Perdieron la Presidencia, la Cámara de Representantes y el Senado. Además, decenas de decretos de Donald Trump han deshecho lo que defendieron durante años: diversidad e inclusión, medio ambiente, la identidad como país de inmigrantes, las relaciones con países aliados, lo que para los demócratas es la democracia y el mismísimo Estado… Y mientras se consolida su distopia, el silencio parece ser la respuesta.

El programa de comedia 'The Daily Show' caricaturizó el mutismo del Partido Demócrata en un mensaje satírico del Día del Amor y la Amistad, supuestamente enviado por el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer:

“Estamos llevando a cabo una serie de reuniones para revisar como desearles un feliz día de San Valentín en un momento apropiado en las próximas semanas o meses” – lee la falsa postal.

Mientras el partido intenta encontrar su camino como opositor, distintas cruzadas por hacerse espacio en un ecosistema mediático tradicional dominado por la Casa Blanca comenzaron: el senador independiente Bernie Sanders inició una gira a nivel nacional “en contra de la oligarquía” y el Comité Nacional Demócrata envió un correo a sus votantes enumerando diez acciones que han tomado para combatir a Elon Musk, asesor de Trump, sumando una petición de dinero para continuar con la lucha.

“Hasta ahora hemos visto que lo que creen es la mejor táctica, es simplemente no hacer nada en este momento, callados como si estuvieran muertos, para que Trump se hunda él mismo, y que el pueblo estadounidense vea que esto no es una cuestión de partidos, sino una cuestión de principios”, dijo en diálogo con France 24 el analista político Rafael Peñalver.

El 4 de febrero, los demócratas en el Congreso presentaron el proyecto de ley “Stop the Steal” (Detengan el robo, en inglés), en un giro irónico al lema usado durante la campaña por el presidente Donald Trump en referencia al supuesto fraude electoral de 2020. Con esta medida, los demócratas en el legislativo buscan bloquear las acciones de Elon Musk y su Departamento de Eficiencia Gubernamental.

No obstante, según el estratega demócrata José Parra, “hay una divergencia grande de opiniones entre los senadores demócratas (sobre) cómo enfrentar los temas que se están poniendo sobre el tapete en este momento, entonces no hay claridad, no hay unidad en el mensaje del Partido Demócrata frente a la problemática que está generando la Administración Trump”, lo cual no estaría permitiendo avanzar.

Un duelo puede durar de ocho meses a dos años y tiene cinco etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Según el psicólogo clínico Diego Vargas, subdirector de la Fundación MásHumano, un duelo profesional puede atravesar las mismas etapas de este modelo de la psiquiatra suizo-estadounidense Elisabeth Kübler-Ross.

Las etapas no son lineales y pueden solaparse. Por lo tanto, si bien podemos identificar claramente algunas de ellas, no es tan fácil emitir un diagnóstico certero. Tras tres meses de las elecciones y más de un mes de la presidencia de Trump, ¿en qué etapa del duelo están los demócratas?

Negación: “a nivel presidencial, me siento triste”

El 9 de noviembre de 2024, la destacada congresista demócrata Nancy Pelosi insistió en que los resultados de las elecciones no eran un reproche a su partido en una entrevista con The New York Times.

“Nuestros candidatos de primera línea ganaron en lugares en los que los republicanos estaban compitiendo por votos por el presidente y el Senado, y por mucho. A los integrantes de la Cámara de Representantes les fue bien”, dijo al diario neoyorquino.

Una de las figuras más relevantes de los demócratas, Andrew Jackson, fue comparado por sus opositores con un burro en 1828, cuando aspiraba a la Presidencia, debido a su terquedad e inflexibilidad. Él vio dicha comparación como un elogio, debido a las capacidades de trabajo que tiene el animal, y lo adoptó como la mascota del partido, en un símbolo que permanece hasta hoy.

Y la testarudez también persiste. Es evidente en personajes como Pelosi, que, a sus 84 años, se resiste a aceptar que, si bien es cierto que las mayorías del Partido Republicano en el Congreso son estrechas, el resultado de las elecciones fue un mensaje contundente de los ciudadanos.

José Parra, quien fue consejero del líder de la mayoría demócrata en el Senado Harry Reid (2007-2015), cree que “fue un análisis defensivo porque los datos dicen otra cosa (…) Hay una brecha que corre paralela a las divisiones socioeconómicas que hay en Estados Unidos así que simplemente decir eso… no creo que haya sido un análisis válido”.

Ira: la búsqueda de un responsable

Desde las críticas al ahora expresidente Joe Biden por su “tardanza” en renunciar a la reelección hasta el cuestionamiento a la selección de Kamala Harris como candidata sin un proceso de primarias, los demócratas sacaron el dedo acusador después de los comicios.

Quizás el mensaje más claro enviado desde la furia fue el del senador Bernie Sanders, quien a pesar de ser independiente apoyó la candidatura de la exvicepresidenta. En su perfil de la red social X expresó: “No debería resultar una gran sorpresa que el Partido Demócrata, que abandonó a la clase trabajadora, encontrara que la clase trabajadora los abandonó”.

Este "abandono" quedó en evidencia además en los datos demográficos de las elecciones. Es bien sabido que Donald Trump ganó gracias al apoyo de los hombres blancos sin estudios superiores, pero también logró apoyos entre los hispanos y los afrodescendientes. El estratega demócrata José Parra agrega una mala estrategia de comunicación y divisiones internas como factores clave. Y lo más grave es que dichas divisiones aún permanecen.

“Esa separación en cómo se le explica a la persona de a pie es parte del problema que tuvieron los demócratas en ese momento y que seguimos teniendo porque no hay un norte en cuanto al mensaje se refiere”, añade Parra a la conversación con France 24.

Negociación: “nos quitamos los guantes”

En la etapa de la negociación se repasa lo que pasó. En este sentido, el partido se reunió el 1 de febrero y eligió a Ken Martin como el presidente del Comité Nacional Demócrata, (DNC, por sus siglas en inglés), quien tiene la misión de coordinar el nuevo rol como oposición y recuperar el apoyo de la clase trabajadora de cara a las elecciones de mitad de mandato, que tendrán lugar en noviembre de 2026 y en las que se renovará un tercio del Senado y una vez más, la totalidad de la Cámara de Representantes.

Martin lideraba el Partido Demócrata Campesino Laborista de Minnesota desde 2011 y ahora es el primer hombre blanco en liderar el DNC en catorce años. Un guiño a los trabajadores del campo, a los hombres blancos, a la clase trabajadora, aunque el rol de Martin no sea el de un candidato per se.

“Estamos en camino. Este es un nuevo Partido Demócrata. Nos estamos quitando los guantes”, dijo a la prensa tras ser elegido. Una expresión que en inglés indica un enfoque más agresivo para abordar una situación.

De acuerdo con Camilo Gómez, periodista de la sección Mundo del diario colombiano 'El Espectador', el presidente del Comité Nacional Demócrata es “una figura de organización y no un líder político, pero igual es quien se encarga de construir cuál es la línea del partido en las campañas. Y como están sentando las bases se convierte en un rol muy importante”.

Depresión y la desaprobación de los votantes

Los síntomas son desesperanza y poca actividad, según el psicólogo clínico Diego Vargas. Aunque el silencio puede interpretarse también como un acto de respeto a la voluntad popular, hay otro sector de la población que ya está reclamando acciones.

Según una encuesta de la Universidad de Quinnipiac del 19 de febrero, el 49% de los votantes demócratas desaprueba la gestión de la situación planteada por los legisladores del partido.

Además, cientos de personas han salido a las calles en protestas dispersas a lo largo del mes. En redes sociales está naciendo un movimiento, 50501, 50 protestas en 50 estados en un día. El 17 de febrero, festivo por el Día del Presidente, decenas desafiaron las bajas temperaturas en varias ciudades bajo el lema “No Kings Day” (Día de No Rey) en contra de lo que denominaron el fascismo y la tiranía.

"El único que puede salvar esto es el pueblo estadounidense y para poder hacer algo tiene que estar informado(…) mi esperanza es que al final el pueblo estadounidense es un pueblo que aprecia sus derechos", agrega el analista político Rafael Peñalver a la conversación. 

La continuación de manifestaciones públicas puede motivar a los demócratas a resolver con celeridad sus asuntos y regresar con un mensaje contundente pues, volviendo a verlos como un paciente, su red de apoyo son los ciudadanos.

“El que los partidarios estén apoyando a sus líderes y no deserten es lo que hará que el partido se mantenga firme y logre ser oposición o se mantenga agregado a la política estadounidense desde sus propios lineamientos y reglas”- concluye Vargas.

Aceptación: en la crisis está la oportunidad

En esta dirección, el 25 de febrero, un pequeño grupo de manifestantes se reunió en Washington DC para oponerse a los recortes de impuestos, que según denuncian, beneficiarán a los más ricos; rechazar los recortes a la fuerza laboral federal y el desmantelamiento del Estado liderado por Elon Musk.

Allí, el líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Hackeem Jeffries, dijo que su partido iba a rechazar el presupuesto que fue aprobado en esa cámara horas después. No obstante, cinco representantes del partido votaron a favor.

“Tienen que ser mucho más agresivos, igual que lo fueron los republicanos, por ejemplo, en la Administración de Obama(…), Mitch McConnell, líder de la minoría republicana en el Senado en ese momento, famosamente dijo que su objetivo número uno era convertir a Obama en un presidente de un solo periodo, y a todos se lo pusieron en bloque. El Partido Demócrata debe hacer lo mismo, pero desafortunadamente no hay la unidad para lograr ese cometido. Los demócratas deben trabajar al unísono en torno a eso, desde el punto de vista del mensaje y desde el punto de vista del procedimiento”, afirma el estratega demócrata José Parra.

Según un artículo de opinión de The Washington Post, la resistencia a Trump debe llegar desde las cortes -al menos mientras llegan las elecciones-, por esto, los fiscales de distritos demócratas se citaron la segunda semana de febrero en un congreso en Hollywood para estudiar estrategias. Algunas ya han dado frutos, como el bloqueo de la orden ejecutiva que pretendía eliminar el derecho a la ciudadanía por nacimiento por parte de cuatro jueces federales.

Pero "cuando venga una decisión de la corte que no le convenga, Trump va a decir 'yo no tengo que obedecer esto', la corte no tiene poder sobre el Ejecutivo y ahí tenemos una crisis constitucional pendiente. Trump va a llevar esto a una crisis constitucional y, ¿qué pasa? Las cortes no tienen un solo soldado ni un solo policía para hacer cumplir sus órdenes. La democracia estadounidense depende de la buena fe, del respeto entre las tres ramas del Gobierno" advierte Peñalver en conversación con France 24.

"Es la economía, estúpido"

Otros están intentando lanzarle de regreso a los republicanos el bumerán de la economía, el tema que les costó la Presidencia, y recordarles a los estadounidenses que aún los precios no están bajando.

Esta, según Camilo Gómez, puede ser la estrategia más apropiada: “No importa si eres afro, no importa si eres migrante, no importa si eres de la comunidad LGBTIQ+, a todos les trastoca la economía. Los demócratas no entienden que estos grupos ya consiguieron los derechos que hace 50 años peleaban (…) ya están ubicados dentro del sistema nacional. Ya son un estadounidense más, incluso los migrantes latinos. Y como ya piensan como un estadounidense blanco, lo único que les importa es el dinero”.

Según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales, el valor de los huevos subió 7,2% en un mes. La culpa la tiene un brote de gripa aviar, pues más de 45 millones de gallinas fueron sacrificadas para prevenir la propagación de la enfermedad y el índice de precios al consumidor aumentó a 3% en enero en comparación con el año anterior, según el informe del Departamento de Trabajo, un incremento respecto al 2,9% del mes anterior.

El mensaje en las urnas fue claro, pero el presidente aún no ha entregado soluciones efectivas.

Ahí radica una oportunidad para el partido del burro, que debe quitarse las viseras, que como a los animales, les impidieron ver más allá de lo que tenían justo frente a ellos, concuerdan los analistas.

Para resurgir, el partido necesita una visión más amplia pero centrada en la única preocupación de los ciudadanos que una vez fue su base y volver a lo simple, pasando por desprenderse de esa imagen de partido de élite: “La economía, estúpido” como sentenció en 1992 el asesor del demócrata Bill Clinton, James Carville, cuando le ganó la Presidencia al republicano George H. W. Bush.

Y este regreso a los orígenes, en palabras de Peñalver, pasa incluso por aprovechar el distanciamiento de Trump con sus aliados tradicionales europeos y enfocar el mensaje hacia la pérdida de la identidad de Estados Unidos en el mundo como defensor de la democracia en el mundo.

Este rol está quedando en duda tras su alineación de posturas con el presidente ruso, Vladimir Putin, quien modificó la Constitución para permanecer en el poder, y el líder del régimen de Corea del Norte, como se evidenció en el voto en contra de una resolución de la ONU el lunes 24 de febrero. 

"El Partido Republicano que siempre había sido el partido anticomunista, el partido en pro de la democracia, en pro de las libertades, el partido que anunciaba al mundo que era el partido de la defensa de las libertades y de los Derechos Humanos, ahora resulta que es el partido alineado con Putin y la dictadura de Putin y eso yo creo que es la oportunidad más importante que tiene el Partido Demócrata en este momento, concluye Peñalver.

France24

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