En una ajustada votación celebrada de madrugada del jueves, el Knesset rechazó una moción para disolverse, aplazando la posibilidad de elecciones anticipadas que podrían haber supuesto el fin del gobierno de Benjamin Netanyahu. La decisión se produce en medio de una crisis política marcada por la disputa sobre el servicio militar obligatorio para los ultraortodoxos, la presión interna de su coalición y el desgaste del Ejecutivo por la guerra en Gaza. 

El Parlamento israelí rechazó en la madrugada del jueves una votación preliminar para disolverse, lo que podría haber sido el primer paso hacia unas elecciones anticipadas, en las que, según las encuestas, el primer ministro Benjamin Netanyahu saldría derrotado. 

El Knesset, órgano que ostenta el poder legislativo en Israel, informó en un comunicado que la votación preliminar para disolver el Parlamento israelí no logró los apoyos suficientes tras alcanzar un acuerdo sobre una disputa relacionada con el servicio militar obligatorio.

El Knesset tiene 120 escaños y la mayoría necesaria para aprobar la votación era de 61 legisladores. En este caso, la propuesta fue rechazada por 61 legisladores, mientras que 53 estuvieron a favor.

La sesión parlamentaria empezó el miércoles y se alargó hasta la madrugada de este jueves. Aunque los partidos ultraortodoxos propusieron posponer la votación hasta la semana siguiente, la oposición decidió seguir adelante con el proceso.

¿Qué se logra con esta votación?

En medio de una crisis política y una guerra, esta decisión da a la coalición gobernante de Netanyahu más tiempo y evita las que serían las primeras elecciones en Israel desde el estallido de la guerra contra Hamás en la Franja de Gaza.

Netanyahu ha estado interesado en un nuevo proyecto de ley de reclutamiento militar y ha presionado con fuerza para resolver el estancamiento en su coalición, lo que ha llevado a la actual crisis política. 

"Me complace anunciar que, tras largas discusiones, hemos llegado a acuerdos sobre los principios en los que se basará el proyecto de ley", declaró Yuli Edelstein, presidente del Comité de Asuntos Exteriores y Defensa del Knesset, en un comunicado.

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En junio de 2024, al vencer la norma provisional que autorizaba las exenciones, nunca formalizada mediante una ley, el Tribunal Supremo instruyó al Ejército a comenzar a reclutar a los judíos ultraortodoxos.

Esta decisión forzó al Gobierno a elaborar un nuevo proyecto de ley con el objetivo de preservar la mayoría de las exenciones, aunque también incluye disposiciones para incorporar al servicio militar a una parte de la población ultrarreligiosa.

La oposición, encabezada por el partido Yesh Atid, busca sumar el apoyo de dos facciones ultraortodoxas que actualmente integran el Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu y que han amenazado con retirarle su respaldo debido a la demora en aprobar una ley que exima del servicio militar obligatorio a la mayoría de los judíos ultraortodoxos.

Esta tensión refleja una división interna dentro de la propia coalición de Netanyahu, en la que algunos partidos religiosos presionan para mantener o ampliar las exenciones para los estudiantes de seminarios, mientras que otros legisladores abogan por eliminarlas por completo.

Los líderes religiosos ultraortodoxos consideran que la dedicación a tiempo completo a los estudios religiosos es sacrosanta y que el servicio militar es una amenaza para el estricto estilo de vida religioso de los estudiantes.

Después de más de 600 días de una brutal invasión israelí en Gaza (investigada por la Corte Internacional de Justicia como posible genocidio), en la que han participado unos 60.000 reservistas, y que ha dejado más de 400 soldados israelíes muertos en combate, las exenciones, que habían sido polémicas durante años, se volvieron un foco de atención frente a un ejército al límite de sus capacidades, que necesita más tropas.

Los votos se quedaron en promesas

Para evitar que se perdieran las exenciones en el servicio militar, las facciones ultraortodoxas de la coalición habían afirmado que votarían con los partidos de la oposición a favor de disolver la Knesset y adelantar las elecciones, que no están previstas hasta finales de 2026.

"Es más urgente que nunca sustituir al Gobierno de Netanyahu y, en concreto, a este Gobierno tóxico y perjudicial", afirmó la diputada de la oposición laborista Merav Michaeli. "Es urgente poner fin a la guerra en Gaza y recuperar a todos los rehenes. Es urgente empezar a reconstruir y sanar el Estado de Israel". 

Sin embargo, medios locales israelíes reportan que ambos partidos, Judaísmo Unido de la Torá y Shas, finalmente votaron mayoritariamente en contra de la disolución de la Knesset, el parlamento israelí, argumentando que habían logrado unos principios de entendimiento con Netanyahu.

Con el fracaso en materia de seguridad del ataque del grupo militante palestino Hamás el 7 de octubre de 2023, que dejó 1.200 muertos y 251 secuestrados, según el gobierno de Israel; y los rehenes aún retenidos en Gaza, las encuestas han pronosticado que la coalición de Netanyahu perdería en unas elecciones. 

La ofensiva de Israel contra Hamás en Gaza ha causado la muerte de casi 55 000 palestinos, según las autoridades sanitarias de Gaza. La ofensiva también ha dejado gran parte del territorio en ruinas y ha provocado el desplazamiento de más de dos millones de personas, que se encuentran sumidas en una crisis humanitaria.

Con EFE y Reuters 

France24

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