En febrero, las dos hijas de un alpinista argentino que murió hace 40 años en las laderas de un volcán recuperaron su mochila, hasta entonces atrapada en el hielo. Las cintas de película que descubrieron en su interior les han permitido conocer mejor los últimos momentos de su padre.
"Fue como redescubrir tu historia".
Azul Viero tenía sólo cuatro años cuando su padre, Guillermo Vieiro, murió en 1985 en las laderas nevadas del volcán argentino Tupungato, a más de 6.500 metros de altura, en la frontera con Chile. Cuatro décadas después, sus hijas Azul y Guadalupe han encontrado su mochila, que les ha permitido conocerle un poco mejor.
"En mi familia, la palabra 'montaña' siempre ha estado prohibida. Mi madre no quiere saber nada del descubrimiento de esta mochila. Es una familia destrozada por el dolor, por el vacío", cuenta Azul Viero a la agencia de noticias AFP.
En 2024, la montañera Gabriela Cavallaro vio una mochila atrapada en el hielo, de la que sólo pudo extraer una cámara Super 8 y una herramienta para escalar. Se habían recuperado los cuerpos de Guillermo Vieiro y su acompañante, pero no todas sus pertenencias. Entonces, se puso en contacto con las hijas del alpinista, conocido por haber escalado en varias ocasiones las pendientes del Aconcagua, el pico más alto de los Andes, con 6.962 metros.
En febrero de 2025, durante el verano austral, Guadalupe y Azul Vieiro, de 40 y 44 años, emprendieron una expedición filmada de 11 días para recuperar la mochila que había aparecido a 6.100 metros de altura.
En la mochila encontraron una chaqueta, un saco de dormir, una botella de agua, aspirinas, pastillas de vitamina C, cuchillos y dos carretes de película de cámara Super 8.
"Espiritualmente, fue como una señal: 'Sigo aquí, existo. No estás sola", dice Azul.
Para las dos hermanas, fue una oportunidad de descubrir quién era. "Mi madre nunca nos dijo quién era. Sabíamos que había muerto en la montaña y que era alpinista, pero poco más. Así que fue como redescubrir su historia", continúa.
Las imágenes mostraban que Guillermo Vieiro y su compañero de cordada Leonardo Rabal, de 20 años, fueron los primeros alpinistas en alcanzar la cumbre del Tupungato por su cara este, la más difícil.
"Nunca se ha vuelto a escalar esta ladera", declaró Gabriela Cavallaro a la AFP.
"Lo que lograron tiene un verdadero valor histórico para el montañismo argentino e internacional", indicó.
Ahora, las dos hermanas donarán las pertenencias de su padre a un museo para "compartir un fragmento de la historia del alpinismo argentino".
Artículo adaptado de su versión original en francés
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