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Soto se presentó en el parqueo de los jugadores en la sede de entrenamientos del equipo en Port St. Lucie, Florida, donde esperó a que Batty saliera de la casa club para entregarle las llaves de una camioneta Chevrolet 2025, con el mensaje “gracias por el #22” en su parabrisas trasero.
"Aprecio de verdad el número. Es el primero que usé en mi carrera", expresó Soto a Baty.
Cuando Soto firmó el acuerdo récord de 765 millones de dólares y 15 temporadas con los Mets, Baty era el dueño de la camiseta con el número 22 en el conjunto neoyorquino, mismo que terminó cediendo al estelar dominicano.
"Estoy contento de que él lo use. De todos los jugadores de la liga, ¿el mejor bateador? Me encantaría que él llevara ese número", expresó Baty, quien decidió utilizar el número 7 en su espalda, para otorgar su antiguo 22 a Soto, y por su admiración al también dominicano José Reyes y al miembro del Salón de la Fama de las Grandes Ligas, Joe Mauer, quien utilizó también utilizó el 7 en su carrera con los Mellizos de Minnesota.
Este tipo de acción, por agradecimiento al ceder los números por parte de un jugador a otro, es visto de manera común en las Grandes Ligas, principalmente cuando un pelotero con estatus de estrella llega a un equipo nuevo, donde el número que ha utilizado durante su carrera es pertenece a otro jugador de dicha franquicia, quien decide dejarlo para que el recién llegado lo utilice.
Recientemente el lanzador japonés Roki Sasaki le obsequió un sake y un vaso tradicional de Japón al venezolano Miguel Rojas, quien le cedió el número 11 a su llegada a los Dodgers de Los Ángeles, desde la liga del país asiático.
El año pasado, cuando el japonés Shohei Ohtani firmó su acuerdo de 700 millones de dólares y 10 temporadas con los Dodgers, le regaló un carro Porsche a la esposa del relevista Joe Kelly, quien le había cedido el número 17 para que lo utilizara en el equipo angelino.
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