Una película es el intento de un guion sacarte del infierno y de nuevo mostrarte el camino.
Desde la madrugada del tiempo las primeras manifestaciones en el transcurrir de las edades hasta el día de hoy, los individuos y los grupos han cambiado en muchos aspectos, tanto en su entorno y sus alrededores, como la velocidad en su comunicación. Sus herramientas de combate, sus prótesis, sus drogas contra el dolor y la infinita creación que a través de las combinaciones continuas permiten cambio en la política, la tabla periódica y el azar de las situaciones. Pero en algo no ha variado nada, siempre ha temido a la muerte, ha sucumbido frente a la belleza y se ha arrodillado ante el poder siempre, en esto no ha evolucionado nada, en cada cual la experiencia de la tentación es propia de su maduración natural, su visión y su atención, su juicio y su abolengo. Su ego interior ciego ejerce su influencia y bajo este mandato sus instintos se disparan sin control cometiendo todo tipo de acto para hacerse un hombre, salir del anonimato de ser débil y pobre, entrar en el fango, saltar sobre el dinero ignorando que irá dejando lodo por el suelo, intentará cubrir sus pasos, borrar sus huellas, son el error.
La represalia viene, luego el arrepentimiento hasta el soborno querer borrar ese pasado, hacer silencio y omisión, hasta que éste se le viene encima y te recuerda que pocos hombres tienen suficiente para pagar su pasado. Es una cuota carísima.
Que los perros no te vuelen encima y destruyan el rostro de honor que has construido con tu crimen, ahí en esa encrucijada miles buscan resolver el problema cometiendo otro error. Si no hay prudencia e ingenio para salir ileso de la contingencia sin clemencia ni pudor salta sobre ti el usurpador, las voces se suman al ruido y te derriba el aluvión. Así algunos políticos nuestros vieron su rostro en el espejo y eran culpables, miraron todas sus posesiones que les habían quitado al pueblo, lleno de tristeza se dispararon al pecho, huyendo así de la deshonra de haber traicionado los ideales de su maestro.
Quizás lo que hace que un hombre o una mujer deje de ser en su interior mezquino es que ha logrado conseguir con el sudor de su esfuerzo esa cuota de placer y poder con que enfrentar el destino.
Para todo lo demás el estoicismo.
Lo que hace que una obra sea clásica es que donde quiera que se haya escrito sin importar el tiempo y lugar ni quienes sean los actores el drama es sobre lo mismo, se vale de la comedia y la tragedia para contarnos como se debaten y agonizan por amor y poder aquellos quienes son sus víctimas y sus escasos héroes.
El reparto de los papeles como de la suerte depende de los tipos y cada intención, buscan inspirarnos nuevas salidas, que aprendamos a evitar tropezar y caer donde ellos han caído y si caemos, saber cómo pararnos, erguir la frente, seguir buscando como salvar nuestra alma y poder mirar a su rostro a nuestros seres queridos y nosotros mismos antes de despedirnos.
Una película casi siempre primero fue un libro, luego se hizo un guion donde se omitieron en locaciones todo el paisaje descrito, las acciones y los gestos se entienden desde el silencio y quedan unas ideas que deberán sobrevivir en medio de la noche y la tempestad y al amanecer todos tendrían la claridad de como salvar el nuevo día. Lo demás es época, color, escena y música de fondo. Y una sensación de poder ante la tentación. Superar su primera envestida, haber encontrado la salida donde tantos caen por amor al poder y amor al deseo. Una película es el intento de un guion sacarte del infierno y de nuevo mostrarte el camino.
Un marido ideal , basada en la obra de Oscar Wilde, es la película que recomiendo esta semana para así entender y darle contexto a este texto. Siempre hay una oportunidad a quien guía la virtud y está dispuesto a pagar sin resolverlo con otro error. Pues como bien dijo Solón, ‘’Huye de las pasiones que engendren tristeza’’.
Hay que admirar los importantes papeles que desempeñan estas mujeres en la película tanto la virtuosa como la perversa, la perturbación y agonía de aquel quien estando en la cima tiene cuentas pendientes con el pasado que él no puede sobornar; y el milagro del amigo quien con una jugada de último minuto salva de riesgo un matrimonio que por sus luces merece la redención.