El intento de revertir la caída de la fecundidad en algunos países del mundo ha resultado en un proceso difícil de lograr y posiblemente nunca se llegue a conseguir, por lo que en los países como República Dominicana, en donde la fecundidad aún no ha caído a niveles preocupantes para la demografía, deberían ponerse en práctica medidas preventivas. En estos apuntes y sin mucha profundidad analítica vamos a presentar algunas notas breves para estimular debate necesario en la temática.

  1. En República Dominicana, así como en algunos otros países del mundo, a los que procrean un hijo/a las leyes vigentes los obligan a cumplir con su manutención hasta cumplir la mayoría de edad (18 años) y también a hacerse responsable de casi todos sus actos. Este periodo cubriría una parte importante de la vida adulta de una persona, más de la mitad de la vida laboral.
  2. Conforme a cálculos realizados en algunos países, el costo de mantener y educar un hijo o hija, desde su nacimiento hasta cumplir los 18 años de edad, puede llegar a superar los US$250,000 dólares, cifra que cuando se lleva a promedio mensual equivale a casi RD$70,000 pesos dominicanos. Tomando en consideración que el salario mínimo del sector público actualmente es de 10 mil pesos mensuales, se puede ver que este costo es de 7 salarios mininos, sin dudas muy alto para nuestro país. Con el apoyo de la Inteligencia Artificial se encontraron costos para la República Dominicana que oscilan desde un promedio mensual de RD$3,700 a RD$18,000, dependiendo del estrato social.
  3. Por otro lado, es importante señalar que a partir del fantasma de la explosión demográfica, desde la segunda mitad del siglo pasado y durante varias décadas, en el denominado mundo subdesarrollado se implementaron campañas muy exitosas y se lograron establecer políticas efectivas orientadas a reducir la fecundidad. En el marco de esos procesos se produjeron importantes cambios culturales acerca de la procreación.
  4. Cómo resultado de estas acciones y por diferentes vías se consiguió cambiar las expectativas, comportamientos y actitudes de la población respecto a la fecundidad. Tener descendencia no se encuentra en los planes de vida de una gran mayoría de los jóvenes del mundo y muchos adultos ya han puesto en práctica la no procreación deliberada y consciente.
  5. En consecuencia, en muchos países desarrollados y algunos subdesarrollados la tasa de fecundidad se desplomó a niveles muy por debajo del nivel que se requiere para lograr el reemplazo poblacional. Los países con más tiempo en esa situación han visto con preocupación la reducción de la cantidad de sus habitantes y el aumento relativo de la población envejeciente. Las proyecciones demográficas han estado asustado a muchos países del mundo.
  6. Por otra parte, en otros países subdesarrollados, entre los cuales se incluye la República Dominicana, la tasa global de fecundidad (TGF) todavía no ha llegado a descender al nivel de reemplazo, establecido en una TGF alrededor de 2.1 hijos/as por mujer. En efecto, según las estimaciones obtenidas a partir de los datos del X Censo 2022, la TGF en la República Dominicana fue de 2.3 hijos/as por mujer, la cual se encuentra ligeramente por encima del nivel de reemplazo.

7. Enmarcado en propósitos diferentes al aumento de la fecundidad, cuyo logro ha sido poco exitoso en algunos de los países desarrollados que lo han intentado, en nuestro país y en los otros con una situación de fecundidad similar, las políticas deberían estar orientadas a evitar que la fecundidad se reduzca a niveles por debajo del nivel de remplazo. La definición de las políticas específicas para lograr ese objetivo es una tarea aún pendiente y que debería abordarse sin demoras en la República Dominicana.

Por Antonio Morillo Pérez, PhD

Antonio Morillo

Demógrafo

Antonio Morillo Pérez es doctor en demografía, y labora en la Oficina Nacional de Planificación, hoy Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD).

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