Desde el principio hay que dejar establecido que hay un culo peninsular y otro americano. Los dos llevan el mismo nombre, pero son diferentes. En el desarrollo de este tema se deslindarán los campos.

Queda sobreentendido que no se puede ceñir el objetivo de este estudio solo a hablar del culo. Se hace necesario incursionar en las extensiones del término. Se citarán las voces similares, parecidas y asociadas. Se incursionará en las zonas aledañas al mismísimo culo.

El tema de esta exposición no debe ser tabú porque se centra en una parte oscura del cuerpo muy bien protegida por la naturaleza que ejerce funciones específicas y colocado en el sitio adecuado para desempeñar su papel.

Es una parte del cuerpo humano y como tal debe tratarse con toda naturalidad, sin anatematizar a quienes desean reconocer varios aspectos de ese recóndito lugar anatómico. Hacerlo desde varios ángulos, y, especialmente desde el punto de vista del lenguaje.

Por suerte el origen de la palabra culo es el mismo en las lenguas romances, español, francés, portugués, italiano. Viene del latín culus que era el ano y por extensión las nalgas o por lo menos la hendidura que separa las dos partes que componen la nalga.

La primera documentación de culo se remonta al año 1155. No se encuentra mucho material con respecto al vocablo en estudio por su naturaleza, o, mejor, por la naturaleza humana que cierra los ojos ante la realidad.

Diccionario de la RAE.

El Diccionario de la lengua española de la Real Academia registra la palabra culo y la primera definición es, “conjunto de las dos nalgas”. La segunda acepción es para los animales, “zona carnosa que rodea el ano”. La tercera acepción es “ano” y trae tres palabras sinónimas, “ano, recto ojete”. No puede negarse que el mencionado diccionario consigna a seguidas una larga serie de locuciones consideradas malsonantes. El ano no corre mejor suerte. Solo se asienta que proviene de anus, latín, anillo.

Cuando se recurre a la legua francesa se hace con mayor fortuna. Allí la voz cul traduce la semejante de español. El origen es el mismo del español. El matiz de voz vulgar o tabú se desarrolló en esa lengua en el siglo XVII. En esos años hubo que renunciar entre otras a la locución péter plus haut que son cul, en español “tirarse el pedo más alto que el culo”. Otra por el estilo es, avoir le cul rond, mais peté carré. Tener el ano redondo, y tirarse el pedo cuadrado. Hay un culo que del francés migró a lenguas extranjeras, cul-de-sac, que no necesita traducción. Dictionnaire historique de la langue française (2012-I-928).

Utilizar los vocablos culo y nalga en español se consideró grosero durante largo tiempo. Como consecuencia de eso, comenzaron a usarse muchos vocablos suaves, entre ellos, cola, derrière; trasero, sentadera, posadera/o. En un tiempo se usó rabo, pero este vocablo cambió de valor semántico y en algunos países se hizo sinónimo de pene.

El Diccionario de la lengua española en línea, actualizado, no es pijotero en ofrecer sinónimos para nalga, cacha, cachete. Para nalgas, culo, trasero, posaderas, asentaderas, pandero, pompis, trasero, rabo, fundillo, fondillo, cola, poto, trastienda, sentaderas, chelo.

Se observa en el caso de culo, algo que ha sucedido con otras palabras prohibidas. Aunque tiendan a desaparecer de la lengua escrita, al propio tiempo cobran mayor vigencia en el habla, especialmente la del vulgo. Por eso muda de significado, sirve de apoyo a la creación de nuevas expresiones. De ahí es de donde proviene que adopte otros roles, ejemplo de esto son, “no entender un culo”, nada; “en el culo del mundo”, lejísimos. Sirvan estos como ejemplos de lo recién expuesto.

La imaginación popular en el habla dominicana suelta las riendas, como se enunció más arriba. Producto de esta producción entre muchas otras, son, culo cagado, persona de poca importancia, despreciable. Cara de culo, la que refleja enojo o contrariedad. Con el culo en dos manos, en situación apremiante. El retropróximo existe en brasileño, ficar com o cu  na mao, sentir miedo. Dar el culo, permitir una persona abusos sobre sí misma. No importar un culo, no dar valor a alguien o algo. Son tantas que se detiene la lista aquí. Diccionario del español dominicano (2013:233).

diccionario-del-espanol-dominicano

En mi opinión personal pienso que no hay que dejarse intimidar por la presión que ejercen algunas personas que se espantan ante la mención de las palabrotas y tratan de erigirse en policía de la lengua. En realidad, muchas veces esa vigilancia estricta condiciona, limita o mata la espontaneidad de la expresión oral. Con esta opinión no se trata de que el hablante se exprese con “malas palabras” ante todo tipo de personas, menores de edad, y en todas las circunstancias.

Más arriba se explicó el modo en que el vocablo culo llegó al español. Hay entre las lenguas romances dos, no obstante estar presentes en América como lengua nacional, han tenido la oportunidad de despegarse del latín. Ellas son el criollo haitiano y el portugués. No solo que tomaron distancia al introducir un término ajeno al latín o europeo para culo, sino que admitieron la misma voz africana.

Lo que se anunció en el párrafo inmediatamente anterior a este es el caso de Brasil y Haití al recibir la voz bounda, en criollo haitiano y bunda en portugués brasileño para nombrar el culo con sus partes adyacentes. Más que para llamar al culo, se usa para mentar toda el área, sobre todo las nalgas. La etimología en el brasileño se le atribuye al quimbundo, lengua de algunas provincias de Angola, mbunda, con desaparición del sonido consonántico inicial. A influência africana no português do Brasil (1948:201).

La etimología en bounda, se pronuncia en haitiano, bunda igual que en brasileño; se la atribuyen a la lengua kikongo, que es una lengua bantu, hablada en el Congo y en Angola. Lexicréole (2001:43). Es probable que al brasileño haya llegado desde Angola, y, al haitiano, desde el Congo. Hay que señalar que en portugués la parte aquella se escribe, cu. Márcio Bueno sostiene que en brasileño el bunda destronó al cu quizás por su sonoridad. A origem curiosa das palavras (2003:85).

Durante largo tiempo los diccionarios realizaron malabares con la lengua para definir tanto al culo como las nalgas. Las nalgas fueron la “prolongación superior trasera de los muslos”; “parte carnosa posterior encima de los muslos”. En la actualidad las nalgas son “carnosas y redondeadas” en el lexicón oficial de la lengua. Tal parece que los lexicógrafos no han visto traseros asiáticos, ni de aborígenes americanos. De paso sea resaltado. El DLE de la Real Academia de la Lengua Española entiende y escribe que nalgatorio es “conjunto de ambas nalgas”. En dominicano es “conjunto notorio”, de ese no-torio es de donde el chusco dice que sale el “torio”, de nalgatorio.

Aquí hay que aceptar la pregunta del lector que se interesa por fondo que figura en el título. Está allí porque en España culo es fondo de botella, vaso, etc., “parte inferior de una cosa hueca”. Los Hispanoamericanos prefieren utilizar fondo para mencionar esto, son más recatados. Ese culo de vaso, botella, etc. es el puro culo peninsular.

Antes de cerrar. El ojo ciego aquel que se menciona en el culo no es creación dominicana. Existe en otras lenguas. Con esta intervención acerca de este escabroso tema, se procura romper el tabú que rodea esa palabra. Que se admita, aunque no sea tema hermoso de tratar, puede hacerse. Dato curioso. Los pliegues del ano tienen nombre dominicano, añafiles. Diccionario del español dominicano (2013:42).

Roberto Guzmán en Acento.com.do