El genocidio en Gaza parece camino a detenerse luego de que Hamás e Israel se pusieran de acuerdo para la firma de un pacto de cese de hostilidades, devolución de 20 rehenes de Israel retenidos desde el 7 de octubre de 2023, cuando el grupo terrorista intensificó las hostilidades contra Israel y le dio la justificación a Benjamín Netnayahu para iniciar esta masacre que le ha quitado la vida a más de 70 mil personas, una gran mayoria de ellas inocentes.
El protagonista de este acuerdo es Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos, quien ha presionado a Israel para que cese la destrucción de Gaza. Ya no queda mucho para destrozar, porque Gaza ha sido demolida.
Israel se ha comprometido a poner fin a la guerra contra Gaza y a cesar las hostilidades, además de abandonar la ocupación militar. Hamás dejará libre a 20 rehenes aun con vida y los soldados de Israel abandonarán el territorio palestino.
Luego de actuaciones altamente irresponsables y criminales, prácticamente destuido el pueblo palestino, el grupo terrorista Hamás ha agradecido a Donald Trump por la intervención para el cese de la guerra; además agradeció a otros países mediadores, mientras que Netanyahu ha considerado el acuerdo como un triunfo nacional y moral para su país.
Estos acuerdos obligan a una reflexión racional sobre la forma de alcanzar objetivos políticos nacionales en las circunstancias más extremas. Hamás, como organización militar y terrorista, hizo a un lado el gobierno palestino para ejecutar una acción desesperada e irracional, asesinando a más de 200 personas, secuestrando a muchas otras, incluyendo a varias de nacionalidades distintas que participaban en un festival musical juvenil. Además, atacaron a poblaciones israelíes que estaban desprevenidas.
Inicialmente se vio como una debilidad de Israel. Los secuestros fueron otra demostración de audacia y arrojo. Pero fueron actos terroristas injustificables, que no traerían más libertad ni más independencia al pueblo palestino. Los ataques de Israel quedaron en la práctica justificados, y más de 70 mil personas han sido ejecutadas por soldados israelíes, entre ellos más de 20 mil niños, y la infraestructura palestina ha quedado casi totalmente demolida. El drama de Gaza y del pueblo palestino hoy es más terrible que nunca con el genocidio de Israel contra ese pueblo y por la justificación que le ofreció Hamás a un genocida como Netanyahu.
A Hamás le ha tocado ahora una capitulación vergonzosa, que viene acompañada de un agradecimiento de este grupo al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de la entrega de 20 rehenes retenidos durante 2 años y de un desmembramiento de las posibilidades de negociar el establecimiento de un Estado palestino que se integre al ejercicio de colaboración y desarrollo en una comunidad internacional ávida de actuaciones de líderes responsables.
Ojalá que esta paz sea duradera y que Hamás no intente nuevos actos terroristas que hundan más al pueblo palestino en la tragedia de sus adversarios y enemigos, y que le lleven a ser acogidos por tantos otros pueblos cercanos que han sido y siguen siendo solidarios con el pueblo de Yasser Arafat.
Compartir esta nota