Título original: Springsteen: Deliver Me From Nowhere. Año: 2025. Género: Drama biográfico. País: USA. Dirección: Scott Cooper. Guion: Scott Cooper. Libro: Warren Zanes. Elenco: Jeremy Allen White, Jeremy Strong, Odessa Young, Stephen Graham. Duración: 2 horas
“Springsteen: música de ninguna parte” (Springsteen: Deliver Me from Nowhere) se presenta como un biopic poco convencional dentro del mundo de las películas sobre músicos puesto que, siendo una película biográfica musical carece, en gran parte, del aderezamiento de las canciones.
Pero en vez de perjudicarla dicho factor va a favor de su estructura narrativa pues el drama se concentra más en las interioridades del personaje que en la parafernalia de un escenario meramente musical. Escrito y dirigido por Scott Cooper (Crazy Heart,2009), y basado en el libro de Warren Zanes, este filme se enfoca en un momento específico del nacimiento del álbum Nebraska (1982) del cantante estadounidense Bruce Springsteen donde el director elige un montaje que entrelaza el presente con la memoria, utilizando cortes elípticos y flashbacks puntuales los cuales explican sin necesidad de palabras la introspección que caracteriza a este álbum.
La forma en que se retrata el proceso creativo, desde las sesiones en el dormitorio con una grabadora de cuatro pistas hasta las decisiones sobre la crudeza del sonido y la elección de personajes para las canciones, evita caer en la tecnofilia y se centra en una economía dramática donde cada tema se presenta como un relato independiente que proyecta sombras sobre el protagonista.
El retrato de las raíces biográficas, como la relación con el padre y la experiencia de la clase trabajadora de New Jersey, se maneja con una mezcla de distancia y empatía alejándose de la hagiografía, pero sin adoptar una perspectiva fría. Este enfoque respalda la tesis central del filme: Nebraska no es solo un gesto estético, sino una representación de una memoria colectiva y de heridas personales.
La actuación de Jeremy Allen White es el corazón del filme. Su interpretación captura la tensión entre la presencia escénica del músico y la fragilidad íntima del hombre. El Bruce que construye Jeremy es un personaje que sabe cómo llenar el espacio, pero también un hombre que se retrae a través de silencios elocuentes como las letras de las canciones.
Alrededor de White, el elenco, que incluye a figuras como Jeremy Strong en el papel del mánager y Stephen Graham como el padre, ofrece contrapuntos que enriquecen la economía dramática. El personaje de Strong encarna esa función profesional y protectora que busca evitar la desintegración emocional, mientras que Graham le da al padre una ambigüedad afectiva que rompe con el estereotipo del progenitor tiránico.
Estas interacciones permiten que el drama personal también se convierta en un drama social, ya que las tensiones familiares y las exigencias del mercado se entrelazan para mostrar cómo la obra artística surge en un punto de fricción entre lo íntimo y lo público.
Desde una perspectiva musical y de legado, Cooper y el guion presentan a Springsteen como un cronista de la clase trabajadora estadounidense, una figura que transforma experiencias locales en mitos contemporáneos y reforzando esta idea al mostrar el riesgo artístico que conlleva optar por la economía y la narración de personajes rotos.
Comparativamente, este filme dialoga con biopics como “Walk the Line” (James Mangold, 2005) o “Rocketman” (Dexter Fletcher,2019), pero lo hace a través del contraste, mientras esos filmes abrazan la teatralidad del escenario y el arco biográfico clásico, este busca la precisión íntima y la economía narrativa sugiriendo más de lo que explica.
“Springsteen: música de ninguna parte” cuestiona la relación entre fama y creación, y ofrece una lectura cinematográfica del proceso creativo de este cantante como el cronista de la América trabajadora.
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