El gobernador el Banco Central de República Dominicana (BCRD), Héctor Valdez Albizu, expuso su visión sobre “cómo un banco central garantiza, mediante una política monetaria orientada a la estabilidad macroeconómica, las condiciones para el crecimiento económico sostenido, contribuye a generar confianza, y fortalece a República Dominicana como destino para la inversión”.
En cuanto a la preocupación generada por las fluctuaciones recientes del tipo de cambio, el gobernador del BCRD explicó que estas “responden a factores estacionales de demanda de divisas que se combinaron con incertidumbre global, que ha llevado a un fortalecimiento del dólar, afectando principalmente a las monedas de economías emergentes”.
Durante su participación, Valdez Albizu precisó que “la estabilidad macroeconómica no es negociable para mí”.
Valdez Albizu expresó que la inversión extranjera responde a factores como la estabilidad macroeconómica, la apertura comercial, la estabilidad política, la paz social y un marco legal claro que reconozca los derechos de propiedad, así como un entorno de negocios predecible que refuerce la confianza de los inversionistas.
Agregó que la economía dominicana generará más de US$ 45,000 millones de divisas para el presente año y que el “Banco Central cuenta con US$ 14,000 millones en reservas, además de un arsenal de instrumentos de política monetaria, que, como en ocasiones anteriores, no vacilaremos en utilizar para preservar la estabilidad”.
El gobernador señaló que “uno de los principales factores que los inversionistas consideran al tomar la decisión de invertir en un país es la estabilidad macroeconómica. República Dominicana, sin lugar a duda, se ha consolidado como un referente en este tema en América Latina. Entre 2010 y 2024, la economía dominicana creció en promedio 5.0 %, manteniendo una tasa de inflación durante ese periodo de 3.94 %, muy cercana al objetivo del banco central de 4.0 % ±1”.
Valdez Albizu indicó que para el año 2025, se proyecta que la inversión extranjera directa podría superar los US$ 4,700 millones, cubriendo con holgura el déficit estimado de la cuenta corriente de la balanza de pagos.
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