En un patio sin techo, una tarima como escenario, sillas, luces y pasión, así comenzó Casa de Teatro, casi entre ruinas, a cielo abierto, libre y cargada de sueños. Liderada por Freddy Ginebra, su principal fundador, esta es hoy una de las más representativas instituciones culturales del país y uno de los espacios teatrales más importantes para la historia del teatro contemporáneo dominicano.
Del archivo personal de Augusto Feria, esta fotografía corresponde a la primera obra presentada en dicha casa, que se inauguró oficialmente el 31 de julio de 1974 con la puesta en escena de “Proceso por la sombra de un burro” de Friedrich Dürrenmatt, bajo la dirección del legendario Rafael Villalona. Esta versión tuvo canciones compuestas por Iván García, con arreglos musicales de Luis José Mella y Conjunto y acompañados nada más y nada menos que por el gran pianista Michel Camilo.
En la foto vemos a la izquierda a Delta Soto, Elsa Núñez, Mirtha Olivares y a Ángela Herrera. En el centro a Augusto Feria, al fondo Servio Uribe, Henriette Wiese y a la derecha a Ángel Haché. El elenco lo integraban, además, Luis Felipe Rodríguez, Felipe Gil, Juan Sánchez, Iván García, Enrique Eusebio, Frances Brenes de García y hasta el propio Ginebra.
Algunos de la foto ya no están. La casa también ha madurado y tenido sus transformaciones. Aquello que empezó como una “sala experimental de teatro”, cincuenta años después y más allá de todo pronóstico, evolucionó, sigue en pie y dando frutos. Ya tiene una sala de teatro “formal”, la Cristóbal de Llerena, con butacas, luces, camerinos, telón, escenario a la italiana, techado y con aire acondicionado. El experimento funcionó.
Casi todos los teatristas hemos pasado por esta casa ubicada a un ladito del centro de la Ciudad Colonial. El mito de “El duende”, como la casa misma y sus habitantes pasajeros, ha pasado a ser definitivamente una leyenda viva, traspasó del sueño a la realidad. Todo un hito para el movimiento del teatro independiente dominicano.
Compartir esta nota