El veterano de 39 años, estrella de los Washington Capitals, dedicó la mitad de su vida a perseguir la última frontera del hockey sobre hielo: un récord considerado imposible, los 894 goles del legendario Wayne Gretzky. En el camino, la liga cambió para adaptarse a su poderoso estilo de juego y hacer frente a la “Maquinaria Rusa”, como él mismo se rebautizó, pero no fue posible. Así consiguió la inmortalidad.
Los 895 goles de Ovechkin, alcanzados el 6 de abril en la derrota 4-2 ante los Islanders de Nueva York, son el equivalente al récord de puntos que LeBron James impuso en la campaña 2022-2023 de la NBA, quebrando la marca de Kareem Abdul-Jabbar o a las hazañas de Barry Bonds, que borró el hito de jonrones en una temporada de Hank Aaron y el de cuadrangulares de por vida de Babe Ruth.
El gol que significó marcar la diferencia con Gretzky tuvo además un aderezo importante para Ovechkin: por primera vez en su carrera lograba anotarle a otro de los rusos estelares de la NHL, el portero de los Islanders, Ilya Sorokin, que se convierte en el guardameta número 183 al que le marca en la liga.
Gretzky, cuyo récord se mantuvo vigente por 31 años, saltó a felicitarlo y se confesó tan emocionado como para sentir que “marqué el gol”. Los Islanders le hicieron pasillo de honor, y las especulaciones de cuánto tiempo podría durar la nueva plusmarca estallaron. Pero el juego había quedado marcado por Ovechkin mucho antes de esa hazaña.
Un ritmo imparable
El ‘Gran 8’, como también se conoce al ruso, por el número de la camiseta que ha vestido de forma ininterrumpida por 20 años, anunció el nivel superlativo de su juego desde su llegada a la NHL.
Anotó dos goles en su partido de debut y fue el Novato del Año en la campaña 2005-2006. Encabezó la estadística de disparos a puerta en 10 de sus 11 primeras temporadas en la NHL y ha sido nueve veces líder goleador, un récord para la liga.
No es la única marca del gigante formado en el Dinamo Moscú.
Él también comanda el registro de mayor cantidad de goles como visitante, más goles en tiempo extra, más goles ganadores, y es el jugador con más tantos con un solo equipo (Gretzky jugó para cinco franquicias) y con más temporadas de 40 o más anotaciones (13 en total).
Además, comparte con Gretzky y Mike Bosy el récord de más campañas de 50 goles o más, con nueve cada uno, pero solo ha podido levantar una vez la Stanley Cup, el trofeo que corona a los campeones de la NHL. Fue en 2018, y por supuesto él recibió la copa Conn Smythe, que reconoce al Jugador Más Valioso de la final.
Cambiando el juego
Con un estilo completamente diferente al de Gretzky, Ovechkin explota una velocidad vertiginosa que ha obligado a las defensas de la NHL a evolucionar a su ritmo.
Mientras que el canadiense se prodigaba tanto en producción de juego como en finalización, la vocación de Ovechkin se decanta solo por el arco. Gretzky es líder de todos los tiempos de asistencias en la liga, con un impresionante registro de 1963, 714 más que el hombre que figura en segundo lugar, Ron Francis.
Ovechkin se concentra en marcar, y lo hace de forma tan determinante que ha redefinido la defensa, que a lo largo de los años tuvo que adaptarse a más velocidad y menos roce, y a un estilo de remates más creativo y poco ortodoxo.
Una estadística revela claramente cómo el ruso también ha ajustado su juego a las demandas de esas defensas y es el del promedio de salvamentos lo que refleja la efectividad de los porteros en parar los disparos rivales.
En los 25 años previos a la llegada de Ovechkin a la NHL, esa media solo estuvo cuatro veces por encima de .900.
Desde 2005, cuando él fue la primera selección del reclutamiento de los Capitals, jamás ha bajado de .900, y a partir de 2009, pasó 11 campañas en fila arriba de .910. Él nunca dejó de anotar a pesar de esa tendencia.
Rusia: una tarea pendiente
Brillar con la selección de su país en unos Juegos Olímpicos sigue siendo una tarea pendiente para el jugador nacido en Moscú.
Con el uniforme ruso, Ovechkin ha conseguido 13 medallas mundiales, entre ellas cuatro de oro (tres como adulto y una de juvenil), pero no ha logrado subir al podio de los Juegos de Invierno.
En Turín 2006 anotó cinco goles, incluyendo uno en la victoria sobre la poderosa Canadá en cuartos de final, pero luego su selección cedió en semifinales ante Finlandia, y en el partido por el bronce frente a República Checa.
Falló también en Vancouver 2010, cuando Canadá tomó la revancha en cuartos de final, y en Sochi 2014, donde Rusia era dueño de casa y el gran favorito, se quedó en esa misma fase ante Finlandia.
Esa fue la última vez que los jugadores de la NHL participaron en los Juegos Olímpicos y paradójicamente la selección de su país ha sido la gran dominadora desde entonces, con oro en Pyeongchang 2018 para los Atletas Olímpicos de Rusia -como se llamó el equipo ante la suspensión por el dopaje de estado-, y plata en Beijing 2022 para el Comité Olímpico Ruso, en pleno estallido de la invasión a Ucrania.
Ahora el hockey ruso espera para abril una respuesta del Comité Olímpico Internacional sobre sus posibilidades de participar en Milán-Cortina 2026, una edición en la que se está negociando el regreso de los jugadores de la NHL, y aunque tendría 40 años cumplidos para entonces, Ovechkin ha expresado su deseo de ser parte del equipo, si es autorizado.
Un hombre de Putin
El perfil de Instagram de Alex Ovechkin lo muestra al lado del presidente ruso Vladimir Putin y es que a pesar de la ambigüedad con la que ha tratado de despistar sobre su filiación política, el “Gran 8” es percibido como un hombre afín al mandatario de su país.
De hecho, Putin fue una de las primeras personas en felicitarlo, de acuerdo con el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, un gesto en el que se unió a figuras legendarias del deporte, como Michael Jordan, Tom Brady o LeBron James.
A Ovechkin se atribuye la creación del Team Putin, una agrupación de estrellas del deporte y el espectáculo que apoyó la campaña para el que entonces sería su cuarto mandato presidencial. Entre esas celebridades figuraban los también jugadores de hockey Evgeny Malkin, Ilya Kovalchuk y Pavel Bure, así como la plusmarquista de salto con garrocha Yelena Isinbayeva.
Ovechkin ha hecho vagas declaraciones a favor de la paz desde que estalló la guerra en Ucrania, al tiempo que se declara "apolítico" y recientemente fue citado como uno de los temas en las conversaciones de paz entre Putin y el presidente Donald Trump.
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Según el Kremlin, Trump se mostró partidario de que rusos y estadounidenses vuelvan a chocar en una arena de hockey sobre hielo, y más recientemente Kirill Dmitriev, director ejecutivo del Fondo Ruso de Inversión Directa que busca alternativas de cooperación económica con Estados Unidos, destacó a Ovechkin como un vínculo que unía a ambos países.
La hazaña del jugador de los Capitals ha sido celebrada como una victoria del deporte ruso sobre las sanciones por la clase política afín a Putin, y el campeón olímpico de hockey Vyacheslav Fetisov, diputado y exministro de Deportes, lo destacó como un deportista que “nunca ha renunciado a su bandera, himno o presidente”.
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