La Dirección General de Bellas Artes (DGBA) ha sido, durante décadas, un pilar fundamental en el desarrollo artístico institucional de la República Dominicana. Sin embargo, su historia está marcada por la precariedad, descuido de las autoridades y la falta de una visión estratégica a corto, mediano y largo plazo. A pesar de contar con entidades de gran prestigio, como la Compañía Lírica Nacional, la Compañía Nacional de Teatro, el Ballet Folklórico, el Ballet Nacional, la Compañía de Danza Contemporánea, el Teatro Rodante y el Coro Nacional, estas instituciones operan con recursos limitados y sin un plan de trabajo estructurado que garantice su crecimiento y sostenibilidad.
Más preocupante aún es la inercia en la que han caído muchas de estas agrupaciones. A pesar del talento y la preparación de la mayoría de sus integrantes, algunas de las instituciones apenas logran realizar una temporada al año, si acaso. Otras, por falta de transporte, dietas o apoyo logístico, limitan sus presentaciones a unas pocas funciones en la capital y escasamente en una o dos provincias. Mientras tanto, los artistas continúan recibiendo sus salarios durante todo el año, no por falta de compromiso o capacidad, sino por la ausencia de una gestión cultural eficiente que les permita desplegar su potencial y cumplir con su verdadera misión: llevar el arte al mayor número de personas posible.
Inversión vs. Impacto: ¿A quién llega el arte producido por la DGBA?
Montar una obra de teatro, una coreografía de ballet, un espectáculo folklórico, un recital de canto o una producción sinfónica implica una inversión significativa en talento, escenografía, vestuario, honorarios de artistas y técnicos, así como en publicidad y promoción. Sin embargo, estas producciones apenas alcanzan entre 3,000 y 5,000 personas en un país de más de 11 millones de habitantes. ¿Se justifica esta inversión sin estrategias que amplíen su alcance? ¿No debería la DGBA garantizar un impacto mayor con giras, funciones accesibles y mecanismos que democratizen el acceso a la cultura?
El Teatro Oficial de Bellas Artes, por ejemplo, cuenta con más de 25 actores, un director y varios asistentes, pero solo realiza dos producciones al año con menos de 30 presentaciones en total. La situación es similar en el Ballet Folklórico, Danza Moderna y otras instituciones. Aunque algunas de las funciones en la capital suelen llenarse, viajar a las provincias se convierte en un proceso engorroso y burocrático. Los viáticos son insuficientes y, en ocasiones, los artistas deben recurrir a intercambios improvisados para cubrir sus necesidades básicas. Como relató un actor del teatro oficial: "Los viáticos son mínimos, y a veces tenemos que hacer trueques. En una presentación en San Juan de la Maguana, nos alojamos en un hotelito y el pago se cubrió parcialmente con publicidad."
El arte no puede reducirse a producir una obra o un espectáculo y realizar apenas siete o diez funciones al año mientras los artistas pasan meses inactivos. Es urgente romper con esta dinámica y hacer de la revitalización de la DGBA una prioridad en la agenda del Ministerio de Cultura.
Hacia una nueva Dirección General de Bellas Artes
Transformar la DGBA en un verdadero motor del desarrollo artístico requiere una reestructuración profunda, respaldada tanto por el Ministerio de Cultura como por la Presidencia de la República. Para lograrlo, se deben considerar los siguientes ejes clave:
1. Gestión Cultural y Planificación Artística
Implementar un equipo de gestores culturales que estructuren temporadas, giras y proyectos de manera continua y diversa.
2. Gestión Financiera y Transparencia
Administrar los recursos de forma eficiente, con mecanismos de control que eviten su dilución en burocracia y garanticen su inversión en la producción y difusión artística.
3. Promoción y Difusión Artística
Aprovechar redes sociales y medios tradicionales para proyectar las producciones de Bellas Artes a nivel nacional e internacional.
4. Producción y Logística de Espacios Escénicos
Contar con un equipo técnico especializado en montaje de espectáculos, optimización de recursos y gestión de espacios.
5. Extensión y Vinculación Comunitaria
Implementar programas de acceso al arte en comunidades, centros educativos y espacios públicos.
Arte para todos: Un programa itinerante permanente
El arte no debe estar confinado a un teatro. Es imprescindible desarrollar un programa itinerante que lleve las producciones de Bellas Artes a todas las provincias y comunidades del país. Esto permitirá no solo ampliar el acceso a la cultura, sino también fortalecer el vínculo entre los artistas y la sociedad.
El Teatro Rodante, el Ballet Folklórico y otras instituciones cuya misión es precisamente llevar espectáculos gratuitos a comunidades de difícil acceso, deberían ser el pilar de esta estrategia. Sin embargo, ¿cuántas obras o espectáculos han estrenado en los últimos años? ¿Cuántas presentaciones han realizado fuera de la capital?
Asimismo, la DGBA debe liderar un plan de captación de talentos en centros educativos y comunidades vulnerables, promoviendo clases magistrales, talleres y programas de formación que aseguren un relevo generacional en disciplinas como teatro, danza, música y artes plásticas.
La Orquesta Sinfónica Nacional: Un gigante en letargo
La Orquesta Sinfónica Nacional, una de las joyas culturales del país, opera bajo un modelo que restringe su impacto a una única temporada anual en Santo Domingo y una función en el día 21 de enero, patrocinado por un banco privado. Es fundamental diversificar su programación con más conciertos, giras regionales y colaboraciones con instituciones orivadas educativas para conectar con nuevas audiencias.
El momento de actuar es ahora
La Dirección General de Bellas Artes necesita una transformación estructural que garantice financiamiento estable, infraestructura adecuada y una programación artística ambiciosa. No se trata solamente de remodelaciones y presupuestos, sino también de voluntad política, visión estratégica y gestión eficiente.
Señor ministro Robertico Salcedo, los artistas y el arte dominicano no pueden seguir esperando. La cultura merece una institución fortalecida y comprometida con su gente y su futuro.
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