China y Estados Unidos vuelven a sentarse cara a cara a partir de este viernes para intentar contener una nueva espiral de tensiones comerciales en medio de amenazas de aranceles, controles a materias críticas y un clima político más bronco de lo habitual.

¿En qué momento se encuentra el pulso comercial entre las dos mayores economías del mundo?

1. Reencuentro tras la tormenta

El Ministerio de Comercio chino confirmó que el viceprimer ministro He Lifeng encabezará del 24 al 27 de octubre una delegación que se reunirá en Malasia con el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, y el representante de Comercio, Jamieson Greer.

La cita fue acordada tras una videollamada reciente entre las tres partes y será el primer contacto directo desde que Washington amenazase con nuevos aranceles a las importaciones chinas. Según el analista Zichen Wang, las dos capitales llegan a Kuala Lumpur tras haber "construido palancas de presión antes de las conversaciones".

2. Un tono bronco

El ambiente previo se ha enrarecido con mensajes y acusaciones inusualmente duros: este mes, el Ministerio de Comercio chino tildó de "infundadas" unas declaraciones de Bessent en las que calificaba de "desquiciado" al miembro del equipo negociador chino Li Chenggang por su comportamiento "incendiario" durante la reunión anterior, celebrada en Madrid.

El episodio ha erosionado la confianza mutua a pocos días del encuentro. Wang resume el clima latente en el mercado: "Hay turbulencias y rumores; cuesta incluso describirlo", reflejo de la incertidumbre sobre posibles represalias adicionales, con el presidente estadounidense, Donald Trump, adelantando que Washington posee "muchas cartas" que jugar contra China.

3. Tierras raras y represalias en cadena

La nueva escalada comenzó este mes con nuevas restricciones chinas a la exportación de tierras raras, un grupo de metales esenciales para la industria tecnológica cuyos procesamiento y producción China controla.

Pekín justificó la medida por motivos de seguridad nacional, mientras Washington la calificó de "desproporcionada". En respuesta, el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó con elevar al 100 % los gravámenes a los productos chinos desde el 1 de noviembre, lo que podría aumentar las tasas efectivas hasta el 157 %.

4. Nuevo frente en las tasas navieras

Además, a mediados de octubre entraron en vigor tasas portuarias recíprocas: Washington aplica 50 dólares por tonelada neta a los buques chinos, recargo que aumentará cada año hasta 2028, y Pekín impone tarifas equivalentes a los barcos de Estados Unidos, que acusa a China de prácticas desleales en los sectores marítimo y naval.

Ambas partes justifican las medidas como "simétricas" y "necesarias", pero el sector marítimo ya acusa una fuerte volatilidad en los mercados.

5. Antes de una posible cumbre entre presidentes

Las conversaciones de Malasia servirán para preparar la eventual reunión entre Donald Trump y Xi Jinping, prevista para finales de octubre en Corea del Sur, durante la cumbre de la APEC.

Pese a haber dicho que el encuentro "podría no tener sentido" tras el endurecimiento de las medidas chinas, Trump ha confirmado que sigue en pie, aunque Pekín no ha confirmado ni desmentido esa cita.

6. Buscando una "pausa"

Con Pekín y Washington aplicándose restricciones mutuas, el margen de una distensión dependerá de si en Kuala Lumpur se logra "una pausa" o "alivio" que evite que los líderes lleguen a su cita "centrados en deshacer problemas" en vez de abrir una "agenda constructiva", según Wang.

Pekín y Washington acordaron el pasado agosto extender durante 90 días la tregua alcanzada en mayo en Ginebra, Suiza, donde negociadores de ambas partes acordaron que Estados Unidos reduciría del 145 % al 30 % los gravámenes a los productos chinos, mientras que China haría lo propio con los aranceles impuestos a los bienes estadounidenses, del 125 % al 10 %, tras la escalada sin precedentes de abril.