La primera semana de marzo, la violencia volvió a sacudir a Siria, después de que grupos leales a Bashar al-Assad protagonizaran enfrentamientos armados con las tropas militares del nuevo Gobierno en la región costera del país, uno de los últimos bastiones del mandatario derrocado y hogar de la minoría religiosa a la que pertenece, los alauitas. ¿Cuál es el rol de los alauitas en el nuevo episodio de violencia en Siria?

A poco menos de tres meses de que los rebeldes sirios tomaran el poder en Damasco, el conflicto regresa al país. Aunque esta vez, recargado por viejas rivalidades políticas y religiosas.

El pasado 6 de marzo, los ojos del mundo volvieron a posarse sobre Siria, después de que medios locales informaran sobre nuevos enfrentamientos bélicos en territorio sirio. Esta vez, los combates tuvieron lugar en la provincia costera de Latakia, así como en la ciudad vecina de Tartus, en donde fuerzas militares del nuevo Gobierno fueron embestidas por grupos de hombres armados leales al derrocado Bashar al-Assad.

Un día después, la nueva dirigencia de Damasco – encabezada por el presidente interino, Ahmed al-Sharaa – ordenó el despliegue de un operativo bélico para reforzar al Ejército estatal en la zona, tradicionalmente aliada a la figura de Al-Assad, y acabar con el supuesto intento de insurgencia. Sin embargo, el costo de vidas civiles en los combates ha sido devastador

Según la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Reino Unido, al menos 237 personas han muerto durante los dos días de conflicto en la costa siria; una cifra en la que figuran al menos 142 civiles, entre ellos 136 "ejecutados por las nuevas fuerzas de seguridad". Los civiles ejecutados pertenecen a la comunidad alauita del país.

"Hombres armados procedentes de la región de Idlib llegaron al amanecer y acorralaron a los hombres mientras decían a las mujeres que se quedaran en casa. A continuación ejecutaron a los hombres", detalló Rami Abdulrahman, miembro del OSDH. Fuentes dentro de la comunidad alauita siria citadas por Reuters secundaron los reportes, mencionando que los perpetradores fueron "hombres armados afiliados con el nuevo régimen" sirio, pero no personal del Ejército.

Al-Sharaa sentenció que su Gobierno buscará acabar con todos los "restos" del régimen de al-Assad, aunque se comprometió a buscar y enjuiciar a los culpables de los asaltos en contra de la población civil. Para algunos expertos, el recrudecimiento de la violencia en Siria responde a las tensiones internas entre diversos grupos étnicos y religiosos que buscan su lugar en la restructuración gubernamental en el país; la comunidad alauita entre ellos.

"Los enfrentamientos recientes entre las tropas del Gobierno y los grupos alauitas reflejan las tensiones internas, así como su necesidad de defensa frente a la percepción de que podrían perder poder en un futuro pos-Al-Assad, o verse vulnerados", apuntó Sofía Gómez Mansur, analista internacional especialista en Medio Oriente, en entrevista con France 24.

En medio del nuevo episodio de violencia y la incertidumbre por el futuro político del país, surge una pregunta. ¿Es la comunidad alauita parte de los "restos" de al-Assad que el nuevo Gobierno busca eliminar?

¿Quiénes son los alauitas de Siria?

El alauismo es un culto religioso nacido en la costa de Siria entre los siglos X y XI como una escisión del islam, especialmente de la línea chiita del mismo. Sus discípulos, los alauitas, creen en la divinidad de Alí, primo y yerno del profeta Mahoma y primer líder de los chiitas islámicos, que reservan el puesto de Imam únicamente a los descendientes de Mahoma y Fátima.

Sin embargo, los alauitas se separaron de los chiitas a raíz de su interpretación de los pilares del Islam, piedra angular en las dinámicas más ortodoxas de la religión. El alauismo nace a partir de una mezcla de creencias de la época, con prácticas islámicas, otomanas y hasta cristianas.

Los alauitas incluyen aspectos como la reencarnación y el culto a la naturaleza, rezan en privado, consideran el viaje a La Meca un símbolo, más que una obligación, cuestionan la obligatoriedad del uso del velo en las mujeres y celebran tradiciones como la Navidad, de origen cristiano.

Debido a su heterogeneidad en el sistema de creencias, los alauitas han sido señalados históricamente como 'herejes' por los cristeros y los otomanos, pero principalmente por otras ramas del islam, que cuestionan su relación con la propia religión abrahámica.

Dentro de Siria, los alauitas son una minoría religiosa, constituyendo entre el 10% y el 12% del total de una población en donde el islam sunita es la mayoría, con alrededor del 74% de los sirios identificados como creyentes de dicha rama.

Gómez Mansur apunta que "históricamente, los alauitas han sido una minoría en un país de mayoría sunita", añadiendo que de las tensiones entre ambos grupos había resultado una marginalización sistemática de la comunidad alauita, especialmente en la época previa al colonialismo francés en el territorio.

"Históricamente, los alauitas han sido una minoría en un país de mayoría sunita, y también con presencia de otras facciones religiosas. Este temor se ha visto incrementado por el sectarismo y las tensiones que se intensificaron durante la guerra civil", detalló.

Sin embargo, la independencia de Siria y la aparición de la familia Al-Assad en el mapa político cambiaron radicalmente las dinámicas de fuerza dentro de las comunidades religiosas en el país.

La relación del alauismo con el régimen de Al-Assad

Ya con un rol relevante en la Administración siria desde el periodo colonial – resultado de una estrategia francesa para aprovechar la exclusión alauita de la mayoría sunita para encargar el poder en unos pocos –, el punto de quiebre en el rol de los alauitas en la historia moderna del país se dio con la llegada de uno de sus miembros al poder en 1971: Hafez al-Assad.

Siendo una pieza fundamental en el golpe de Estado y la guerra civil que desembocó en su coronación como nuevo líder sirio, Hafez al-Assad buscó darle un papel protagónico a los alauitas en la administración del Gobierno, rodeándose de miembros leales de la comunidad religiosa para sus gabinetes e impulsando a dicha minoría con beneficios gubernamentales; aunque lo consiguió a costa del beneficio a la mayoría sunita y otras comunidades religiosas.

La presidencia de Bashar, hijo de Hafez, no fue distinta. Por más de 50 años, la familia Al-Assad había otorgado un 'trato especial' a la comunidad alauita, en donde tenían garantizado uno de sus bastiones políticos históricos.

"Con los Al-Assad en el gobierno, la comunidad alauita ha disfrutado de privilegios políticos, militares y económicos, lo que ha afianzado un vínculo estrecho con el régimen", explica a France 24 la experta en Medio Oriente.

Empero, la última década del Gobierno de la familia Al-Assad fue caótica para la mayor parte de la población siria, incluyendo a los alauitas. Gómez Mansur explica que los estragos de "la guerra civil, las pérdidas humanas y las perspectivas de un futuro sin Al-Assad" generaron descontento entre algunos sectores de la comunidad alauita, que también han sufrido la precariedad y el conflicto que ha lastrado al país.

La preferencia presidencial por los alauitas no los eximió de experimentar en carne propia el rostro autoritario de los Al-Assad. Según un estudio de la Agencia de Asilo de la Unión Europea, en algunas localidades de mayoría alauita, alrededor del 60% de los hombres en edad de reclutamiento militar murieron o resultaron heridos en los 13 años de guerra civil.

Los miedos del pasado reviven

Durante el régimen, la familia presidencial construyó su legitimidad entre la comunidad alauita, no solo a través de los beneficios que les otorgaban – lo cuales que se esfumaron en los últimos años –, sino también con el uso de una narrativa hostil y que vaticinaba el terror para los alauitas en el caso de que el Gobierno Al-Assad fuera derrocado. 

Haciendo uso del pasado marginal de los alauitas y el posible rencor acumulado de las demás agrupaciones religiosas en el país, los Al-Assad se encumbraron como la única defensa posible de la comunidad frente a la amenaza del islamismo extremo, que, presuntamente, encabezaba las revueltas por la Primavera Árabe

"Inicialmente falsa, esta retórica ganó fuerza con el ascenso de la filial siria de Al-Qaeda, el Frente Al-Nusra, en 2012 y la creación del ISIS en 2013. A medida que se desarrollaba la guerra civil, muchos alauitas se sintieron obligados a apoyar al régimen por temor a las represalias islamistas si le retiraban su apoyo", explicó Aghiad Ghanem, experto franco-sirio en Relaciones Internacionales para el medio 'La Croix'.

Tras el fin de la familia Al-Assad en el poder el pasado mes de diciembre, Al-Sharaa prometió liderar un Gobierno de transición que respetaría a las minorías religiosas y étnicas del país, así como abrir la puerta a todas las comunidades para participar en la transición. No obstante, su pasado preocupa entre los alauitas. 

Al-Sharaa, antes conocido como 'Abu Mohammed al-Golaini', fue el líder del HTS, un grupo de corte extremista que lideró la insurrección armada en contra del debilitado gobierno de Bashar al-Assad. El HTS fue resultado de la fusión del Frente Al-Nusra con otros grupos islámicos en 2017, y, en sus inicios, estaba ligado con Al-Qaeda. 

Aunque en un principio el avance rebelde por las poblaciones alauitas no resultó en tragedia ni en un acto de revancha religiosa, en las últimas semanas se han registrado ataques, desplazamientos y amenazas en contra de barrios alauitas sirios, usualmente protagonizados por miembros externos al Gobierno, pero afines a él.

"Los sucesos posteriores a diciembre de 2024 los convirtieron en blanco de resentimiento por parte de muchos sectores de la sociedad siria, que los consideran responsables de la opresión y las políticas autoritarias del régimen Assad", subrayó Gómez Mansur. 

Desde el triunfo de los rebeldes en diciembre, algunos se atrevieron a predecir un proceso de transición agitado y violento, debido a las tensiones históricas entre las distintas facciones políticas y comunidades religiosas sirias. Hoy, meses después de la caída de Al-Assad, las predicciones comienzan a ser una realidad.

Con EFE, Reuters y medios locales

France24

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