Los ministros de Exteriores de los países de la Liga Árabe aceptaron este domingo a Siria como miembro de pleno derecho de la organización, doce años después de haber suspendido a este estado, por la represión de las protestas que amenazaron con derrocar el gobierno de Bachar al Asad. Sin embargo, entra con condiciones.
Esta es la formalización de una conversación que estaba en marcha desde hace varios años y que se aceleró a causa de las pérdidas que generó pasado terremoto, del 6 de febrero en Turquía y Siria.
La participación de las delegaciones del Gobierno de la República Árabe Siria en las reuniones de la Liga Árabe y en todos sus organismos empezará a partir de hoy, 7 de mayo, de acuerdo con la resolución final emitida por el organismo panárabe, tras una reunión de emergencia de los ministros de Exteriores en El Cairo.
Uno de los portavoces de la Liga Árabe, Gamal Roshdy, afirmó que el Gobierno sirio es ahora un miembro como el resto de los países de la organización y "tiene el derecho a participar en todas las actividades y actos".
La hoja de ruta
No se trata de perdón y olvido. En su regreso debe seguir una hoja de ruta para solucionar "la crisis" desatada tras las protestas contra Al Asad y la consiguiente guerra que azota al país desde 2011.
Por lo tanto, Damasco debe permitir la entrega de ayuda humanitaria "a todos los necesitados en Siria", es decir, también a quienes están en zonas que no están bajo el control del Gobierno.
Es de recordar que, con el tiempo y el apoyo de Rusia e Irán, el régimen sirio ha recuperado el control de la mayor parte del territorio, pero cuatro millones de personas viven en el noroeste bajo control rebelde y yihadista.
Además se formará un comité de contacto ministerial entre Jordania, Arabia Saudí, Irak, Líbano y Egipto para dar seguimiento a la denominada "Declaración de Amán", del pasado primero de mayo, en la que están las condiciones para que Siria regrese a la arena regional.
Entre los puntos está el regreso voluntario de los refugiados, la salida de fuerzas extranjeras "ilegales" en Siria, la lucha contra el narcotráfico o la reanudación del trabajo del Comité Constitucional para redactar una nueva Carta Magna en Siria, una tarea que la ONU lleva años intentando que se realice.
El pasado con el gobierno de Al Asad
La membresía de Siria en la entidad panárabe quedó suspendida a raíz de la brutal represión con la que el Gobierno de Al Asad respondió a las revueltas populares desencadenadas en 2011 y que posteriormente dieron lugar a un conflicto armado.
Esa misma razón llevó a muchos países regionales a cortar o enfriar sus relaciones con Damasco.
Ahora, la reconciliación de los países árabes con Siria, impulsada principalmente por Arabia Saudí, se puso aún más sobre la mesa después de que este país e Irán -estrecho aliado de Al Asad- normalizaran relaciones a principios de marzo.
De hecho, el presidente sirio Bashar al-Assad recientemente salió del estatus de persona no grata y algunos observadores creen que podría asistir a la cumbre anual de jefes de estado de la organización panárabe el 19 de mayo, en Jeddah, Arabia Saudita. .
Así las cosas, Siria, para financiar la costosa reconstrucción del país, ya cuenta con la plena normalización de su relación diplomática con los países árabes, en particular las ricas monarquías del Golfo -que fueron los aliados más fuertes de la oposición a Bashar al-Assad-.
Este 7 de mayo, en Damasco, el presidente iraní Ebrahim Raisi y su homólogo sirio anunciaron que fortalecerían sus lazos diplomáticos y económicos, haciendo hincapié en la reconstrucción.
Un 2023, con movimientos
El pacto regional ha venido cambiando radicalmente desde este año: Arabia Saudí suní e Irán chiíta, grandes enemigos, se reconciliaron en marzo. En el proceso, el 12 de abril, el Ministro de Relaciones Exteriores de Siria realizó una visita sorpresa a Arabia Saudita, la primera desde el inicio del conflicto. Dos semanas después, Túnez nombró embajador en Damasco.
Antes, poco después del terremoto, el jefe de la diplomacia egipcia -peso pesado de la Liga Árabe- había sido enviado a Damasco para una visita "humanitaria".
Fuera de la Liga Árabe, Turquía, un gran partidario de anti-Assad desde 2011, también está comenzando a acercarse. Sin embargo, Bashar al-Assad insiste que no hay acercamiento sin el "fin de la ocupación turca" del territorio sirio.
Con AFP Y EFE