Conjugar dos lenguajes distintos en torno a un mismo criterio de aparente simplicidad —la imagen en blanco y negro de lo cotidiano y la frase poética breve que provoca en un alma sensible— es un fenómeno que, lastimosamente, no se percibe a diario.
En un tiempo marcado por la abundante oferta de contenidos instantáneos a color que parecen brotar mágicamente en torno a cada quien, resulta excepcional encontrar un marco de historias simples y envolventes basadas en la reflexión poética, filosófica y existencial, a partir de la imagen captada con la precisión de un ojo experto y sin prisas.

Los autores de El alma de las cosas, José Mármol —ensayista y poeta— y Herminio Alberti, repiten la aventura iniciada en 2014, cuando presentaron en la Sala Ravelo del Teatro Nacional , La Casa de sombras, cuyo tema fue la Casa de Caoba, en San Cristóbal: refugio de Trujillo cuya arquitectura continuaba hablando de su propietario, a pesar del tiempo transcurrido.

Foto de Herminio Alberti.

Los  autores lograron entonces una elegía visual-textual de notable fuerza narrativa. Recorrerlo se siente, aún hoy, como recorrido por el dolor y la omnipresencia opresiva.

Con El alma de las cosas, sus creadores llevan el concepto a una expresión distinta, sutilmente más elevada en lo existencial, partiendo ahora no de una propiedad vinculada a un dictador. No. Su ámbito expositivo se refiere a lo ordinario: a los detalles a la vista de todos, regularmente pasados por alto como parte del panorama.

El título evidencia que lo importante no es sinónimo de lo espectacular y que, al contrario, hay una belleza inusual, a menudo no percibida, en lo nimio.

Para lograr esta trascendencia han debido confluir dos talentos: el poder escritural de un poeta que produce diariamente sus textos cuando la mayor parte de la gente aún duerme, y la creatividad fotográfica de Herminio Alberti —ese mismo de la sonrisa eterna—, que nunca deja de documentar lo que ve, con una óptica clara, única, y siempre procurando la mirada incisiva sobre el ver óptico general.

Nos impactan la alta sensibilidad y la suave ternura de las imágenes de Alberti, así como el aliento poético y existencial de los textos de Mármol, en una fluida muestra de capacidades expresivas que nos deja admirados y sin aliento; efecto que, estamos seguros, no se registrará de igual modo en todo el mundo.

No se trata de atraer la atención por la vuelta a la tonalidad del blanco, negro y grises. Lo que se persigue es exponer esencias, sentidos profundos, sutilezas inadvertidas, en una óptica que conduce a un mirar introspectivo de lo que en general se percibe como ordinario.

Foto de Herminio Alberti.

¿Tienen alma las cosas que nos rodean? La respuesta puede ser equívoca, difusa, divergente y poco concluyente. Pero al leer las poéticas de Mármol, así como los descriptivos enfoques fotográficos duocromáticos, una sensación extraña nos recorre…

¿Puede ser alma o no? ¿Quién sabe? Lo que sí es claro es que el arte, en cualquiera de sus formas, vuelve a ser válido, justificando que su esencia es la diferenciación en la forma de captar la vida y la manera de asimilarla.

Ficha técnica

Título: El alma de las cosas
Autores: José Mármol (textos) y Herminio Alberti (fotos)
Patrocinio: Pinturas Lanco Dominicana S.A.S. (en su 27 aniversario)
Primera edición: 2025
Impresión: Editora Corripio
Tamaño: 9 x 9 pulgadas
Impresión: Blanco y negro (portada e interiores)
Formato editorial: Tapa dura con camisa y solapas
Cantidad de páginas: 158
Diseño: Kutty Reyes, Adán Abreu, Herminio Alberti
Edición fotográfica: Kutty Reyes

José Rafael Sosa

Periodista

Escritor, periodista y animador cultural. Nació en Puerto Plata en 1950. Tiene una amplia trayectoria en el periodismo cultural dominicano. Se ha caracterizado por cultivar géneros que le faciliten una comunicación efectiva con sus lectores, como el cómic y el origami. Es el principal escritor de literatura de crecimiento personal en República Dominicana.

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