Hay que insistir con el tema de la corrupción, porque su mantenimiento y fortalecimiento corroe los cimientos de la democracia, empobrece a las personas y a las instituciones, destruye mecanismos de equidad y equilibrio político, como la Junta Central Electoral, la Suprema Corte de Justicia, el Tribunal Constitucional, y destruye a los gobiernos.

Un gobierno permisivo de la corrupción es el peor lastre para una sociedad. Cada contrato, cada concurso o licitación, cada préstamo o cada compra de servicios, es una fuente de ingresos ilegales, coimas, sobornos, trasiego ilícito de dinero que destruye la posibilidad de nuestro crecimiento como país y de la reducción de la pobreza. En definitiva, la corrupción eterniza la miseria y hunde en lo más profundo la confianza de los ciudadanos en la democracia.

El problema es cómo se identifica la corrupción, cómo la gente la percibe, y cómo se le identifica y se denuncia, y se hace visible a los corruptos, para que los ciudadanos no le brinden su voto ni su confianza, ni apuesten al clientelismo y al patrimonialismo, como fenómenos que hacen más atractivos a los candidatos corruptos.

Uno de los métodos más eficaces es el que aplica Transparencia Internacional, que cada año mide la percepción de corrupción por países, y a partir de los datos obtenidos, establece un ranking de países menos corruptos y de países más corruptos. Participación Ciudadana es el capítulo dominicano de Transparencia Internacional, una institución que tiene su sede en Berlín, Alemania.

Y en el último estudio sobre percepción de corrupción la República Dominicana sigue reduciendo la percepción de corrupción. En 2020 el índice colocaba a la República Dominicana en la posición 136, y en el 2021 bajaba a la posición 128, para indicar que en el 2022 quedaba en la posición 126.

La percepción de corrupción para el 2023 bajó al número 108, lo que representa un descenso de 18 posiciones, y lo que indica que la presente administración ha sido exitosa en hacer frente al modelo de corrupción que se ha establecido en las estructuras estatales, y en la que participan las más insospechadas redes de engaño y manipulación.

Participación Ciudadana ha dicho lo siguiente sobre este último informe: “En el informe dado a conocer este 30 de enero en Berlín por Transparencia Internacional, se destaca que pocos países han avanzado en el Indice de Percepción de la Corrupción (IPC). Con avances significativos sólo se registran 7 países en el mundo, entre los cuales está la República Dominicana. En Las Américas, sólo dos países, Guyana y República Dominicana, han mejorado sus puntuaciones durante la última década, mientras que los demás se han estancado o han disminuido significativamente. La puntuación promedio de la región es 43 puntos”.

Es decir, que finalmente podemos decir que desde la presidencia de la República no hay una maquinaria haciendo negocios o buscando fórmulas para llevarse el dinero público que debe reducir las grandes calamidades de salud, educación y calidad de servicios del pueblo dominicano.

Para Transparencia Internacional “La falta de independencia judicial socava el Estado de derecho, promueve la corrupción y conduce a la impunidad de los corruptos y poderosos. Dado que el puntaje promedio de la región se mantiene en 43 y dos tercios de los países se ubican por debajo de 50, abordar este tema es imperativo para la lucha efectiva contra la corrupción.”

Eso quiere decir que la República Dominicana debe seguir avanzando, dando pasos para seguir reduciendo la corrupción. La reducción de la percepción de corrupción es apenas un indicio, y no la confirmación de que se ha llegado al punto final. Este asunto es sustancial a la continuidad democrática dominicana.

Debemos seguir trabajando e impulsando iniciativas de transparencia y de lucha contra la impunidad. Hay que seguir bajando la posición dominicana en este ranking de percepción de la corrupción.

Como afirma Participación Ciudadana: “Los países con los más elevados IPC en el mundo en el 2023 son: Dinamarca, Finlandia, Nueva Zelandia, Noruega, Singapur, Suecia y Suiza. En las Américas están a la cabeza: Canadá, Uruguay, Barbados y Estados Unidos, mientras las peores puntuaciones la obtienen, una vez más, Venezuela, Nicaragua y Haití”.

Enfrentar la corrupción es una decisión, una voluntad política y una valiente postura, que todos debemos apoyar en cada uno de nuestros actos sociales, políticos y económicos. Es lo que corresponde.