El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), está considerada por una abundante crítica, como la obra literaria que dio inicio a la novela moderna.  El Quijote, escrita a inicios del siglo XVII, tuvo un influjo tan enorme, que dos siglos después, en Europa surgió el realismo, y la misma puede ser considerada como el antecedente remoto de este movimiento literario.

Miguel de Cervantes.

Siempre he considerado, que en lo relacionado con la cultura, todo hecho o acontecimiento que se origina, es una reacción contra uno anterior, o de alguna manera, si no hay una reacción en contra, se relacionan. Respecto a los movimientos literarios, esto puede ser objeto de comparación. En Europa, el siglo XVIII fue testigo del movimiento cultural la Ilustración, el cual condujo a una serie de cambios que impactaron al mundo.  Dentro de estos, el racionalismo fue uno de los más significativos. Como reacción contra la racionalidad, a finales de dicho siglo surgió en Europa el Romanticismo. Sus integrantes, entendiendo que los ilustrados hicieron demasiado énfasis en la razón, se interesaron en exaltar las emociones y las pasiones como forma de entender el mundo. Es decir, le dieron supremacía a las emociones y a la pasión por encima de la razón.

Balzac.

El siglo XIX también fue un período de cambios profundos. En cuanto al universo literario, podría decirse que fue el siglo de la novela y la aparición de esta a manera de entrega por parte, también llamada por folletines.  Escritores de la trascendencia e importancia de Honorato de Balzac, Gustave Flaubert, Alejandro Dumas, Charles Dickens entre otros, escribieron novelas mediante esta forma.  A su vez, en este siglo, surgieron los movimientos literarios el Realismo y el Naturalismo, dos corrientes de gran relevancia en la literatura universal. Es de interés señalar, que el Romanticismo se extendió hasta principios del siglo XIX, y el Realismo surgió como una reacción contra este. Contrarios a la subjetividad y al idealismo romántico, los realistas buscaron reflejar la realidad de manera objetiva.

Independientemente del antecedente lejano del Quijote, la madurez del realismo literario se desarrolla en Francia.  El escritor realista no reflexiona sobre sus personajes ni se dirige hacia sus sentimientos, más que todo, su propósito es la descripción de ellos. En vez de sentimientos, le interesa su conducta. Los escritores de este movimiento se interesaron a su vez por los avances de la ciencia, la metodología científica, y la Revolución Industrial. El interés por la ciencia, se podría relacionar con la influencia que produjo en ellos el médico experimentalista Claude Bernard, el mayor científico francés del siglo XIX, autor del influyente libro Introducción a la medicina experimental. Bernard fue amigo de Flaubert y pudo haber influido en su personalidad, según el escritor y traductor español Carlos Pujol Jaumandreu. Otros episodios que influenciaron a los realistas, fueron la preocupación por la libertad que tuvo el hombre del siglo XVIII, y el capitalismo industrial que en ese momento estaba en ascenso.  En este sentido, se esforzaron por aplicar la objetividad de la ciencia a la literatura. Los escritores más representativos del movimiento realista francés fueron Honorato de Balzac, Henry Beyle, (Stendhal), Gustave Flaubert, Guy de Maupassant, Alphonse Daudet y los hermanos Jules y Edmond de Gouncourt.  Cabe señalar, que el premio Gouncourt, es un premio literario francés creado por Edmond en su testamento en 1896, en honor a su hermano Jules, quien colaboró durante su vida con su obra literaria,  muerto de sífilis 26 años antes que él.  Dentro del realismo literario francés, Balzac, Stendhal y Flaubert, cada cual con estilos distintos en su manera de escribir, fueron los tres más relevantes. Hago un aparte para señalar, que cuando digo realismo francés, es sobre la base de que el escritor inglés Charles Dickens escribió las novelas consideradas realistas David Copperfield, Oliver Twist y Tiempos difíciles, las cuales reflejan la sociedad victoriana del siglo XIX.

Guy de Maupassant. Foto de_Félix Nadar. 1888.

El escritor más prolífico y popular de esta corriente literaria fue Honorato de Balzac. La muy conocida Comedia humana, fue un proyecto llevado a cabo por él, donde se propuso escribir 137 novelas vinculadas entre sí, cuya meta fue realizar un cuadro descriptivo de la sociedad francesa dentro de un período del siglo XIX.  Balzac no pudo completar la cantidad de novelas que se propuso, al morir en 1850, dejó a la posteridad 87 obras de su ambicioso proyecto.  Eugenia Grandet, Papá Goriot, La búsqueda del absoluto, La piel de zapa, El lirio en el valle, son obras inolvidables del conjunto de la Comedia humana, caracterizadas por una fina e incisiva descripción de la sociedad, la familia y la mentalidad de la época.

Stendhal.

Stendhal no fue un escritor con la imaginación de Balzac, ni con el arte de escribir de Flaubert, tampoco fue un inventor de tramas ni de intrigas. Su estilo consistió en apropiarse de un argumento ya conocido, de acontecimientos sucedidos, sin embargo, su genialidad consistió en como escribía y desarrollaba una historia. Fue un escritor concentrado en transmutar un contenido, casi no modificaba nada de un suceso, cambiaba el nombre a los personajes y hacía del hecho una especie de equivalencia.  De su lado, Flaubert fue diferente tanto a Balzac, así como a Stendhal.  Sus personajes reflejan a veces la vulgaridad, pero con un una forma casi obsesiva por la perfección, un artista de la palabra.  Los estilos de Stendhal y Flaubert son polos opuestos.

Cuando nace el Naturalismo a finales del siglo XIX, el realismo era el movimiento literario dominante.  En relación con este, no surgió como una reacción en contra, en este caso es un realismo evolucionado, de acuerdo a la visión del padre y máximo exponente, el escritor francés Emilio Zolá.  Entre ambos movimientos literarios, hay una delgada línea que los diferencia, y que es de interés señalar en una entrega posterior.

EN ESTA NOTA

Rafael Guzmán Torres

Abogado y escritor

Rafael Andrés Guzmán Torres, licenciado en derecho por la Universidad Federico Henríquez y Carvajal (UFHEC). Ha participado como invitado en diversas instituciones en las que ha tratado temas jurídicos, literarios e históricos. Ha participado en varias ocasiones como jurado en las olimpíadas de lengua española de la regional 06 de La Vega. Trabajos suyos han aparecido en diversos medios digitales. Actualmente se desempeña como alguacil ordinario de la Cámara Penal del Distrito Judicial de Espaillat.

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