El teatro es como la vida, solo que más profundo, más reflexivo, más expresivo y más diverso. Por una hermosa coincidencia, el escenario dominicano, en el espacio más noble del país, el Teatro Nacional, ofreció simultáneamente dos biografías, la de dos leyendas: una referida a un artista nacional y otra, una joya de la literatura mundial, con dos perspectivas diferenciadas: Johnny Ventura y Peter Pan.

Antonio Melenciano, que había producido y protagonizado el musical Johnny del 27 al 29 de julio de 2012 en el Palacio de Bellas Artes, con 30 artistas, una biografía musical escénica (a la cual asistimos) y que tuvo en la última presentación del domingo 29, presenta ahora un unipersonal, intimista, documentado y sincero, con cruces bien logrados entre actuación en vivo e imágenes grabadas.

Esta vez, Melenciano (Orlando) es el contador de la historia, el productor del musical del pasado, la forma en que contacta a Ventura en su casa, el encuentro con el artista y la presentación precisa y documentada del nacimiento de la estrella fundamental que llegó a ser.

Valida la forma en la que reivindica, apoyado en dato oportuno, en el vestuario apropiadamente seleccionado y que se va colocando a vista del público, acentuado el relatorio por una ejecución de baile, movimientos escénico corporal, modulación de la voz, precisión del gesto, la mirada y la sonrisa.

Ése es el principal aporte del trabajo, Johnny, Sueño de tambora, título de enorme fuerza poética que suma valor a la propuesta, que debe recibir mucho mayor apoyo del público en las funciones pendientes del fin de semana próximo.

Fallos

Un deber profesional es presentar algunas deficiencias que encontramos en la vocalización: algunas “s: finales ausentes, la articulación de determinados vocablos y el manejo incompleto de la respiración que le imprimieron el signo de pronunciación agotada, todos elementos superables si se centra en lo escénico, lo que contrasta con la magnífica proyección de la voz, timbrada y hermosa.

Las funciones próximas del fin de semana deberían estar colmadas de un público seguidor de Johnny Ventura y de la trayectoria de Antonio Melenciano, un profesional de la escena que nos ha de llenar de orgullo.

Peter Pan, modelo impecable

Escena-de-Peter-Pan.-Foto-de-la-produccion-Javikarla
Escena de Peter Pan. Foto de la productora JaviKarla.

Junto a la Sala Ravelo, se desarrollaba el último montaje de la breve temporada de tres funciones de Peter Pan, que entendemos debería reponerse, (y que no podemos evaluar como montaje, no lo vimos debido a que no fuimos invitados), lo cual no impide tener una mirada sobre la importancia que se nota ha tenido como proyecto artístico-corporativo.

Para montar Peter Pan, el trabajo de producción y mercadeo tomó más de un año por parte de sus responsables: Javier Grullón y Karla Fatule, quienes representan parte esencial de la nueva generación que asume el musical como un reto profesional de alta exigencia y más de tres meses de ensayos intensivos, práctica de los efectos especiales, pruebas de vestuario de época. La inversión fue considerable.

Evaluamos, a partir del programa de mano, que gentilmente nos obsequió Guillermo Cordero, que se trabajó artísticamente con un equipo de primer nivel:

Waddy Jáquez (dirección general).

Junior Basurto (dirección musical),

Paola González (directora vocal),

Erick Roque (dirección coreográfica) y

Ángela Bernal (escenografía).

Karla Fatule y Kenny Grullón, (a quienes vimos nacer como talentos del musical), han logrado –reiteramos, desde la perspectiva de lo que se ve a partir del programa de mano– su mejor producción, en la que destaca una cuidada y estética línea gráfica que eleva la figura de los talentos a un nivel estelar, destacada sobre todo en la publicidad exterior, en medios impresos y televisión, que estuvimos viendo a lo largo de meses en el desarrollo de un plan de medios bien concebido.

A ello se agrega una gestión intensa e impecable de la publicidad por medio de redes sociales, áreas en las cuales ambos, como jóvenes profesionales, tienen una rica experiencia académica y de ejercicio.

La selección de elenco mostró igualmente criterio profesional y seriedad con vistas al montaje:

Javier Grullón (Garfio), un protagónico que imaginamos, se desempeñó con la maestría juvenil que ha mostrado siempre.

Carlos Sánchez (Starky), un talento escénico que se echó encima la dura tarea de fundar la expresión local de un género: la conversación de humor con sentido grácil o profundo, basada en la cotidianidad, la ironía, la denuncia social y los paralelismos del sarcasmo, desde sus primeras actuaciones en Casa de Teatro hace 23 años, en Ciudad Colonial, hasta haber generado un movimiento con muchísimos talentos y espacios variados en los cuales expresarse. Ahora, como antagonista de este clásico, también imaginamos que lo hizo brillantemente. Su maquillaje resalta el rol que pudo haber tenido.

Kenny Grullón (Smee), que proviene de la vieja escuela de Nuryn Sanlley, cuyas actuaciones con La Pinky en Bellas Artes y el Teatro Nacional, tenemos muy frescas y conservadas en nuestra mente. Es un veterano de tantas jornadas escénicas que debió haber salido por la puerta ancha del triunfo. El programa de mano hace un justiciero recordatorio de honor a Sanlley.

El elenco suma unas 70 personas (entre talentos y técnicos), lo que supone un trabajo formidable de más de 100 días de ensayos, luego de la adaptación de la obra original de J. M. Barrie, por parte de Waddy Jáquez.

Peter Pan evidenció que un buen proyecto logra respaldo de patrocinadores que lo hagan posible y que no es verdad que los proyectos artísticos “no tienen respaldo”.

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El equipo de mercadeo trabajó a conciencia y se obtuvo apoyo de: Banreseras, La Colonial, Vimenca, Ministerio de Turismo, EPS, Cecilip, Avena Americana, César Iglesias, Caribbean Cinemas, Hoteles Marriott Bonvoy, Taco Bell, Milex Kinder Gold, Pollos Victorina, Maurora Pizzería, Barra Payán, Jochy Fersobe Fotografías, The Vita Place-Comida Sana.

Peter Pan, un musical que deberá estar en consideración de los críticos y cronistas de arte en sus evaluaciones anuales y respecto del cual, lastimeramente, no podremos decir nada.

La coincidencia de los dos trabajos en salas del Teatro Nacional habla del dinamismo de la escena nacional dominicana y de la diversidad temática que por ella transcurre.

Hay oportunidad de ver Johnny, sabor de tambora, ese fin de semana próximo y ojalá pueda reponerse Peter Pan. Puede que hagamos el esfuerzo incluso de pagar la boleta. Parece que el trabajo que vale cada centavo invertido.

José Rafael Sosa

Periodista

Escritor, periodista y animador cultural. Nació en Puerto Plata en 1950. Tiene una amplia trayectoria en el periodismo cultural dominicano. Se ha caracterizado por cultivar géneros que le faciliten una comunicación efectiva con sus lectores, como el cómic y el origami. Es el principal escritor de literatura de crecimiento personal en República Dominicana.

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