La Vida Religiosa Dominicana expresó su respaldo a las comunidades del Campamento de la Resistencia por la Salvación del Río Naranjo, tras los presuntos atropellos ocurridos el lunes 26 de mayo en Cotuí.
El abogado Martín Guzmán Tejeda, líder comunitario en la lucha contra la minera Barrick Gold en la provincia Sánchez Ramírez, denunció que varios comunitarios fueron víctimas de abusos por parte de las autoridades.
Entre los afectados se encuentra la señora Celin Octaviana, quien habría sido despojada de su celular y sus lentes; además, se denunció el apresamiento y maltrato de Billo Sosa.
También fueron trasladados a través de vías internas de la Presa de Cola El Llagal hacia el Cuartel de Las Lagunas los líderes comunitarios Eduardo Gil, Julio Villanueva, Claudio Fabián y José Maximino Sosa.
Los hechos fueron calificados como un “ecocidio” por el uso indiscriminado de sierras y retroexcavadoras en la zona, que estaría afectando directamente al Río Naranjo y su ecosistema.
La organización religiosa recordó las palabras del Papa Francisco en sus encíclicas Laudato Si’ y Laudate Deum, donde llama a “cuidar y defender la vida en todas sus expresiones”.
Citando también al Papa, reiteraron el llamado a las corporaciones extractivas a cesar la destrucción de bosques, montañas y fuentes hídricas.
La Vida Religiosa Dominicana se solidarizó con los sectores eclesiales de las diócesis de La Vega y San Francisco de Macorís, que han denunciado de forma continua los impactos de las operaciones de la minera.
Asimismo, hizo un llamado a las autoridades gubernamentales a defender los derechos de las comunidades afectadas ante la presunta pasividad institucional frente a las acciones de la empresa extranjera.
Invitaron a toda la Iglesia dominicana a unirse en una Campaña de Oración permanente, como forma de acompañamiento espiritual y expresión de cercanía ante el sufrimiento de los afectados.
Comunicado
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