El Foso es el montaje más reciente de Haffe Serulle que se ha estado presentando en el Palacio de Bellas Artes con características únicas porque se aparta con brillantez de los montajes ordinarios.
Tres factores diferencian El foso de cualquier otro hecho escénico: 1) No utiliza ninguna de las salas establecidas; 2) Se ubica fuera del circuito de mercadeo comercial de los montajes que se realizan -con todo derecho- sin objetivo de venta de boletas, por sus funciones para estudiantes y con propósitos educativos y de promoción de la formación de teatro y 3) Continua la escuela teatral excepcional de un director que ha creado un concepto de teatro inmersivo, acrobático, visceralmente experimental, signado por una textualidad poética y socialmente comprometido, original del escritor y dramaturgo en referencia.
El foso es la continuación de una extensa trayectoria creativa que ahora presenta los excesos de la comunicación por los teléfonos móviles y la soledad, la conexión entre personas y su entorno, que se desarrolla expresamente en un foso teatral, para llegar al cual el público es literalmente empujado a diversas zonas previas (establecidas en el libreto).
Cinco actrices jóvenes, Erika Martínez, Mabel Jiménez, Michelle Cruz, Nathalie Santos, Dilianny Tamariz, asumen el texto de Serulle, se introducen en la piel de sus personajes, blandiendo celulares con sus linternas encendidas, en una actuación que se inicia desde mucho antes de llegar al escenario, bajo las tablas, en el foso.
La entrega de las cinco intérpretes es absoluta, rompiendo los modos tradicionales de actuación, involucrando al público, que queda sorprendido por la experiencia, a veces sin saber qué hacer. Serulle ya nos tiene acostumbrados a una textualidad desbordada, marcada por su belleza y profundidad:
Michelle: ¿Por qué dejas que los cristales entren por tus ojos y te rasguen la mente? El filo de esos cristales te ciega y deja llagas sangrantes en tus oídos. En este instante ni ves ni escuchas nada. No sientes. No, no sientes. Mira cómo el tiempo te arranca los huesos y ni cuenta te das de lo que esto duele. Duele demasiado y a ti te da igual porque no sientes nada. No sientes nada, ¿me oyes? ¿Me oyes? Nada. No sientes nada».Las reflexiones de Haffe expresan un pensamiento denso, una cavilación que navega sobre las incertidumbres existenciales:
Cuerpos 1, 3, 5: ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Desde cuándo dejó de amanecer? Oscuro, oscuro, oscuro… Necesitamos oír una voz que nos dé algo de luz. Nos abruma el vacío, nos desespera. Aquí, señales sin sentido; allá, oídos tapados. La noche nos amarga el paladar. La luna es apenas una daga en el brillo. ¿Desde cuándo dejó de amanecer? ¿Desde cuándo?
Logra como autor, tocas esencias, advertir de peligros, alertar sobre posibilidades y estremecimientos de lo inesperado:
Cuerpo 5: El veneno está esparcido. Cuidado. El veneno está aquí. Cuidado. Cuidado. El veneno está a punto de tropezar con la luz. Voces de los cuerpos-muñecos: ¿Qué buscan? ¿Qué quieren? ¿A qué han venido? ¿Qué buscan? ¿Qué quieren? ¿A qué han venido? (Apunte del libreto) El timbre de los celulares es insoportable.
Una labor diferenciable
Ante Haffe Serulle, el país tiene una deuda impagable y reconocida parcialmente con Haffe Serulle, no en la medida real de su aporte como director, dramaturgo e impulsor del teatro creativo independiente, creador de una escuela escénica de características únicas.
Haffe Serulle es un creativo del teatro con una trayectoria de 53 años de presencia en los escenarios, tiempo en el cual ha escrito y dirigido 38 piezas, desde el montaje de su primera obra teatral, Bianto y su Señor, en 1972 en el auditórium del Politécnico Femenino Nuestra Señora de las Mercedes, hasta El Foso.
Bianto y su Señor fue tesis de su graduación en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, España, y que luego fue presentada como trabajo final.
Obras de Serulle estrenadas entre 2025:
Leyenda de un pueblo que nació sin cabeza; El Nudo; El encanto de los buitres; Cotidianidad PB; Miriam la Buena; Adaptación libre en homenaje a Pedro Mir de “Hay un país en el mundo”; Adaptación libre en homenaje a García Lorca de “Poeta en Nueva York”; La danza de Mingó; Prostitución en la casa de Dios; La tierra del fuego; El Incendio; Duarte y La Apuesta.
Además: El gran carnaval; Mambrú de Manabao; Luperón, la espada de la patria; El canto de las calabazas; Aleluya; Desnudos; Kali-Gula-Ba-Ch; Piromancia; Bachata ante mortem; Un sueño azul para morir; Pandemónium; La residencia; Tinglado de acero; Pros-Tíb; La viuda; Adaptación de Bianto y su Señor; Jé, jé, jé, cuando la risa es poesía; Un sueño azul para morir; Los signos de la carne; La residencia; Ceremonia sagrada; Intruso; Cuerpos de barro; Cara a cara y El foso, la más reciente.
Una escuela teatral
Este director no pertenece a la extensa relación de quienes hacen un teatro expositivo-descriptivo-emotivo-normal. No es autor de piezas pensadas para el estatismo y la distancia entre actores y público, concebido para la
El de Serulle es un teatro basado en la actuación vocal y corporal y en que no resultan necesarios ni los complejos diseños de luces ni efectos especiales. Sigue la línea de la utilería simple, en este caso papel que adquiere una expresividad altamente impresionista, sobre todo cuando, al ser movilizada, adquiere la categoría y la forma de un nuevo personaje.
Serulle desarrolló un teatro acrobático con experimentos atrevidos de actuación aérea, procurando espacios escénicos que a nadie se le ocurrieron antes. El autor cuenta con talento para lograr la belleza poética de sus textos dramáticos, trabajados en cada línea para expresar de forma trascendente cada idea.
Serulle procura la belleza pura de sus textos, basado en aliento poético, investigación de los temas tratados y el abordaje para plantearlos.
El autor refiere, apela a interpretación actoral (que en general evita el diálogo entre los actuantes) y en cambio se orienta en un tono discursivo al público, al cual, los actores y actrices, concepto que supera el rompimiento de la cuarta pared, agregan la concepción del escenario para transformarlo en un espacio que envuelve al público.
Una característica interpretativa que por lo bajo se le ha criticado es el escaso uso del volumen bajo, conversacional, y en cambio opta por el tono de fuerte presencia auditiva.
Sus actores tienen un tono normalmente encendido y agudo, pese a que los actores tienen momentos, instantes, en los cuales el tono es intimista, tierno y dulcemente cálido.
Serulle expone un discurso dramatúrgico, irreverente, evocador y existencial, con marcada tendencia interpretativa a los modismos y protocolos establecidos, con el empleo de las modalidades del tono, sobre todo lo gutural con modulaciones.
Otro aporte de esta escuela se expresa en las escenografías, vestuarios y maquillaje. Los elementos escenográficos, los telares, los materiales reciclados, los elementos cotidianos (como el cartón, el retazo de telares) adquieren un valor expresivo en la imagen final de la escena.
Otro aporte de Serulle es el Teatro Acrobático, que no es invento original suyo, ya que internacionalmente son muchos los ejemplos existentes, pero para el país esta corriente con sus condiciones particulares: el arrojo de sus maniobras entre cuerdas a 9 metros del suelo (Tinglado de Acero y De arriba abajo).
Ficha técnica
Título: El foso
Idea original y dramaturgia: Haffe Serulle.
Puesta en escena en coordinación: Erika Martínez, Mabel Jiménez, Michelle Cruz, Nathalie Santos, Dilianny Tamariz
Elenco: Erika Martínez, Mabel Jiménez, Michelle Cruz, Nathalie Santos, Dilianny Tamariz.
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