Hay libros que se originan en momentos de armonía y riqueza, y otros que son concebidos en medio del caos y la angustia. Es justo decir que los libros del Chilam Balam corresponden a esta segunda categoría. Estos libros no son como aquellos que fueron redactados para explicar un mundo que ya existía, sino que fueron escritos para alentar la esperanza de un pueblo que se estaba perdiendo.
Los libros del Chilam Balam no son solo una colección de textos, sino un último acto valiente y desesperado manifestado por los mayas para preservar su identidad e historia. Los ingeniosos tomaron el dolor causado por la conquista como inspiración para transformar la tragedia en arte, mezclaron lo que conocían con los nuevos recursos que proporcionaban los conquistadores para asegurar que su cultura no fuera borrada.
La astucia fue el primer y más importante indicio de la forma en que los autores escribieron el Chilam Balam. Los invasores llegaron y destrozaron aquellos libros mayas que estaban hechos en jeroglíficos. Sin embargo, los mayas, atraídos por el poder de la escritura de los españoles, abrieron sus mentes a nuevas posibilidades. Utilizaron el alfabeto impuesto por los conquistadores para escribir en su propio idioma. Tal como se cita en el libro, Los Misioneros “adaptaron la fonología del idioma Maya a la de los caracteres del español” (Barrera Vásquez y Rendón, 1965, p.12).
Aquel acto fue su forma de rebelarse en silencio. La pluma se convirtió en arma. Mientras los españoles pensaban que el alfabeto les serviría para cambiar su fe, los mayas lo empleaban para resguardar sus propias creencias, mitos y conocimientos secretos. El libro es en gran medida una alegoría de lo que fue su realidad.
Las profecías son otro elemento central en las primeras páginas del Chilam Balam, lo que nos lleva a entender los sentimientos que habitaban en los autores. La más famosa de estas profecías se le atribuye a un sacerdote llamado Chilam Balam, lo que significa “sacerdote jaguar”. Fue quien predijo que llegaría una nueva religión y con ella los forasteros. La introducción del libro menciona: “el Chilam Balam de Maní había profetizado que al final del undécimo Ahau llegaría una nueva religión” (Barrera Vásquez y Rendón, 1965, p.13).
A los mayas, esta profecía les dio la esperanza y la creencia de que, a pesar de que su presente se veía oscuro, en el futuro, su cultura prevalecería en otro ciclo. En lugar de pensar en el evento caótico que supondría este encuentro, entendieron que era algo que debía pasar, porque para ellos el tiempo no era una línea recta, sino un círculo que se repetía.
Por consiguiente, el Chilam Balam es un espejo que nos muestra de primera mano el dolor causado por la conquista, pero también una obra llena de fortaleza y espíritu humano. El Chilam Balam nos demuestra con hechos que una cultura no muere con la destrucción de sus edificios, sino cuando se extinguen sus palabras.
Referencia bibliográfica
Barrera Vásquez, A., & Rendón, S. (Trads.). (1969). El libro de los libros de Chilam Balam (4a ed.). Fondo de Cultura Económica.
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Yofinelly García Peralta es estudiante de la Licenciatura en Letras Puras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). yofinellygarcia@gmail.com
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