
La textura esponjosa y suave de los copos de algodón percibidos por el ojo del sujeto, asimismo como el color blanco, se asemejan a los cúmulos esponjosos y suaves de las nubes. A pesar de ello, ¿acaso no reside en el tacto humano la esponjosidad y suavidad de los objetos?

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