Este jueves 12 de junio, en un sencillo acto encabezado por sus hijos Willy y Jimmy Pumarol Castellanos, y por sus nietos, fue sepultada en el Cementerio Puerta del Cielo, la comunicadora y figura emblemática de la televisión dominicana, Socorro Castellanos.

Se marchó tranquila y dejando huellas bien profundas en su labor como profesional de la comunicación. Pudo despedirse de sus hijos y nietos, y de los amigos más queridos. Dispuso que su amigo Leonel Lirio diseñara el último vestido que la cubriría, en camino a su encuentro con Johanna, su querida hija ida a destiempo, y como bien dijo Freddy Ginebra en las palabras que pronunció, en el cielo la esperarían Sonia Silvestre y Víctor Víctor con sus canciones.

El encuentro para despedir a Socorro fue íntimo y cargado de ternura y familiaridad. Hubo una celebración religiosa igualmente franca y fraterna, ayudando a conducir el espíritu de la fallecida a su encuentro con el Dios en quien siempre creyó y la condujo en sus muy diversas actividades y proyectos.

Socorro Castellanos fue pionera de la televisión dominicana. Y en su condición de figura influyente y popular, siempre mostró lo mejor del ser dominicano, promovió la decencia, la cortesía, el buen trato, el respeto, la palabra adecuada y bien pronunciada, y aunque estuvo en programas de comedias sirvió siempre de ancla para la enseñanza y el buen decir, aparte de su perspectiva siempre sobre la base de la instrucción y la búsqueda del bien y la justicia.

Ese talante de Socorro Castellanos fue resaltado en esta despedida, precisamente en un tiempo en que los medios televisivos y radiales están cargados de procacidad, de sandeces y agresiones, no solamente al lenguaje y a la conducta limpia de sus conductores, sino a la invasión mendaz de la vida privada de los cuidadanos, a la agresión, la extorsión y la difamación.

Socorro hizo radiodifusión, televisión, incursionó en la publicación de libros y aupó el talento joven, tanto en la música como en el teatro, convirtiéndose en sostén y orientadora de artistas importantes, que son notables hoy día en su desempeño.

Reiteramos nuestras condolencias a Willy y a Jimmy, a sus nietos Willito y Lexi, Jean André y Jean Marco, y a sus hermanos Manuel Tancredo y Tamara.

Como bien pudo decir Freddy Ginebra en las palabras de despedida, Socorro se fue con la conciencia de que se marchaba, pero mantuvo siempre su talante de dama distinguida, su talento de mujer emprendedora y audaz, y su conciencia de que dejaba huellas profundas en la comunicación social en la República Dominicana. Paz a su alma.