La división entre Haití y República Dominicana nunca ha sido tan evidente, según un reciente artículo de The Economist: "Hispaniola – One island, two worlds".
Mientras Haití atraviesa un período de violencia extrema y colapso económico, República Dominicana sigue experimentando un crecimiento económico sostenido y estabilidad política.
Violencia frente a estabilidad
En Haití, el 2024 cerró con un récord de violencia: en diciembre, 207 personas fueron asesinadas por bandas criminales en un barrio marginal de la capital, Puerto Príncipe.
Las pandillas, que controlan cerca del 90 % de la ciudad, mataron a aproximadamente 5,600 haitianos el año pasado.
La violencia sigue en aumento, con más de 60,000 personas desplazadas en solo un mes.
La situación en Haití ha llevado a muchos a describir al país como al borde de un colapso total.
En contraste, República Dominicana vive una realidad completamente distinta.
En Santo Domingo, la vida cotidiana fluye con normalidad, y el turismo sigue en auge, con más de 10 millones de visitantes en 2024.
En Punta Cana, las playas de lujo atraen a turistas de todo el mundo, y la economía dominicana continúa su expansión.
Según The Economist, Hispaniola, la isla compartida por ambos países, muestra dos realidades completamente diferentes.
La diferencia económica es palpable: los habitantes de República Dominicana son 11 veces más ricos que sus vecinos haitianos.
A esto se suman disparidades en empleo, salud y educación.
Causas históricas de la desigualdad
El origen de esta brecha no se encuentra en la geografía, sino en la historia y la gobernanza.
Mientras que República Dominicana logró avanzar a pesar de las dificultades del dominio español y la dictadura de Rafael Trujillo, Haití ha sufrido las secuelas de su revolución esclava contra Francia, las enormes deudas impuestas por los franceses, y dictaduras desastrosas, como la de los Duvalier.
The Economist también destaca el impacto de la deforestación en ambos países.
República Dominicana, favorecida por un clima que favorece su agricultura, ha logrado una mayor prosperidad.
Por otro lado, Haití sufrió un deterioro ambiental significativo que ha dificultado su desarrollo.
Diferencias en la gobernanza
En cuanto a la gobernanza, mientras que Trujillo impulsó la infraestructura y la agricultura en República Dominicana, Haití vivió bajo una dictadura que ahogó su economía y su capacidad para desarrollarse.
La situación política en Haití ha estado marcada por la inestabilidad desde el regreso de la democracia en 1987.
El impacto de la violencia en Haití ha generado preocupaciones en República Dominicana.
En 2024, el gobierno dominicano deportó a 276,000 haitianos, muchos de ellos nacidos en territorio dominicano.
La migración haitiana es vital para la economía dominicana, pero la violencia y la inestabilidad política en Haití siguen siendo una preocupación constante.
Un futuro incierto para Haití
El artículo de The Economist subraya la enorme distancia que separa a ambos países en términos de desarrollo económico, estabilidad política y calidad de vida.
Mientras República Dominicana crece, Haití sigue atrapado en un ciclo de pobreza y violencia.
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