El legendario cantautor puertorriqueño Roy Brown respondió las deportaciones ordenadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con una canción. Deportados se llama y es una pieza estremecida y de profundos sentimientos, que refleja el compromiso político y social del artista.

“Esta canción –explicó Brown- guarda relación estrecha con el presente y es una traducción de la famosa canción Deportee, de Hartman y Guthrie, que musicalizamos en español Tito Auger, Tao Rodríguez Seeger y yo para el álbum Que Vaya Bien”.

Brown desempolvó la pieza en medio de las deportaciones masivas impulsadas por el presidente Donald Trump que han implantado el terror en las comunidades de inmigrantes residentes en los Estados Unidos.

“Los deportados son gente que sufre y padece y anda en pos de una mejor vida. Son deportados y son arrancados. Están privados de la esperanza”, puntualizó el artista.

Brown dijo que del republicano Trump “podemos esperar nada bueno”, pero no olvida que los demócratas de Biden, Obama, Clinton causaron mucha pena y dolor en todo el planeta”.

Con más de cincuenta años ininterrumpidos en los escenarios, Roy Brown es un emblemático cantautor puertorriqueño que no se rinde y que hoy, a sus casi ochenta años de edad, mantiene su alma de poeta sublevado. Ha hecho de su arte un grito de libertad y un clamor por la independencia conculcada de su tierra.

Roy Brown.

La canción Deportee es un clamor levantado por los artistas norteamericanos Hartama y Arlo Guthrie, tras un accidente aéreo ocurrido el 28 de enero de 1948 en el cañón Los Gatos, en el que murieron veintisiete trabajadores -26 hombres y una mujer- en un avión Douglas DC-3 que transportaba a trabajadores inmigrantes mexicanos desde Oakland al Centro de Deportación de El Centro, California.

En círculos artísticos e intelectuales se levantó la queja de que, mientras fueron publicados con detalles los nombres de la tripulación de la aeronave accidentada, no fueron dados a conocer los de los inmigrantes, a quienes solo se les identificó como “deportados”. De esa queja nació esa canción.

La canción, un triste recordatorio de aquellos que fallecieron y que fueron enterrados sin nombres en una fosa común, dice:

“Nos largan cual ladrones / que hay que acechar / Morimos bajo sus árboles y matorrales / en ambos lados del río nos morimos igual. / Adiós a mi juan, adiós Rosalita, adiós mis amigos Jesús y María. / El padre de mi padre vadeó ese río; / le quitaron to’ el dinero que él trabajó. / Mis hermanos y hermanas laboraron los frutales, / se montaron al camión hasta caer y morir”.

Roy Brown también tuvo palabras para los dominicanos que viven en Puerto Rico. “Los dominicanos, en su mayoría, vienen a Puerto Rico a trabajar y aportar y son un puente entre las dos islas naciones”.

En el año 2004, Brown, en Balcón del fin del mundo, una canción de profundo contenido poético y social, hizo referencia a los dominicanos que viajan a su país en yola. Fue escrita tras leer una novela del escritor ruso Andrei Platonov.

Desde el balcón del fin del mundo
veo una barca diminuta
que, como una pesadilla, avanza;
la yola es un corazón gigante,
la yola es un alma migrante
que sobre un mar sin olas avanza,
deslizándose como un bailarín”.

Roy Brown.

Ese mismo año, Roy Brown hizo historia al poner música a un buqué de poemas de Juan Antonio Correjtier, un poeta que lo dio todo por la independencia de su patria. En esa producción fue incluido Andando de noche sola, un poema legendario de Correjtier que posteriormente fue grabado por el dominicano Félix De Oleo y acogido con éxito en la República Dominicana.

Roy Brown.

También musicalizó los versos de Boricua en la luna, una sentida declaración de amor a la patria, considerada un “himno de reafirmación nacional”, que hace llorar a los boricuas que la escuchan.