Los cardenales celebraron el miércoles el inicio de la Cuaresma católica en ausencia del papa Francisco, hospitalizado desde hace 20 días por una neumonía bilateral que mantiene a los fieles en alerta. El Vaticano informó en la tarde del miércoles que el pontífice no experimentó nuevas crisis respiratorias en la presente jornada, pero que debido a la complejidad del cuadro clínico, su pronóstico continúa siendo reservado.

Sin malas noticias desde el Agostino Gemelli este miércoles. La sala de prensa de la Santa Sede informó en la tarde del miércoles que el papa Francisco no ha presentado nuevas crisis respiratorias en el día de hoy y que ha dedicado parte de la jornada a las tareas laborales, incluso llamando al sacerdote de la iglesia católica de Gaza.

El Santo Padre ha permanecido hoy sin ningún episodio de insuficiencia respiratoria. Como estaba previsto, recibió oxigenoterapia de alto flujo durante el día y la ventilación mecánica no invasiva se reanudará durante la noche. El Santo Padre aumentó la fisioterapia respiratoria y motora activa. Pasó el día en un sillón. Dada la complejidad del cuadro clínico, el pronóstico sigue siendo reservado. Esta mañana, en su piso privado de la 10ª planta, el Santo Padre participó en el rito de bendición de las Santas Cenizas que le impuso el celebrante, y luego recibió la Eucaristía. Después se dedicó a algunas actividades de trabajo. Por la mañana, visitó al P. Gabriel Romanelli, párroco de la Sagrada Familia de Gaza. Por la tarde, alternó descanso y trabajo.

Comunicado del Vaticano, miércoles 5 de marzo, 19:30H (hora local)

"Nos sentimos profundamente unidos a él en este momento y le agradecemos el ofrecimiento de sus oraciones y sufrimientos por el bien de toda la Iglesia y del mundo entero", declaró el cardenal italiano Angelo De Donaris, que leyó en su lugar la homilía de la misa del Miércoles de Ceniza.

La homilía fue escrita por Francisco y leída en la basílica de Santa Sabina, en la colina del Aventino de Roma. "Tocamos la fragilidad en la experiencia de la enfermedad, la pobreza y el sufrimiento que a veces cae repentinamente sobre nosotros y nuestras familias", redactó Francisco, en un texto que resuena con su propia situación.

Las celebraciones del Miércoles de Ceniza dan inicio a la Cuaresma, el periodo de cuarenta días que precede a la Pascua. El pontífice argentino, de 88 años, suele presidir la misa de este día, en la que los feligreses reciben cruces de ceniza en sus frentes.

La ceniza tradicionalmente procede de la quema de las palmas del Domingo de Ramos de las celebraciones de Pascua del año anterior.

El Vaticano indicó este miércoles temprano que el papa "descansó bien durante la noche" y se despertó poco después de las ocho de la mañana.

Una fuente de la Santa Sede declaró posteriormente que su estado sigue siendo "estable".

Francisco pasó las últimas dos noches con máscara de oxígeno porque le ayuda a dormir mejor, añadió la fuente, y este miércoles recibe oxígeno de "alto flujo" a través de una cánula nasal.

Jorge Mario Bergoglio pasó el martes una jornada tranquila tras los dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda del lunes, y el Vaticano informó de que no tenía fiebre, estaba "alerta" y cooperaba con su tratamiento. Sin embargo, su pronóstico vital todavía sigue siendo "reservado".

Hospitalizado en el hospital Gemelli de Roma, el líder de la Iglesia católica ya se había perdido las celebraciones del Miércoles de Ceniza en 2022 debido a un agudo dolor de rodilla.

En esta ocasión tampoco podrá participar en los tradicionales "ejercicios espirituales", un retiro que tiene lugar cada año al inicio de la Cuaresma con la Curia, el personal y la administración de la Santa Sede.

La hospitalización más larga

En el hospital Gemelli de Roma, que el papa Juan Pablo II llegó a bautizar como "Vaticano III", el jesuita argentino alterna reposo, plegaria y fisioterapia para recuperarse de una neumonía en ambos pulmones que le ha provocado varios episodios de insuficiencia respiratoria.

Según el cardenal venezolano y número 3 del Vaticano, Edgar Peña Parra, que le visitó el domingo, el papa "lleva en su cuerpo las señales de la fragilidad y de la enfermedad, como cualquier ser humano".

Es la hospitalización más larga del pontificado de Francisco, que no ha aparecido en público desde su ingreso y se ha perdido la oración del Ángelus los tres últimos domingos, una novedad desde su elección en 2013.

El equipo médico del papa no se ha pronunciado por ahora de cuánto más tiempo seguirá ingresado ni cuánto tiempo precisará de convalecencia si consigue superar la enfermedad, lo que genera inquietud entre los fieles.

El martes, creyentes argentinos colocaron frente al hospital una estatua de la Virgen de Luján, con un velo azul y blanco, a la que Francisco solía ir a rezar en peregrinaje cuando era arzobispo de Buenos Aires.

Religiosos y fieles siguen congregándose ante el hospital con flores y velas. "En este momento en particular lo necesitamos de verdad, su apoyo y su cercanía", dijo Domenica Patania, una mujer italiana de 63 años. "Queremos que goce de buena salud durante muchos años más".

Esta hospitalización, la cuarta desde 2021, genera preocupación por los problemas previos que debilitaron la salud de Jorge Bergoglio en los últimos años: operaciones en el colon y el abdomen, y dificultades para caminar.

También reabrió los interrogantes en el Vaticano sobre la capacidad de desempeñar las labores papales de Francisco, que en los últimos tiempos descartó la idea de renunciar.

*AFP

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