IlusEn los últimos años, la inflación ha vuelto innegablemente a ocupar un lugar central en la economía global. Lo que antes parecía un fenómeno controlado, se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de gobiernos, bancos centrales y, por supuesto, de los ciudadanos comunes. En este artículo analizamos qué es la inflación, cómo afecta a nivel mundial y cómo repercute en la vida cotidiana en la República Dominicana.
¿Qué es la inflación y cómo se mide?
La inflación se define como el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios dentro de una economía durante un período determinado. Este fenómeno se mide, por lo general, mediante el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que compara el valor de una canasta de productos representativa del consumo medio de los hogares entre distintos momentos del año.
Inflación en Occidente: ¿qué pasó en los últimos cinco años?
Durante más de una década, tanto Estados Unidos como gran parte de Europa vivieron un período de inflación extremadamente baja, con tasas que rondaban el cero por ciento. Sin embargo, a partir de 2020 se produjo un giro drástico. La irrupción de la pandemia del COVID-19 paralizó cadenas de suministro globales y generó escasez en numerosos sectores. Al mismo tiempo, muchos gobiernos implementaron políticas fiscales expansivas para evitar un colapso económico, lo que supuso un gran aumento de liquidez en el mercado. La posterior guerra en Ucrania agravó aún más la situación, elevando los precios del petróleo, del gas y de productos básicos como los cereales.
El resultado fue una presión inflacionaria que, combinada con una demanda postpandemia más fuerte que la oferta disponible, disparó los precios. Esto provocó la pérdida de poder adquisitivo de millones de personas, obligó a los bancos centrales a subir las tasas de interés de forma agresiva, generó tensiones en los mercados financieros y trajo consigo un clima de creciente malestar social.
¿Qué hacen los bancos centrales y por qué no ha funcionado del todo?
Para contrarrestar esta inflación galopante, los principales bancos centrales del mundo —entre ellos la Reserva Federal de EE. UU. y el Banco Central Europeo— comenzaron a aumentar las tasas de interés con el objetivo de frenar el consumo y reducir la presión sobre los precios. Sin embargo, los resultados han sido dispares.
Uno de los motivos es que muchas de las causas de la inflación son estructurales y externas, como el encarecimiento del transporte marítimo o el alza en los precios de la energía, que no se ven directamente afectados por la política monetaria. Además, las subidas de tasas no tienen un efecto inmediato: su impacto suele sentirse meses después. Y aunque han logrado contener parcialmente la inflación, han generado otro tipo de riesgos, como la posibilidad de una desaceleración económica profunda o incluso una recesión.
¿Qué se espera para la inflación en EE. UU. con Trump?
Actualmente, Donald Trump ha retomado la presidencia de los Estados Unidos y ha comenzado a implementar una serie de medidas proteccionistas, entre ellas la imposición de nuevos aranceles a productos importados. Estas políticas ya están teniendo un efecto en los precios internos, encareciendo los productos para el consumidor promedio estadounidense y, en consecuencia, alimentando una nueva ola de inflación. Aunque estas acciones buscan proteger la industria nacional y fomentar el empleo interno, también presentan el riesgo de reducir la competencia y aumentar los costos para las familias y empresas en el corto plazo.
¿Y la República Dominicana?
La situación en la República Dominicana ha seguido una trayectoria similar, aunque con matices propios. Luego de una etapa de relativa estabilidad, la inflación se aceleró notablemente entre 2021 y 2022, alcanzando niveles que no se veían en años. De acuerdo con cifras del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), el país registró una inflación del 8.5% en 2021 y del 7.8% en 2022. Sin embargo, a partir de 2023 la tendencia comenzó a revertirse, con una inflación registrada del 3.8% en 2024. Para 2025, las proyecciones actuales indican una inflación en torno al 3.5%, dentro del rango meta establecido por las autoridades monetarias.
Esta evolución refleja tanto la respuesta de las autoridades monetarias como una cierta normalización de los precios internacionales de materias primas y alimentos.
¿De qué depende la inflación dominicana?
La inflación en la República Dominicana no se produce en el vacío. Al contrario, está fuertemente influenciada por factores globales como los precios del petróleo, los costos de transporte y el tipo de cambio con el dólar. Dado que el país importa buena parte de lo que consume —desde alimentos hasta tecnología—, cualquier variación en los precios internacionales o en la cotización del dólar puede trasladarse rápidamente a los consumidores. A esto se suman otros elementos como fenómenos climáticos que afectan la producción agrícola local y, en consecuencia, los precios de productos básicos.
¿Qué hace el BCRD?
Frente a este escenario, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) ha implementado una serie de medidas contundentes para controlar la inflación y preservar la estabilidad económica. Durante 2022, se destacaron los incrementos en la tasa de política monetaria, que alcanzaron niveles históricos, así como intervenciones activas en el mercado cambiario para evitar fluctuaciones abruptas. En 2024, a medida que la inflación comenzó a retroceder, el BCRD adoptó un enfoque más flexible, reduciendo gradualmente la tasa de interés, reforzando su presencia preventiva en el mercado cambiario y manteniendo una comunicación clara y constante para fortalecer la confianza de los agentes económicos. Estas acciones han contribuido a contener el avance de los precios sin comprometer el crecimiento económico.
¿Qué siente el ciudadano dominicano?
Más allá de las cifras macroeconómicas, la inflación se vive en el día a día. El dominicano promedio ha visto cómo el precio del transporte, la energía eléctrica, los alimentos y otros bienes esenciales ha subido significativamente. Muchas personas han tenido que ajustar sus hábitos de consumo: compran menos, optan por marcas más económicas o buscan ofertas en mercados informales. Y aunque los salarios han experimentado algunos ajustes, en la mayoría de los casos no han sido suficientes para compensar la pérdida de poder adquisitivo.
No obstante, también existen ciertos beneficios de la inflación moderada. Por ejemplo, puede favorecer a quienes tienen deudas a tasa fija, ya que el valor real de sus pagos disminuye con el tiempo. Además, una inflación controlada puede estimular la inversión y el consumo si se percibe que los precios seguirán subiendo levemente en el futuro.
¿Qué puede aprender la República Dominicana de los Países Bajos?
Los Países Bajos, al igual que otros países del norte de Europa, han enfrentado la inflación con una combinación de disciplina fiscal, instituciones sólidas y políticas económicas de largo plazo. Su banco central comunica sus decisiones con transparencia, lo que fortalece la credibilidad y la previsibilidad del sistema. Además, han invertido en diversificación energética y producción local para reducir la dependencia del exterior, especialmente en tiempos de crisis. La República Dominicana podría beneficiarse de adoptar una visión más estratégica, que incluya educación financiera, fortalecimiento institucional y una apuesta más firme por la autosuficiencia en sectores clave.
Conclusión
La inflación no es simplemente un fenómeno económico; es una realidad que afecta profundamente el bienestar de la población. En un mundo interconectado, los desafíos son globales, pero las soluciones requieren medidas locales inteligentes y bien coordinadas. La República Dominicana ha demostrado capacidad de reacción ante choques inflacionarios, pero debe seguir trabajando para construir una economía más resistente, más justa y más preparada para lo que vendrá.
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