La Junta Central Electoral ha hecho bien al rechazar la inscripción de la candidatura presidencial del estadounidense Ramfis Domínguez Trujillo.

Ese político es ciudadano extranjero. Y aunque se le concedió la nacionalidad dominicana, no ha renunciado a la primera, que es la estadounidense, ni tampoco ha vivido diez años consecutivos en la República Dominicana, como dispone la Constitución de la República.

La otra razón que justifica la decisión de la JCE, aunque no es legal, no es menos importante.

Fueron miles las víctimas directas de la dictadura de Rafael Trujillo, el abuelo de Ramfis Domínguez.

Se podrá alegar que este político no tiene la culpa de los crímenes y robos de su abuelito. Y es cierto, pero la defensa que asume de su abuelo ofende la memoria histórica del pueblo dominicano.

Sus loas a la dictadura constituyen una burla para las familias que sufrieron la pérdida de seres queridos durante ese régimen de sangre y terror, y una falta de respeto para el todo el pueblo dominicano.

La JCE ha hecho lo legal y moralmente correcto.

Reciba nuestro apoyo y reconocimiento.