Desde antes de pisar la calle Arzobispo Nouel, a las 11:35 de la mañana, se puede escuchar el bullicio de la obra en pleno apogeo. Las máquinas rugen y el sonido de los martillazos y chirridos crean una melodía dispareja, mientras los trabajadores, reconocibles por sus chalecos naranjas y amarillos fosforescentes, trabajan en un ritmo sincronizado.

En cada esquina de la Ciudad Colonial se observan montones de tierra, cemento y gravilla, y las calles estrechas están llenas de polvo, evidencia del proceso de construcción.

Los vehículos que están estacionados en los alrededores lucen sus ruedas y carrocerías manchadas de polvo, como si fueran parte de las herramientas. Los camiones de Obras Públicas cargan y descargan materiales, agravando el constante y ensordecedor ruido.

Se visualiza a los trabajadores colocando adoquines en un patrón serpenteante, y en algunas zonas más avanzadas, se aprecia el nuevo sistema pluvial de drenaje. Alrededor de 20 obreros laboran en un mismo tramo de calle Las Mercedes, cada uno concentrado en su tarea.

Tres transportan trozos de madera, quitándose el polvo de los ojos; otros siete reunidos planean lo que harán después. Las tuberías descubiertas por la excavación se asoman tímidamente entre la tierra rojiza, dejando a relucir las alcantarillas que están siendo instaladas.

A pesar de la aparente desolación, existen señales de progreso. En algunos tramos de la Salomé Ureña, las aceras ya están en proceso de ser acondicionadas, barridas y entregadas al público dominicano y al no residente.

La zona, declarada como patrimonio de la humanidad, ha estado inmersa en un proceso de rehabilitación integral para agregar valor a la oferta vacacional de Santo Domingo.

Sin embargo, este proceso tiene más de una década. En verano del 2012, el exministro de Turismo, Francisco Javier García, indicó que el Ministerio de Turismo (Mitur) junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) convertirían a la Ciudad Colonial en una oferta complementaria de la propuesta turística nacional.

Desde el embellecimiento de las calles, reforzamiento de la seguridad, recuperación de las fachadas, reubicación de los artesanos hasta estudios para fortalecer la gestión turística, el programa de fomento fue diseñado para ejecutarse en tres etapas con un primer financiamiento de US$ 30 millones, y coordinadas por la arquitecta Maribel Villalona.

Villalona anunció que el Mitur contaría con un fondo especial de RD$ 200 millones para un plan complementario en 2013.

Este plan turístico tendría una duración de cinco años. Es decir, para término del 2016.

Según los registros de ACENTO en 2013, el proyecto “Restauración de fachadas históricas” se remozarían 120 fachadas de edificaciones construidas durante los siglos XV y XIX. Más tarde, en 2015, la arquitecta indicó que 28 de 120 fueron restauradas, 550 casas fueron pintadas y 66 restaurantes retocaron su fachada.

Villalona aseguró que la ejecución de los trabajos conllevó, hasta ese momento, el 80 % del presupuesto, es decir, US$ 24 millones.

No obstante, para octubre del 2023, cuando se inició la segunda etapa del Programa Integral de Desarrollo Turístico, el ministro de Turismo, David Collado, se refirió a las 120 fachadas.

En la búsqueda del valor agregado

La presidente de la Asociación de Hoteles de Santo Domingo, Yudith Rodríguez, explica que la Zona Colonial es un emblema para República Dominicana y el público extranjero.

“Es nuestra primada de América y nos posiciona dentro del globo terráqueo como un lugar único. Los remozamientos se traducen en inversión que nos hace más atractivos hacia el turista internacional y el nacional”, expresó Rodríguez a ACENTO.

A finales del 2019, el Ministerio de Turismo (Mitur) anunció su nueva revitalización con un financiamiento de US$ 90 millones procedentes de fuentes extranjeras, o sea, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El crédito contó con un plazo de amortización de 24 años. Este nuevo préstamo se une a los proyectos de rehabilitación del centro histórico y se tituló “Programa integral de desarrollo turístico y urbano de la Ciudad Colonial”.

Además, la embajadora de la Unión Europea en el país, Katja Afheldt, otorgó un financiamiento no reembolsable de 3,210,000 euros en 2021, para contribuir con estos trabajos de construcción.

En 2021, con la entrada del período presidencial de Luis Abinader y la gestión de David Collado, se inició la segunda etapa de remozamiento con la intervención del Convento de San Francisco, el Alcázar de Colón, la Catedral Primada de América, las Casas Reales y la Fortaleza Ozama. Además de la rehabilitación de las casas y calles.

Solo la rehabilitación de viviendas requirió un monto de US$ 3 millones, con un máximo de US$ 20,000 por cada hogar, estableció Presidencia.

En verano del 2023, el Fondo de Desarrollo de Ciudades Sostenibles desembolsó US$ 400,000 como contribución técnica no reembolsable.

De acuerdo con el Observatorio Turístico Ciudad Colonial de Santo Domingo, un promedio de 53,829 turistas recorre cada mes el perímetro del centro histórico. La cifra se traduce a 1,722 visitantes diarios, 660 que pernoctan y 1,112 excursionistas.

Ante estas visitas, Collado afirma que las intervenciones que se ejecutan en la Ciudad Colonial fortalecen el turismo histórico y cultural, “apoyado en una oferta con altos niveles de competitividad”.

Mientras, el presidente de la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes de República Dominicana (Asonahores), David Llibre, asevera que los trabajos van “muy avanzados”, acción positiva para el sector de viajes y turismo nacional.

El 19 de marzo del 2024, fue entregada la emblemática calle Las Damas, así como el Museo Fortaleza de Santo Domingo. Las obras faltantes están pautadas para conclusión en 2025, de acuerdo a la programación del organismo multilateral.