En un Congreso mayoritariamente controlado por el conservadurismo, Donald Trump se dirigió al hemiciclo estadounidense en su primer discurso como presidente estadounidense. Una exhibición de poder en donde el magnate neoyorquino aprovechó 100 minutos en el estrado para presumir los primeros movimientos de su Administración en materia económica, migratoria y política, además de defender la posición de su Gobierno en torno a Ucrania.
Entre rondas de aplausos constantes y gritos de "¡Estados Unidos!", Donald Trump pronunció su primer discurso ante el Congreso, poco más de 40 días después de ser investido como presidente. El mandatario estadounidense fue arropado por un hemiciclo controlado mayoritariamente por un Partido Republicano rendido a su figura, y subió al estrado para esgrimir la agenda legislativa que imperará en los próximos cuatro años.
Junto a su vicepresidente, J.D. Vance, y el presidente de la Cámara de Representes, Mike Johnson, Trump inició su discurso presidencial reforzando su narrativa de traer una "nueva edad de oro" para Estados Unidos durante su mandato, remarcando su victoria electoral y lanzando numerosos dardos a su antecesor en el cargo, Joe Biden, al que calificó como "el peor presidente en la historia" del país.
"Hemos logrado más en 43 días que muchas administraciones en cuatro años (…) Nuestro espíritu ha vuelto. Nuestro orgullo ha vuelto. Nuestra confianza ha vuelto. Y el 'sueño americano' está surgiendo, más grande y mejor que nunca. El sueño americano' es imparable", expresó Trump durante su discurso.
Apenas con unos minutos de haber comenzado, el Congreso experimentó un suceso inusual, cuando el representante demócrata, Al Green, interrumpió el performance presidencial para cuestionar la legitimidad de Trump en sus primeros días del cargo. El congresista fue retirado del hemiciclo por instrucciones de Johnson.
Tras interrupción, Trump abordó —irónicamente— la unidad bipartidista en el Congreso, invitando a los miembros del Partido Demócrata presentes a que se unieran a su política de "hacer grande a Estados Unidos de nuevo", amenazándolos de que no conseguirían regresar al Gobierno si boicotean sus planes legislativos.
"Miro a los demócratas que tengo delante y me doy cuenta de que no hay absolutamente nada que pueda decir para hacerles felices o para que se pongan en pie o sonrían o aplaudan", añadió el mandatario.
Por casi dos horas, Trump abordó un amplio abanico de temas relacionados con sus objetivos políticos en su segunda Administración. Se refirió desde el desarrollo económico estadounidense hasta la defensa de la imposición de aranceles contra México y Canadá, pasando por los avances en las negociaciones de paz en Ucrania y sus planes con el mundo.
Trump ataca el manejo económico de Biden y defiende los recortes de DOGE
La economía fue uno de los ejes principales del discurso de Trump frente al Congreso, en donde el magnate neoyorquino impulsó una narrativa hostil en contra de la Administración de Biden. El presidente hizo constante referencia a que el expresidente demócrata dejó "la peor inflación en 48 años", ejemplificando constantemente el estado de la economía con un sentir recurrente en su base electoral: el precio de los huevos.
"Sufrimos la peor inflación en 48 años, quizá incluso en la historia de nuestro país. Como presidente, lucho cada día para revertir este daño y hacer que Estados Unidos vuelva a ser asequible", mencionó Trump, que dijo haber heredado una "catástrofe económica" de su antecesor. Aún así, las cifras presentadas por el presidente están descontextualizadas, pues no hizo referencia a que el pico inflacionario ocurrió durante la pandemia.
Además, Trump presentó su fórmula para impulsar el desarrollo económico estadounidense. Prometió equilibrar el presupuesto federal a través de numerosos recortes fiscales, incluyendo la continuidad de los despidos masivos en la cartera gubernamental impulsados por el inédito Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), encabezado por Elon Musk, al que defendió a capa y espada durante su intervención.
El presidente alegó que el DOGE identificó un "fraude millonario" dentro de la nómina federal, señalando que todos los ahorros que resulten de la estrategia de desregularización económica impulsada por el multimillonario sudafricano van a ir a parar al pago de la deuda nacional y el impulso de la industria estadounidense. La deuda estadounidense ronda en unos 36 billones de dólares.
Además, el republicano adelantó sus planes para aumentar el desarrollo en la industria energética nacional y reducir los costes de la energía para el consumidor estadounidense. Trump adelantó sus planes para la creación de un gaseoducto en Alaska, además de la continuidad de su famosa política de extractivismo petrolero repitiendo frente al Congreso uno de sus lemas de campaña más conocidos: "Excava, señor, excava".
Trump también avanzó que su Administración buscará aumentar la extracción de tierras raras en suelo estadounidense.
"Más adelante, esta semana, también tomaré medidas históricas para ampliar drásticamente la producción de minerales críticos y tierras raras aquí en EE. UU.", exclamó el neoyorquino.
Trump presume su estricto control migratorio y reafirma su guerra arancelaria contra México y Canadá
Como es tradición, el discurso trumpista también estuvo plagado de una retórica antiinmigrante que es pilar su lógica política.
De nuevo, Trump catalogó a las personas migrantes en situación irregular dentro de Estados Unidos como una amenaza para la seguridad nacional, afirmando que, en los cuatro años de la Administración Biden, ingresaron "21 millones de personas" de manera irregular. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense solo cuantifica alrededor de 10,8 millones de arrestos por cruces ilegales.
Sin embargo, el mandatario defendió la intensificación en el control migratorio durante sus primeros días de Gobierno, invitando a los congresistas a apoyar sus iniciativas en torno a la interrupción del flujo migratorio hacia Estados Unidos para conseguir "la operación de deportación más grande en la historia".
"Hermosas ciudades como Aurora, Colorado, y Springfield, Ohio, se doblaron bajo el peso de la ocupación migrante y la corrupción como nadie había visto antes. Hermosas ciudades, destruidas", expresó Trump.
En la misma tónica, Trump abordó el tema de los aranceles con una doble naturaleza: como herramienta política para presionar a México y Canadá para que detengan los flujos migratorios – y de fentanilo – y como una ventaja económica para los productores estadounidenses.
Horas después de que entrara en vigor la imposición del 25% de aranceles a productos mexicanos y canadienses que ingresen a Estados Unidos, Trump defendió su medida mencionando que, históricamente, Estados Unidos ha sido tratado por sus socios de manera "injusta". También aseguró que Washington va a lanzar más tarifas en contra de otros países y rubros comerciales, como los microchips. Y adelantó intereses recíprocos desde el 2 de abril.
"Lo que ellos nos cobren, nosotros se lo cobramos. Lo que ellos nos graven, nosotros se lo gravamos a ellos. Si ellos aplican aranceles no monetarios para mantenernos fuera de su mercado, nosotros aplicamos barreras no monetarias para mantenerlos fuera del nuestro", sentenció el mandatario.
El presidente reconoció que, desde que vocalizó sus amenazas arancelarias contra México y Canadá al inicio de su Gobierno, ambos vecinos han implementado grandes esfuerzos para detener la migración y el tráfico de fentanilo a territorio estadounidense. Sin embargo, Trump dijo que "no es suficiente" y que ambos países "deben hacer más".
"Nuestro país ya no será 'woke'": Trump se lanza contra la comunidad trans y la asistencia de USAID
En otro embate narrativo propio de la lógica trumpista —que encumbra los "valores conservadores" por sobre la idea de la cultura 'woke’—, el presidente dedicó una parte de su discurso a criticar duramente al "progresismo" en Estados Unidos, mencionando que el país de las barras y las estrellas "ya no será progresista".
En esa línea, Trump defendió la orden ejecutiva que firmó en días pasados que veta a competidoras trans de participar en justas deportivas femeniles dentro del país.
Además, el presidente adelantó que presentará un proyecto de ley ante el congreso que prohíba "el cambio de sexo en niños".
"Quiero que el Congreso apruebe un proyecto de ley que prohíba y penalice permanentemente los cambios de sexo en niños y acabe para siempre con la mentira de que cualquier niño está atrapado en el cuerpo equivocado", lanzó el mandatario.
Asimismo, Trump abogó en pro de los recortes al presupuesto de USAID, que a su vez afectan a decenas de campañas de ayuda humanitaria que dependen de la asistencia internacional estadounidense, bromeando con que Washington está destinando fondos a causas y países de los que "nadie ha oído hablar".
"Ocho millones de dólares para promover el colectivo LGBTQI+ en la nación africana de Lesoto, de la que nadie ha oído hablar", dijo Trump.
En los últimos meses, organizaciones y expertos han advertido sobre las consecuencias devastadoras que podría tener esta desfinanciación para programas para combatir el VIH o promotores de los derechos reproductivos e iniciativas de paz, entre otros.
Trump dice que Ucrania está lista para firmar el acuerdo por tierras raras
Sobre política exterior, Trump se limitó a abordar el tema de las negociaciones de paz en Ucrania, dejando en el tintero los planes estadounidenses para la reconstrucción de Gaza u otros asuntos en la agenda internacional.
Después de protagonizar un intenso intercambio con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, en la Oficina Oval la semana pasada, el presidente estadounidense reveló que recibió una carta del líder de Kiev, en donde expresaba la disposición de su país por firmar el acuerdo de tierras raras con Washington. El presidente ucraniano también habría accedido a sentarse en la mesa de negociación para el cese al fuego en el país europeo.
"Hoy mismo he recibido una importante carta del presidente Zelenski de Ucrania. La carta dice: 'Ucrania está dispuesta a sentarse a la mesa de negociaciones lo antes posible para acercar una paz duradera. Nadie quiere la paz más que los ucranianos", afirmó el mandatario, supuestamente citando el contenido de la carta.
Por otro lado, Trump tampoco escondió sus pretensiones de expansión territorial, reafirmando el interés de su Administración en la anexión de Groenlandia, añadiendo que la adquisición del territorio es un tema de "seguridad" para Washington.
"De una forma u otra, lo vamos a conseguir", auguró.
Con AP, Reuters y medios locales
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