El Viejo Continente entra en una semana crucial para el futuro de su seguridad tras la cumbre en Londres para ayudar a Ucrania a alcanzar una tregua “justa y duradera” frente a Rusia, en medio de un inédito alineamiento entre Washington y Moscú. Mientras los líderes europeos se preparan para la cumbre del próximo jueves en la que discutirán el gasto de defensa, Francia y Reino Unido pusieron sobre la mesa un plan de cuatro puntos. ¿En qué consiste y cuáles son sus primeros desafíos? Lo desciframos.
Semana clave en Europa. El continente atraviesa por un renovado sentido de urgencia para salvaguardar la soberanía de Ucrania, y en el fondo, la seguridad europea, en medio de la histórica alineación entre Rusia y Estados Unidos, mientras parece dar la espalda a sus aliados occidentales.
La alerta que ya experimentaba el Viejo continente desde hace tres años ante la invasión de Moscú a su vecino país alcanzó un punto máximo de tensión tras la debacle entre el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, el pasado viernes en la Casa Blanca, mientras expresaba su total confianza en cualquier negociación con el hombre que ordenó la invasión: Vladimir Putin y acusaba a la nación atacada de iniciar la guerra.
Aunque la cumbre del domingo 2 de marzo en Londres había sido convocada por el primer ministro británico, Keir Starmer, antes de la inédita y acalorada discusión entre Trump y Zelenski frente a las cámaras y el encuentro ya preveía abordar los pasos a tomar para respaldar a Ucrania, su sentido de urgencia se elevó tras el altercado. En la capital británica, varias propuestas de los líderes europeos se fijaron sobre la mesa, incluido un plan de cuatro puntos planteado por Starmer y el presidente francés, Emmanuel Macron.
Al encuentro del domingo le seguirá una cumbre extraordinaria el próximo jueves 6 de marzo en Bruselas, en la que los líderes europeos abordarán el aumento en gasto militar, en un momento en el que Estados Unidos, hasta ahora su mayor aliado, se aísla de sus compromisos de seguridad entre los occidentales.
¿En qué consiste el plan de Starmer y Macron para alcanzar una paz “justa y duradera” en Ucrania?
Según lo anunciado por el primer ministro británico, Keir Starmer, el plan prevé cuatro puntos:
- Mantener el flujo de ayuda militar al Ejército de Kiev mientras Rusia continúe la invasión, al tiempo que aumentan la presión a Moscú con sanciones económicas.
- Cualquier acuerdo de paz debe garantizar la soberanía y la seguridad de Ucrania, por lo que Kiev debe estar en la mesa de negociaciones. Contrario, a la iniciativa de Estados Unidos que desde el pasado 18 de febrero inició negociaciones con Rusia, sin Ucrania ni Europa en las conversaciones.
- En caso de alcanzar un acuerdo de alto el fuego, impulsar la capacidad defensiva de Ucrania para disuadir cualquier plan de Rusia de lanzar una nueva invasión. La desconfianza es más que legítima, remarcó Starmer. Y es que tras la guerra del Donbass del 2014 y la anexión de Crimea, seis años después, el 24 de febrero de 2022, el Kremlin lanzó la invasión en curso.
- Desarrollar una coalición común “de voluntarios” para defender a Ucrania y garantizar una tregua duradera.
Sin embargo, este plan aún enfrenta el desafío de ser completamente respaldado dentro de Europa, y en Estados Unidos, por parte del presidente Donald Trump, cada ves más afín a las aspiraciones de Vladimir Putin.
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¿Cuáles son las otras medidas que barajan los líderes europeos en torno a la seguridad del continente?
Además del plan de cuatro puntos, sobre la mesa está la propuesta de Macron y Starmer sobre un mes de "tregua en el aire, en el mar y en las infraestructuras energéticas" de Ucrania y el replanteamiento por parte del mandatario francés sobre un paraguas nuclear en Europa.
El líder del Elíseo considera ese paso crucial para la construcción de una arquitectura de defensa sólida en el continente tras advertir que las intenciones creacionistas de Putin podrían no detenerse en Ucrania, sino seguir extendiéndose hacia otros territorios europeos.
“Nuestra seguridad está en juego”, subrayó Macron, quien agregó que de no ser detenido en sus intenciones, Putin “pasará a Moldavia y Rumania”.
Sin embargo, esa táctica se choca con la resistencia y rechazo por parte de los partidos políticos de la oposición en su propio país: la extrema derecha y la extrema izquierda. Entre ellos, La Francia Insumisa (LFI) y el Partido Comunista Francés (PCF), considerados de extrema izquierda. El líder del PCF, Fabien Roussel, expresó su negación a la idea de un Ejército europeo el domingo 2 de marzo y pidió una conferencia de paz europea con la participación de Rusia para negociar en profundidad en lugar de llegar a una paz diseñada “para rearmarse”.
En LFI, el líder, Jean-Luc Mélenchon, criticó duramente la celebración de la cumbre europea en Londres, el domingo, para respaldar a Ucrania, al describirla como una “cumbre del vacío” destinada a vender “una economía de guerra”. Además, respaldó la propuesta del ex primer ministro derechista. "Jean-Pierre Raffarin propone la retirada de la OTAN y un acuerdo con el sur global. Está bien. Este es el programa rebelde: salida de la OTAN, no alineamiento, altermundialización de la ayuda mutua", aseguró Mélenchon en sus redes sociales.
"Necesitamos un gran aumento de la defensa, sin lugar a dudas. Queremos una paz duradera"
Pero los líderes europeos siguen impulsando sus planes de fortalecimiento en materia de seguridad y los dirigentes se reunirán el próximo jueves en una cumbre extraordinaria en Bruselas en la que está prevista la discusión sobre el aumento en el gasto de defensa.
De hecho, este lunes, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anticipó que en la víspera, el miércoles, anunciará los planes para fortalecer industria de defensa europea
"Mañana informaré a los Estados miembros mediante una carta sobre el plan de rearme de Europa (…)Necesitamos un gran aumento de la defensa, sin lugar a dudas. Queremos una paz duradera, pero una paz duradera solo puede construirse sobre la base de la fuerza y la fuerza comienza con el fortalecimiento de nosotros mismos", declaró la líder del Ejecutivo de la UE.
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¿Cuáles son los mayores desafíos a las propuestas de seguridad para Ucrania y Europa?
Pese a que los aliados europeos plantan cara a Trump en un respaldo conjunto a Ucrania, no todas las propuestas se traducen en acciones. Muestra de ello fue el planteamiento de un Ejército europeo, impulsado el pasado febrero por Francia y Reino Unido, mientras Alemania, Grecia, Polonia y España se mostraron reticentes por su alto costo militar y financiero.
Y es que según un informe de Bloomberg Intelligence estima en 720.000 millones de dólares anuales la creación de una institución castrense europea con su propia capacidad bélica y acorde con los despliegues operativos del Comité Militar de la OTAN.
Estas desavenencias son un claro ejemplo de la creciente división en el continente sobre cómo afrontar la seguridad y defensa sin depender de Estados Unidos. Los temores se elevan ante la amenaza de Washington de reducir su participación en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
A las fracturas internas en Europa para tomar acción, más allá de palmadas en la espalda a Kiev y promesas de seguridad, se suma el reto de volver a acercar a Washington bajo el Gobierno de Trump.
Mientras el mandatario insiste en que Zelenski debería pedir disculpas luego de que fuera increpado en la Casa Blanca, los principales asesores y aliados del líder republicano arremeten contra el jefe de Estado del país invadido por Moscú.
Durante el fin de semana y siguiendo el ejemplo de Trump, varios funcionarios de la Casa Blanca y republicanos del Congreso, y haciendo eco a las palabras del Gobierno, señalaron en repetidas apariciones en la televisión local que el presidente de Ucrania debería hacer “concesiones” territoriales al presidente ruso Vladimir Putin para “poner fin” a la guerra. Incluso, algunos sugieren la renuncia de Zelenski, pese a que los ucranianos se unen en su apoyo a su mandatario.
Una inédita ruptura tanto de las relaciones entre Washington y Kiev, como entre los aliados occidentales no vista en décadas, que han llevado incluso a Estados Unidos a alinearse y votar junto a Rusia, Corea del Norte y Belarús contra las resoluciones de la ONU para condenar la invasión rusa a su vecino país. Bajo el Gobierno de Donald Trump se sigue abriendo la brecha entre Europa y Estados Unidos y aún es incierto si los esfuerzos por aislarlo de Moscú surtirán efecto.
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