Al menos dos personas murieron en Filipinas mientras el supertifón Fung-wong azotaba el centro y el este del país con lluvias torrenciales y vientos que dejaron sin electricidad zonas de la región de Bicol, antes de su inminente llegada al norte de Luzón. Los equipos de rescate enfrentan dificultades tras el paso de la tormenta Kalmaegi. Más de un millón de personas han sido evacuadas de las zonas más vulnerables y las autoridades insisten en que la población siga las órdenes de evacuación.

Filipinas enfrenta un nuevo golpe. Menos de una semana después del paso del tifón Kalmaegi, que dejó más de 200 muertos y vastas zonas devastadas, el país vuelve a quedar expuesto a un fenómeno natural extremo.

Este domingo 9 de noviembre, la tormenta Fung-wong se transformó en supertifón al acercarse al archipiélago, con vientos sostenidos de 185 kilómetros por hora y ráfagas que alcanzan los 230.

El fenómeno, conocido localmente como Uwan, es el ciclón número 21 que llega a Filipinas este año, un país que cada temporada suele ser golpeado por unas 20 tormentas. Pero su llegada, tan solo días después de Kalmaegi, amenaza con agravar una crisis humanitaria y poner a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades.

Al menos dos personas murieron a causa del tifón: una mujer de 64 años, que intentaba evacuar su casa en la ciudad de Catbalogan, en la provincia de Samar, fue hallada sin vida bajo los escombros y árboles derribados; y un hombre se ahogó en la isla de Catanduanes, donde el mar comenzó a ponerse violento desde la madrugada.

“Las olas rugían como si el suelo temblara”, relató Edson Casarino, vecino de la isla, a la agencia de noticias AFP.

El supertifón azota el centro y el este del país, dejando sin electricidad amplias zonas de la región de Bicol, una de las más vulnerables a los ciclones del Pacífico y a las avalanchas de lodo del volcán Mayon. Las autoridades locales estiman que más de 1,2 millones de personas han sido evacuadas preventivamente de las áreas costeras y montañosas más expuestas.

Aeropuertos cerrados y puertos bloqueados

El gobierno declaró el nivel de alerta más alto en gran parte de Luzón, la isla más poblada del país, y mantiene la capital, Manila, en nivel tres de emergencia. El regulador de aviación civil cerró varios aeropuertos, incluidos el Bicol International Airport y el Sangley en Metro Manila. Al menos 325 vuelos nacionales y decenas de internacionales fueron cancelados durante el fin de semana y hasta el lunes, mientras más de 6.600 personas permanecen varadas en un centenar de puertos donde la guardia costera prohibió la salida de embarcaciones.

En la provincia de Aurora, al noreste de Manila, los equipos de rescate realizan operaciones puerta a puerta para instar a los residentes a desplazarse hacia zonas altas. Más al sur, en Mindanao, las lluvias intensas provocaron inundaciones que obligaron a evacuar a centenares de personas.

En Isabela, en el norte de Luzón, decenas de familias se refugiaron en un gimnasio reconvertido en centro de evacuación.

“Oímos en las noticias que el tifón sería muy fuerte, así que nos fuimos temprano”, contó a la agencia de prensa Reuters Christopher Sánchez, de 50 años, quien huyó junto a su familia. “Vivimos junto al río. En tormentas anteriores, el agua llegó por encima de la altura de una persona. Estamos asustados, pero al menos aquí estamos juntos”.

Medidas de emergencia y advertencias

El secretario de Defensa, Gilberto Teodoro, pidió a la población que obedezca las órdenes de evacuación, advirtiendo que negarse a hacerlo “es peligroso e ilegal”. “Pedimos que las personas evacúen de forma preventiva para no tener que realizar rescates de último minuto que pongan en riesgo la vida de policías, soldados y rescatistas”, dijo en un mensaje televisado.

Unos 2.000 militares fueron movilizados desde sus entrenamientos para apoyar las operaciones humanitarias y de rescate. Las escuelas y las oficinas públicas permanecerán cerradas el lunes en gran parte del país, incluida la capital.

El servicio meteorológico nacional PAGASA advirtió que Fung-wong podría dejar lluvias muy intensas, con acumulaciones que superarían los 20 centímetros de agua, suficientes para provocar inundaciones extensas y el desbordamiento de los principales ríos del país. Según sus proyecciones, el tifón continuará su trayectoria hacia el noroeste el lunes y martes, antes de dirigirse al estrecho de Taiwán, donde se espera que toque tierra el jueves ya debilitado.

Una sucesión de tormentas sin pausa

Los científicos alertan de que el cambio climático, alimentado por la actividad humana, vuelve estos fenómenos más intensos, frecuentes y destructivos. Las recientes inundaciones provocadas por Kalmaegi también reavivan las dudas sobre la calidad – e incluso la existencia  de las infraestructuras diseñadas para mitigar las crecidas en el archipiélago.

Con Fung-wong, Filipinas suma su vigésimo primer ciclón del año. Cada temporada, las zonas más pobres son las que sufren con mayor dureza los embates de la naturaleza. Y mientras los rescatistas intentan llegar a las comunidades más aisladas, el país entero se prepara para otra noche bajo la fuerza implacable del viento y la lluvia.

Con AP, AFP y Reuters

France24

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