Después de dos días en cámara ardiente en el Congreso, este miércoles 13 de agosto los colombianos despiden al senador y precandidato a la Presidencia, Miguel Uribe Turbay, tras ser víctima de un atentado el pasado junio. El subsecretario de Estado de EE. UU., Christopher Landau, se encuentra entre las personas que asisten al funeral del joven líder político que durante dos meses se debatió entre la vida y la muerte.

Tristeza, decepción e incertidumbre son las sensaciones generalizadas entre los simpatizantes de Miguel Uribe, quien se perfilaba como el candidato de la derecha colombiana, de cara a las elecciones presidenciales y legislativas del próximo año.

"Hoy llevo a mis hijas amadas, y a mi niño preciado, Alejandro, a enterrar a su papá", señaló su esposa en un desgarrador mensaje minutos antes de que concluyera el homenaje al senador y precandidato presidencial, tras dos días en cámara ardiente en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional.

La muerte del joven político de 39 años reaviva el fantasma de los magnicidios que no se registraban en el país desde hace años y pone sobre la mesa el tema de la violencia política, cuando se atiza el convulso panorama de seguridad.

Este 13 de agosto, Miguel Uribe fue despedido tras una ceremonia religiosa ​​en la Catedral Primada de Colombia y en un funeral al que asistieron familiares, amigos y líderes políticos, además de miles de ciudadanos que acudieron al Congreso o que esperaron en las calles para despedirlo.

El subsecretario de Estado de la Administración de Donald Trump, Christopher Landau, se encontraba entre los asistentes, confirmó la sede diplomática de Estados Unidos, cuyo embajador encargado, John McNamara, se había reunido con Miguel Uribe el pasado 6 de junio, justo un día antes del atentado.

El jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, y varios políticos de ese país han condenado el asesinato de Uribe Turbay, un crimen ya calificado por la Fiscalía como magnicidio y que sigue conmocionando a Colombia y la región.

"Muy entristecido al conocer la trágica muerte del senador colombiano Miguel Uribe Turbay. Estados Unidos acompaña en solidaridad a su familia, al pueblo colombiano, y demandan junto con ellos justicia para los responsables", expresó Rubio en X esta semana tras conocer la noticia de su muerte.

El padre del senador colombiano, Miguel Uribe Londoño, fue el encargado de clausurar este miércoles el homenaje en el Capitolio con un emotivo discurso.

"Les pido a todos que sigamos viviendo con las enseñanzas de Miguel y que al actuar pensemos siempre qué haría Miguel en esta situación. Hijo, fuiste mi guía y mi maestro, por lo cual te doy infinitas gracias (…) Que tu luz siga iluminando el camino de los colombianos", expresó Uribe Londoño desde el Salón Elíptico del Capitolio.

En la primera fila, vestidas de blanco, se encontraban la viuda del senador, María Claudia Tarazona, y sus tres hijas.

"María Claudia, has sido muy valiente en este tiempo de inmenso dolor y gran tristeza en el cual, con todo el más grande amor, cuidaste de Miguel y de tus hijos como esposa y madre", le expresó Uribe Londoño a Tarazona.

En tanto, la viuda de Uribe Turbay dijo en su discurso de despedida: "Durante estos dos meses recibí a Dios en mi corazón, lo conocí y aprendí la paz de su presencia y la compañía de la Virgen María" y agregó: "Sin la presencia de Dios en nuestras vidas hubiera sido imposible soportar este terrible dolor. La muestra de amor más grande de Miguel hacia mí fue haber resistido a semejante brutalidad para darme el tiempo necesario de prepararme con Dios y la Virgen para su muerte (…) el momento más desgarrador de mi vida".

Tarazona también rechazó "cualquier palabra de violencia, odio o venganza" por la muerte de su esposo. "Creía en la seguridad y la justicia como pilares fundamentales para conseguir la paz, pero no como fuentes de venganza u odio, sino como instrumentos necesarios para un país que debe fortalecer la democracia", aseveró.

El último adiós

Luego de la ceremonia en el Capitolio, un vehículo con el féretro de Uribe Turbay partió desde la Plaza de Bolívar, pasando por la carrera séptima, una de las principales de la capital colombiana, entre otras vías, hasta llegar finalmente al Cementerio Central, el más antiguo de la ciudad, según informó la Secretaría de Movilidad.

Además de su círculo cercano, personas con banderas y globos blancos esperaban dar el último adiós al senador.

Los restos del político colombiano quedarán en un espacio que fue recientemente acondicionado -en un proceso que incluyó trabajos de limpieza, recuperación de andenes y adecuación de la estructura- y que está ubicado entre las sepulturas del político conservador Gilberto Alzate Avendaño y el exalcalde de Bogotá Juan Pablo Llinás, en el corredor principal del cementerio.

El Cementerio Central fue declarado Bien de Interés Cultural de la Nación y allí fueron sepultadas figuras centrales de la política colombiana, como candidatos presidenciales víctimas de magnicidio, como los casos de Luis Carlos Galán Sarmiento y Carlos Pizarro Leongómez, asesinados en 1989 y 1990, respectivamente.

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Magnicidio de Miguel Uribe evoca la tragedia de una familia y de la violencia política

El joven que competía por la candidatura de su partido, Centro Democrático, en las próximas elecciones presidenciales, pertenecía a una prominente familia política colombiana para la cual la turbulencia de las últimas décadas del país se convirtió en dos ocasiones en una tragedia personal.

Su madre, la periodista Diana Turbay, fue asesinada en 1991 durante una fallida misión de rescate tras ser secuestrada por el cartel de Medellín, liderado por el narcotraficante Pablo Escobar. Su secuestro y muerte fueron relatados en el libro ‘Noticia de un Secuestro’ de 1996 del escritor colombiano y Premio Nobel de literatura, Gabriel García Márquez.

Más de 450.000 personas han muerto y millones han sido desplazadas en un conflicto armado alimentado y financiado por el tráfico de cocaína que ha durado más de seis décadas en Colombia.

"La violencia no puede seguir marcando nuestro destino (…) La democracia no se construye con balas ni sangre; se construye con respeto, diálogo y reconocimiento de nuestras diferencias, independientemente de la postura política", declaró la vicepresidenta Francia Márquez el pasado lunes 11 de agosto cuando se conoció la muerte de Miguel Uribe. 

La violencia política se había vuelto menos frecuente en los últimos años, tras el acuerdo de paz alcanzado entre el entonces gobierno de Juan Manuel Santos y el principal grupo al margen de la ley, autodenominado Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en 2016. Sin embargo, con el magnicidio de Uribe Turbay, el país muestra enormes pasos en retroceso.

En las décadas de 1980 y 1990, cuatro candidatos presidenciales fueron asesinados en atentados separados, atribuidos a carteles de droga, aliados con escuadrones de la muerte paramilitares de derecha.

La familia de Miguel Uribe ha sido destacada en la política colombiana durante años. El abuelo materno del ahora fallecido precandidato, Julio César Turbay, fue presidente de Colombia entre 1978 y 1982, mientras que su abuelo paterno, Rodrigo Uribe Echavarría, lideró el Partido Liberal y apoyó la exitosa campaña presidencial de Virgilio Barco en 1986.

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"Sin seguridad no hay nada"

Nacido en Bogotá en 1986, Uribe disfrutó de un rápido ascenso político. A los 25 años, fue elegido concejal de la capital, donde fue un destacado opositor del ahora presidente Gustavo Petro, entonces alcalde izquierdista de la ciudad. Uribe Turbay fue enfático contra la gestión de Petro frente a la polémica gestión de residuos en la ciudad y programas sociales. Sus críticas volvieron a trasladarse años más tarde, esta vez como senador frente a la Administración del actual jefe de Estado.

En 2016, a los 30 años, Uribe fue nombrado secretario de Gobierno de la ciudad, la persona más joven en ocupar el cargo.

Renunció a ese puesto en 2018 para lanzar una candidatura infructuosa a la alcaldía de Bogotá como independiente.

En 2022, fue elegido senador por el partido de derecha Centro Democrático, bajo el lema "Primero Colombia".

"Colombia necesita liderazgo, unidad y trabajo. La paz no se logra con impunidad"

En el Senado, Uribe consolidó su papel como una de las principales voces de la oposición a Petro, criticando la estrategia de paz del actual Gobierno, que infructuosamente ha intentado negociaciones con todos los grupos armados al margen de la ley, mientras la inseguridad a lo largo del país empeora.

Uribe subrayó en diversas ocasiones que la estrategia de Petro de pausar las ofensivas del Ejército contra los grupos delictivos había fracasado debido a las fallidas conversaciones de paz.

"Colombia necesita liderazgo, unidad y trabajo. La paz no se logra con impunidad (…) Solo una política de seguridad seria incentivará a los criminales a deponer las armas y someterse a la ley", declaró Uribe ante el Congreso en julio de 2024, durante la apertura del periodo de sesiones legislativas. 

Hoy el Congreso queda sin una de las mayores voces de la oposición y quien se perfilaba como probable candidato presidencial para enfrentar el próximo año al aspirante que sea nombrado de la coalición Pacto Histórico, de Gustavo Petro, primer presidente de izquierda de Colombia.

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Con Reuters, EFE y medios locales.

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