En «Ciudad que alucino», del poeta y editor dominicano Luis Reynaldo Pérez, la ciudad es doble: una ciudad para la persona que la ve desde afuera y otra para aquel que es preso de ella. Esta dualidad se manifiesta en el clima, las sensaciones, los lugares dentro de la ciudad y en la ciudad descrita en este poemario. El autor se interesa por los efectos de la migración en la ciudad: de esa inquietud y agitación interna que viven muchos habitantes del Caribe: “Podría vivir alejado de tus orillas; / solo queda saber si hay otra ciudad que compita”. El sujeto anhela marcharse de la ciudad, pero ésta le exige que se quede. El poeta dominicano está claro y expresa que: “No sabré morir lejos de ti”.

Ciudad que alucino.

El poemario abarca el cansancio, el abandono, el olvido, la nostalgia y la ausencia. La ciudad cobra vida y se encarna en los poemas. Santo Domingo tiene su propio cuerpo. Ciertos elementos del libro solo viven en la memoria: “No existe cartografía capaz de fijar este lugar.” El autor le escribe a la ciudad a ciegas. Le pregunta, sabiendo que nunca recibirá una respuesta: “¿Será más vida la vida allá…?” Con un golpe, reconoce la lluvia igual que a su hogar: como un préstamo. El autor lucha por salvaguardar sus memorias de la infancia y sus experiencias de adulto en esa ciudad. Sin embargo, él la reconoce como la “ciudad de mis alusiones / sangre vertida en el horizonte porque es tan efímera como los fantasmas que aún habitan en ella. El autor recuerda especialmente los días lluviosos, caminar cerca del mar y el olor a tierra húmeda en los confines de su memoria. Incluso, ésta cobra un rol protagonista en el poemario. La ciudad tiene el poder de herirlo y causarle dolor mediante la soledad. A pesar de “host” conglomeraciones de gente, él las describe en su poema Ciudad como “un mapa de cadáveres que ignoran su propia muerte”. Destaca que la ciudad se ha tragado los sonidos de la naturaleza y ha alterado los paisajes sonoros irremediablemente.

Luis Reynaldo Pérez.

La ciudad decadente de la actualidad no es la misma que se alegra de verlo en su memoria: “Santo Domingo es todo lo que ya no está”. Nos hace un recorrido del Cine Club Independencia, la Plaza Central, la calle El Conde, el Parque Independencia, el Palacio de Esquizofrenia y el río Ozama. Nos presenta a algunos personajes como la Crucita Yin y el Santa Claus de La Margarita. La ciudad tiene un sabor amargo y un aroma particular. Es un laberinto habitado por dioses, fantasmas y esqueletos.  Reflexiona “Sobre las aceras el polvo mancha la mirada” y considera que es una “morada de lo irresuelto y de lo perdido”. Sin embargo, no logra escaparse de ella; él es un náufrago. La ciudad está anclada en su memoria y la siente sepultada en sus adentros.

El poeta ya no se pertenece a él mismo; le pertenece a ella, a la ciudad. Le cuestiona su pertenecia en el poema Dime, ciudad lluviada de peces violetas: “¿Por qué soy de ti, árbol que gime sangre, árbol esqueleto al que siempre regreso buscando frutos amargos?”.  No se resuelve la incógnita, la ciudad es doble: “Una máquina de tormentas” y “una tumba de estrellas y signos”. Pero también es su refugio. Con cariño, describe las luces como luciérnagas en el horizonte. Escribe en He regresado a la ciudad: “He vuelto a las calles que llevo metidas en las venas”. Ella es un agente de acción que se resiste a morir, a hundirse en la memoria y a ser encubierta por el olvido.

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Anita Rojas. Poeta puertorriqueña.

Anita Rojas

Poeta

Anita Rojas es estudiante graduada de la maestría en Administración y Gestión Cultural. Obtuvo su bachillerato en Literatura Comparada de la Facultad de Humanidades y una concentración menor del Programa de Estudios de Mujer y Género de la Facultad de Estudios Generales. Ha colaborado en varios proyectos como en la creación del Archivo Digital Juan Mari Brás en el año académico 2022-23 como parte del Programa Scholars in Residence in the Digital Humanities y junto a la artista Ivana Cotto, creó la obra titulada “Libro Abierto”, la cual se exhibió en el Museo de Arte de Puerto Rico. Su primer poemario “Mientras mi perra duerme” fue publicado bajo el sello de la Editorial Pulpo en marzo 2024. También, ha publicado textos en revistas digitales, en una antología de poesía y su fotografía forma parte de “Que Tiemble” por Ana Portnoy Brimmer. Actualmente, es asistente de investigación en UPR Caribe Digital. Además, le encantan los perros y las flores. arroyoana88@gmail.com

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