Este jueves 27 de febrero, el líder encarcelado del prohibido Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, hizo un llamado a los combatientes kurdos a dejar las armas y pidió a los miembros del grupo reunirse en el Parlamento para disolver el movimiento. Se trata de una petición inédita tras más de cuatro décadas de conflicto.

Llamado histórico en Turquía. El líder militante del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, pidió este jueves 27 de febrero a su grupo que deponga las armas y disuelvan la bancada en el Parlamento.

Es una medida que podría poner fin a un conflicto de más de 40 años con Ankara y tener consecuencias políticas y de seguridad de largo alcance para la región.

"Hago un llamado a que depongan las armas y asumo la responsabilidad histórica de este llamamiento", aseguró Ocalan en una carta hecha pública por miembros del Partido Democrático de los Pueblos (DEM), prokurdo.

"Como en el caso de cualquier comunidad y partido moderno, cuya existencia no ha sido abolida por la fuerza, voluntariamente, convoquen a su congreso y tomen una decisión; todos los grupos deben deponer las armas y el PKK debe disolverse", dijo Ocalan.

La información se conoce después de que una delegación de DEM visitara a Öcalan este jueves, en su prisión, en una isla. Posteriormente, la declaración escrita del funfador y líder del grupo fue leída por los diputados del Partido Democrático, cerca a Estambul.

Turquía y sus aliados occidentales consideran al PKK una organización terrorista.

Una inédita decisión en Turquía que tendría alcances en toda la región

El mensaje del líder del PKK, al que tendrán que responder los comandantes del grupo sobre el terreno, abre un nuevo intento de acabar con el conflicto.

La petición de Öcalan podría tener consecuencias para la importante región exportadora de petróleo del norte de Irak, donde el PKK tiene su base, y para la vecina Siria, que intenta recuperarse tras la guerra civil de más de 13 años, con el derrocamiento de Bashar al-Assad, el pasado diciembre.

Más de 40.000 personas han muerto desde que el PKK inició su lucha en 1984 con el objetivo de crear una patria étnica para los kurdos.

Pero sus críticos señalan que desde entonces, se ha alejado de sus metas separatistas y, en cambio, ha buscado más autonomía en el sureste de Turquía y mayores derechos para los kurdos.

Los últimos esfuerzos de paz comenzaron el pasado octubre, cuando el socio de coalición del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, el político nacionalista de extrema derecha Devlet Bahceli, sugirió que Öcalan podría obtener la libertad condicional si su grupo renuncia a la violencia y se disuelve.

El esfuerzo de paz llega en un momento en que Erdogan puede necesitar el apoyo del partido DEM en el Parlamento para promulgar una nueva constitución que le permita permanecer en el poder.

La Constitución turca no permite a Erdogan, que ha estado en el poder desde 2003 como primer ministro y luego como presidente, postularse nuevamente a menos que se convoquen elecciones anticipadas, algo que también requeriría el apoyo del partido prokurdo.

El partido DEM ha presionado durante mucho tiempo para lograr una mayor democracia en Turquía y derechos para la población kurda del país, y también para mejorar las condiciones para Ocalan, encarcelado.

Fundado por Ocalan en 1978, el PKK ha liderado una insurgencia en el sureste de Turquía desde 1984. El grupo es considerado una organización terrorista por Turquía y sus aliados occidentales. Los intentos de paz anteriores con el PKK fracasaron; el más reciente en 2015.

Con Reuters, AP y EFE

France24

Liberté Égalité Actualité

France 24 son cuatro cadenas mundiales de información continua (en francés, árabe, inglés y español), que emiten las 24/7 (6 horas diarias, para la cadena en español) en 355 millones de hogares en los 5 continentes.

Ver más