El 8 de abril se desplomó el techo y partes laterales de la discoteca Jet Set, de la ciudad capital dominicana. A consecuencia de este hecho han muerto hasta el momento más de 230 personas, y más de 150 han quedado con lesiones, incluso de gravedad.

Tanto los afectados directamente como la sociedad en su conjunto deben recibir justicia.

Como era previsible, las investigaciones técnicas para determinar las causas de este trágico suceso han necesitado de un tiempo prudente para no apresurar conclusiones que pudieran resultar inexactas.

Por otro lado, en lo relativo a las investigaciones legales, de parte del Ministerio Público, específicamente la Fiscalía del Distrito Nacional, para elaborar un expediente que deberá ser sometido a los tribunales con la finalidad de establecer responsabilidades civiles y, posiblemente, penales, se ha percibido cierto grado de lentitud.

De manera particular, más de cincuenta familias que resultaron afectadas por muertes o lesiones graves de parientes  han procedido a depositar sus demandas judiciales ante el Ministerio Público.

Un axioma jurídico reza que justicia tardía es justicia denegada. Esperamos que no sea esa la realidad en el caso de la discoteca Jet Set, que ha llenado de luto a la República Dominicana.

El 8 de junio se cumplirán dos meses de esta tragedia. Esperamos que la dolorosa y triste espera de tantas familias, y de la ciudadanía en general, no se prolongue más.