Siendo el titular de la Presidencia del Congreso peruano, tras el voto de vacancia de Dina Boluarte, el abogado José Jerí Oré inmediatamente asumió el cargo de mandatario interino del país, como lo dicta la Constitución. En su contra hay una acusación de violación sexual y señalamientos de corrupción que rodean su ascenso de polémica.
No era el político más conocido de Perú, pero sigilosamente se abrió paso hasta ser nombrado presidente interino.
Con tan solo 38 años, José Jerí es ahora el séptimo mandatario que ha tenido el país en siete años, en medio de un torbellino de corrupción, crisis institucionales y enfrentamientos entre el Ejecutivo y el Legislativo que ha arrastrado, uno tras otro, a los presidentes peruanos de la última década.
Jerí nació el 13 de noviembre de 1986 en Lima. Es abogado de profesión, especializado en Gestión de Políticas Públicas. Entró a las filas del partido derechista Somos Perú desde 2013, y, tras haberse presentado en dos ocasiones sin éxito a las legislativas por la Municipalidad de Lima, logró entrar al Congreso en 2021 como suplente del expresidente Martín Vizcarra, -inhabilitado a cargos públicos por diez años.
Como congresista promovió leyes de todo tipo: salud, economía, empleo, seguridad, y deporte, hasta que el pasado julio, cuando se debía elegir la Mesa Directiva del Parlamento (cargos de presidente, vicepresidentes y secretarios de la Cámara) consiguió que su lista fuera la escogida, con él a la cabeza.
Ocurrió en un clima de extrema tensión política hacia Boluarte y su gobierno, cada vez más debilitada, con acusaciones de abuso de poder, represión violenta en las protestas antigubernamentales y corrupción.
Jerí logró convencer a los sectores de centro y centroderecha de apoyarlo y conquistó así al Congreso unicameral del país, estructura de poder arrasadora que ha vacado a tres de los últimos seis presidentes, mientras otros han renunciado a las puertas de ser censurados.
También consiguió ser la figura encargada de sustituir al presidente del país en caso de renuncia o inhabilitación, cosa que acabó por suceder con Boluarte.
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Las acusaciones contra José Jerí
Todo ello ocurrió a pesar de que pesaban en su contra varias acusaciones ante la Justicia. Poco después de su elección como presidente de la Cámara, varios medios y opositores al político comenzaron a exponer los requerimientos legales que había en su contra: una denuncia por violación sexual, otra por desobediencia a la autoridad y otra por enriquecimiento ilícito durante sus funciones en el Congreso.
La denuncia por violación la presentó una mujer en enero de 2025. La presunta víctima determinó que el político la agredió sexualmente junto a otro hombre en la noche del 29 al 30 de diciembre de 2024 tras una reunión social en la municipalidad de Canta.
Jerí aseguró que no tuvo “participación directa o indirecta”. La Fiscalía archivó el caso en agosto, al asegurar que no había pruebas suficientes. La denuncia por desobediencia a la autoridad está relacionada con este caso. A Jerí se le acusó de no cumplir con una medida judicial que ordenó que debía recibir tratamiento psicológico tras la denuncia por violencia sexual. El proceso sigue en investigación.
En cuanto a los señalamientos por corrupción, el nuevo mandatario interino de Perú ha sido acusado de haberse beneficiado de un proyecto regional en el que presuntamente habría recibido pagos irregulares para beneficiar a una compañía.
"No se va a sostener una semana en el cargo, porque serán las calles los que los saquen"
Jerí niega también estos señalamientos. En Perú existe la presunción de inocencia y el ahora gobernante interino ha continuado con su senda ascendente, aunque críticos aseguran que si bien el Congreso ha hecho caso omiso a las denuncias, los ciudadanos podrían no pasarlas por alto. Así lo manifestó el parlamentario izquierdista José Quito, que pidió al pleno del Congreso censurar su nombramiento.
"Llega un momento en que la crisis se ha desbordado, se han ido demostrando las grandes falencias institucionales, la gran ausencia del Estado para con las grandes mayorías", aseguró Quito, quien agregó que un mandato de Jerí "no se va a sostener una semana en el cargo, porque serán las calles los que los saquen".
Caídas de presidentes y una montaña de acusaciones
Las denuncias penales y las investigaciones por corrupción y otros delitos han abundado entre los presidentes peruanos de las últimas dos décadas.
Entre ellos Alberto Fujimori, condenado por corrupción, violaciones a los derechos humanos y usurpación de funciones; Alejandro Toledo, quien fue extraditado desde Estados Unidos y procesado por el caso Odebretch; Alan García investigado por sobornos de Odebrecht, y quien se suicidó en 2019 antes de ser detenido; Ollanta Humala, condenado por lavado de activos, o Pedro Pablo Kuczynski, quien renunció tras denuncias de corrupción y cumple arresto domiciliario, también salpicado en el escándalo de Odebrecht.
El país tiene previsto celebrar elecciones en abril de 2024 y Jerí podría ocupar el cargo de presidente hasta el 28 de julio de 2026, si no es destituido antes. Mientras, siguen en curso las investigaciones en su contra.
Con medios locales
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