Ha quedado como una noticia cualquiera, y no lo es, el anuncio realizado este martes por Mark Zuckerberg, propietario de la empresa Meta, de que en sus redes sociales cesará su programa de fact-checking (verificación digital) en Estados Unidos.

Está claro que la cesación de ese programa impactará a nivel mundial, y la difusión de contenido malicioso, mentiroso, manipulador, sin verificación se expandirá y las redes serán más propicias para la divulgación de fake news y promoción del odio, el racismo y la violencia.

La decisión primera, en este sentido la adoptó la empresa de la red social Twitter, luego denominada X, tras ser adquirida por el empresario Elon Musk, cercano partidario de Donald Trump, político y empresario que es considerado el creador de la llamada realidad alternativa, que no es otra cosa que su propia versión sobre los hechos y que es considerada, por más infame o mentirosa que sea, la verdad real. Su verdad.

Meta es la propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp, a la que se añade X, como plataforma de divulgación de contenido sin ningún tipo de control o verificación, lo que las convertirá, en ese sentido, en aliadas, dedicadas a la promoción de las versiones del señor presidente de los Estados Unidos, a partir del próximo 20 de enero de 2025.

Esta decisión de Meta y del señor Zuckerberg, aparte de la decisión previa de X, antes Twitter, representan un claro retroceso en las políticas de responsabilidad que habían aplicado estas redes, luego de comprometerse en el Congreso de los Estados Unidos, a no promover falsedades y a proceder con el chequeo digital de sus contenidos, luego de ser investigadas y de comparecer a responder los cuestionamientos de los legisladores.

La moderación de contenido es una realidad que aplican los medios tradicionales, y que implica una responsabilidad ética, que incluye la verificación de cualquier dato antes de ser divulgado. En Estados Unidos medios tradicionales, como el Washington Post, se dedicaron a verificar las mentiras del presidente en el período 2017-2021, y la cantidad resultó verdaderamente abrumadora: le contaron 30 mil afirmaciones falsas o engañosas, sobre temas como la inmigración, el comercio, las políticas internas o relaciones internacionales. En uno de los debates políticos en que participó como candidato le contaron 30 afirmaciones mentirosas o engañosas.

Meta y Zuckerberg, además de X y Musk, alegan que la verificación ha hecho más mal que bien, y ha sido una limitación a la libertad de expresión. En palabras del presidente de Meta: "Los verificadores de hechos han sido demasiado parciales políticamente y destruyeron más confianza de la que han creado, especialmente en Estados Unidos”. Para Musk el mejor ejemplo de libertad de expresión se vio en las recientes elecciones presidenciales en los Estados Unidos.

Zuckerberg además de eliminar la verificación de datos, para complacer al presidente electo, con quien se reunió hace poco, también amplió la Junta de Directores de su empresa, y agregó tres posiciones que serán ocupadas por tres partidarios confesos y cercanos al presidente Donald Trump. Son ellos el presidente de la Ultimate Fighting Championship (UFC), Dana White, aliado cercano del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, el  director ejecutivo de Exor, John Elkann, y el ejecutivo de Microsoft, Charlie Songhurst.

Con esta decisión de Meta parece ser que hemos llegado al punto final para los medios tradicionales, en que se terminan las expectativas de mejorar los contenidos periodísticos que se difunden por las redes sociales, con productores independientes. Tal vez pudiera ser una oportunidad, para que los medios dejen de estar presentes en las redes sociales, y separar lo periodístico de la especulación y la manipulación mentirosa, ya costumbre en las redes sin verificación de datos.