El mediático Donald Trump asegura sentirse "mejor que nunca", después de varios días sin aparecer en público, un hecho que alimentó los rumores sobre su estado de salud. El vicepresidente J.D. Vance sumó chispa a una tendencia que se volvió viral en las redes sociales, afirmando que está preparado para reemplazar al mandatario republicano de 79 años si fuera necesario.

Donald Trump garantizó ampliamente su buena salud. El presidente de Estados Unidos aseguró sentirse mejor que nunca, en un corto mensaje publicado el domingo 31 de agosto en la red Truth Social, tras varios días sin aparecer en público, que generaron inquietudes sobre su estado.

“Nunca me sentí mejor en mi vida”, escribió Donald Trump en letras mayúsculas, en la red social, el domingo.

Así contestó el mandatario republicano a los rumores que incluso apuntaron a su muerte. Estas versiones se alimentaban de la desaparición pública del muy mediático presidente estadounidense.

Reelecto en 2024, a los 78 años, Donald Trump, ahora de 79, es el presidente de mayor edad en obtener un mandato presidencial en Estados Unidos, por lo que su estado de salud es seguido de cerca, además de ser objeto de múltiples especulaciones.

Fotos de sus manos, en las que se ven hematomas y contusiones, tomadas el 25 de agosto pasado, cuando recibió a su homólogo surcoreano, Lee Jae-myung, alimentaron los rumores.

Estos hematomas son consecuencia de “frecuentes apretones de manos” y de su consumo de aspirina, “en el marco de una prescripción cardiovascular preventiva estándar”, intentó justificar la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, el pasado 17 de julio.

Se trata de una condición “benigna y común, especialmente en personas mayores de 70 años”, precisó la portavoz ese día.

Las declaraciones de J.D. Vance y la tendencia #TrumpIsDead en las redes sociales

De hecho, declaraciones de J.D. Vance aumentaron la confusión alrededor de la salud del mandatario. En una entrevista dada al medio de comunicación 'USA Today' el jueves 28 de agosto, el vicepresidente, declaró estar preparado para reemplazar a Donald Trump en la Casa Blanca, si ocurriera una “terrible tragedia”.

“Y si, Dios nos libre, se produce una terrible tragedia, no se me ocurre mejor formación práctica que la que he recibido durante los últimos 200 días”, indicó J.D. Vance.

Sin embargo, el vicepresidente estadounidense también afirmó que “el presidente tiene una salud increíblemente buena” y que “tiene una energía increíble”. Añadió que Trump, suele ser “la última persona en hacer llamadas telefónicas por la noche” y “la primera persona” en despertarse y empezar a hacer llamadas telefónicas de trabajo por la mañana.

En todo caso, las declaraciones de J.D. Vance encendieron las redes sociales, que vieron aparecer la frase #TrumpIsDead ("Trump está muerto"). La tendencia se reforzó durante los últimos días, con numerosos mensajes especulando sobre el estado de salud del presidente, hasta una supuesta muerte, sin tener ninguna prueba.

El sábado, ni siquiera fotos de Donald Trump saliendo a jugar golf fueron suficientes para bajar totalmente las inquietudes.

Diagnosticado con insuficiencia venosa crónica

Con 79 años, el estado de salud de Donald Trump se volvió automáticamente un tema de preocupación para la opinión pública.

En julio, Donald Trump fue diagnosticado con una insuficiencia venosa crónica.

Se trata de una afección común para las personas de mayor edad. Se produce cuando las venas de los brazos o las piernas se dañan y, por lo tanto, la sangre no circula de manera tan eficaz.

La sangre se acumula en las venas de los brazos o las piernas, lo que aumenta la presión y explica por qué, en ciertas fotos, el presidente estadounidense se ve con piernas infladas.

De alguna manera, las preocupaciones en cuanto a la salud de Donald Trump también siguen la dinámica de la pasada campaña electoral, cuando las cuestiones sobre la edad y el estado de salud de los candidatos fueron en el centro de la carrera a la Casa Blanca.

En especial, Donald Trump no dejó la oportunidad de aprovechar las dudas sobre la salud de su entonces rival Joe Biden, cuyos momentos de confusión o pérdida de memoria en público, marcaron su mandato y su campaña presidencial, antes de dejar el lugar a Kamala Harris.

La rival republicana de Donald Trump en las primarias, Nikki Haley, de 52 años, también había insistido durante la campaña en su propuesta para que los políticos estadounidenses de más de 75 años se sometan obligatoriamente a “pruebas de capacidad mental”.

Sin embargo, expertos desestiman que la edad o las confusiones sean signos de incapacidad para un cargo como ser presidente.

“No creo que el número de vueltas al sol deba ser un factor de descalificación. Creo que es más la toma de decisiones lo que influye en lo que debería considerarse un buen presidente de los Estados Unidos. No hay duda de que, a mayor edad, mayores son los riesgos de que las cosas salgan mal. Sin embargo, su edad en sí no es tan relevante. Nunca lo ha sido”, explicó S. Jay Olshansky, profesor de Salud Pública de la Universidad de Illinois e investigador asociado del Centro sobre Envejecimiento de la Universidad de Chicago, en declaraciones a France 24 en marzo del año pasado.

Con AFP y medios locales.

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