambio prospera, entrará en vigencia a partir del Mundial Ultimate, la nueva competencia que World Athletics lanzará a partir de 2026 y que se alternará con los campeonatos del mundo.
Para atletas como Yulimar Rojas, la actual campeona olímpica Thea Lafond o la ucraniana Maryna Bekh-Romanchuk, que hacen ambos saltos horizontales, significaría verse forzadas a ejecutar dos mecánicas de competencia diferentes, porque la zona de despegue solo se limitaría al largo, mientras que el triple conserva la tabla de batida tradicional.
Salto triple: rostros nuevos en acción
El último año que Yulimar Rojas estuvo activa en el salto triple, 2023, fue probablemente el más estelar para esta prueba, con cuatro atletas saltando por encima de los 15 metros a lo largo de la temporada: Bekh-Romanchuk, Jasmine Moore, Shanieka Ricketts y la venezolana.
En su ausencia se sumaron otras dos: la cubana Leyanis Pérez, que hizo un 15,16 con viento a favor y tiene 14,98 como récord personal legal, y Thea Lafond de Dominica, con el 15,02 que le dio el oro en París.
Otra mujer que ha superado la barrera de los 15 metros, la medallista de plata de Tokio 2020 Patricia Mamona, está de momento fuera de las competencias debido a una lesión.
Todas ellas, así como otras que han quedado muy cerca de los 15 metros (la cubana Liadagmis Povea, la estadounidense Keturah Orji y la española Ana Peleteiro) son potenciales rivales en el Mundial de Tokio 2025.
Es probablemente el escenario más complicado con el que se ha encontrado Rojas, una atleta acostumbrada a las distancias abismales, como los 66 centímetros que le sacó a Mamona en la cima del podio olímpico en Tokio, o el metro exacto que puso de distancia entre ella y Bekh-Romanchuk en el Mundial de pista cubierta de Belgrado en 2022.
No fue el caso de su último título universal, el de Budapest 2023, un evento particularmente angustioso para ella. Rojas era octava hasta el último salto de la final, cuando consiguió un 15,08 que le permitió tomar la punta, 8 cm por encima de la ucraniana.
El largo camino de regreso a la élite promete luchas mucho más cerradas y amenazas mucho más serias para la mujer que llegó a ser intocable, y que ahora debe volver a competir entre mortales.
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